Mercados de Madrid, cuestión de supervivencia

Algunos mercados, conscientes sus vendedores del problema, llevan más de una década reaccionando para sobrevivir. Muchos han realizado obras de mejora de las instalaciones para hacer más atractivo el local y los puestos. Se puso aire acondicionado, música ambiental, vigilancia, incluso televisores, como en el metro. Pero la crisis avanzaba.


Durante la II República, el Ayuntamiento de Madrid impulsó un Plan General de Mercados en donde se planteaba la construcción tanto de mercados de barrio, como de mercados centrales específicos.
Antes del siglo XX las mercancías se apilaban en la calle, sin ningún tipo de medidas higiénicas.
Los mercados, primero de hierro y cristal, y más adelante de hierro y hormigón, sirvieron para poner orden y concierto en el caos de la venta callejera. Los primeros mercados de Madrid fueron los de la Cebada (1870) y los Mostenses (1875), el de Chamberí (1876), y en 1882 se inauguró el mercado de la Paz, único de los cuatro que actualmente quedan.

Mercado de la Paz

Se construyó en 1882 y está situado en la calle de Ayala, 28. Hoy en día se trata de uno de los más emblemáticos de la capital. No sólo por estar situado en pleno corazón del distrito de Salamanca sino también porque ha sabido adaptarse a los cambios de los tiempos, incluso de los siglos, sin perder ni un ápice de su personalidad.

Mercado de la Paz, en la calle Ayala de Madrid. (Foto: Blog memoriescollectionblog, 2010)

 

Mercado de la Cebada

Este mercado lo proyectó el arquitecto Mariano Calvo Pereira, siguiendo el modelo del de Les Halles en París. Se construyó con modernas estructuras de hierro y cristal sobre planta irregular y con dos alturas y una superficie de 6.323 metros cuadrados.
Inaugurado por el rey Alfonso XII el 11 de junio de 1875, fue derribado en 1956, construyéndose en su lugar el actual mercado de la Cebada.


Mercado de la cebada en 1956, poco antes de su demolición.

 

Mercado de los Mostenses

El Mercado de los Mostenses, se construyó el solar del antiguo convento de Premostratense de San Norberto de 1611, que había sido derribado durante la invasión francesa. Al igual que el de la Cebada, era un mercado de hierro y cristal, al estilo del de Les Halles en París. Realizado bajo la dirección del arquitecto Mariano Calvo Pereira, fue inaugurado por el rey Alfonso XII el 11 de junio de 1875.
Fue derribado en 1925 con motivo de las obras de la Gran Vía. Un poco más al Norte se construyó otro años después. El solar del mercado antiguo lo ocupan hoy edificios de viviendas y oficinas.

Mercado de los Mostenses entes de su derribo en 1925

 

Mercado de San Miguel

En el solar que hoy ocupa este mercado estuvo en tiempos la antigua iglesia parroquial de San Miguel de los Octoes, cuya antigüedad se remonta por lo menos a comienzos del siglo XIII, pues es una de las diez parroquias que menciona el fuero de Madrid de 1202. A comienzos del siglo XIX un incendió arrasó por completo el templo y su solar acabó por convertirse en una plaza pública en la que era frecuente celebrar un mercado de comestibles, disponiéndose para ello hileras de cajones de madera según dictaban las directrices de policía urbana y de la fiscalidad municipal.

El mercado de San Miguel fue construido entre 1913 y 1916 por el arquitecto Alfonso Dubé y Díez en la plaza donde antes se celebraba la tradicional venta de comestibles al aire libre. Tiene como precedente el proyecto que en 1835 realizó el también arquitecto Joaquín Henri, pero sólo llegaron a construirse las portadas delanteras para tapar el mal efecto que producían los cajones en la plaza. Este mercado construido por Dubé es el único representante de su clase que queda en la ciudad de la llamada arquitectura del hierro, pues todos los demás que se construyeron en el último tercio del siglo XIX y que hemos visto antes desaparecieron. De su construcción destacan los soportes de hierro de fundición de la estructura, la composición de las cubiertas, el sistema de desagües y, sobre todo, el hecho de que se construyera en dos partes para no interrumpir la mercadería. El acristalamiento exterior es posterior. (De Madrid Histórico)


Mercado de San Miguel en Mayo de 2007, en pleno desalojo.

Mercado de Olavide

El Mercado de Olavide, en el distrito de Chamberí, fue proyectado por Francisco Javier Ferrero Llusía (arquitecto municipal, autor también de los mercados de Frutas y Verduras de Legazpi y del de Pescados de Puerta de Toledo) y construido durante la II República en 1934 en hierro y hormigón sobre planta octogonal. Fue demolido en 1974 siendo Miguel Angel García Lomas alcalde de la ciudad. Trás la voladura, el solar se reconvirtió en Plaza de Olavide con aparcamiento subterraneo. Mientras duró constituyó un buen ejemplo de arquitectura racionalista madrileña.

Mercado de Olavide antes de que fuera demolido en 1974.

En la actualidad Madrid cuenta con unos 46 mercados repartidos por los distintos barrios: San Antón, en Chueca (1946), Prosperidad (1954), Maravillas, en Tetuán (1942), Los mostenses, en Centro, Chamartín (1962), Chamberí (1944), Barceló, Ibiza, Santa Eugenia, Puente de Vallecas, Las ventas, uno de los más nuevos (1995), etcétera.
La mayoría son de la primera mitad del XX.

El único histórico es el de San Miguel a punto de cambiar de actividad, y el de la Paz. Ocurre, que la crisis del sector minorista de la distribución de alimentos, propiciada por el voraz modelo de mercado que en estos tiempos se nos impone, está acabando con los mercados de barrio. No pueden competir al mismo nivel con las grandes y medianas superficies. Y claro, o crean una estrategia de mercado capaz de resistir los embates del poderoso o desaparecen. Y lo que está ocurriendo es que desaparecen. No todos, ya que se han dado auténticos resurgimientos, pero si algunos y de forma pausada, puesto a puesto, pero implacablemente sin vuelta atrás.

Algunos mercados, conscientes sus vendedores del problema, llevan más de una década reaccionando para sobrevivir. Muchos han realizado obras de mejora de las instalaciones para hacer más atractivo el local y los puestos. Se puso aire acondicionado, música ambiental, vigilancia, incluso televisores, como en el metro. Pero la crisis avanzaba.
Los vendedores del mercado de San Miguel, por ejemplo sucumbieron a las tentadoras ofertas del capital, empeñado en hacer en el recinto un miniparque temático gastronómico y cultural o «gastromercados«, según de decía. En 2007 quedaban algunos que se resistían. Finalmente en la primavera de 2009 el mercado reabría como espacio gourmet.

El mercado de la Paz, dispuesto a no perder clientela ha cogido al toro por los cuernos y está aplicando las mismas estrategias de las grandes y medianas superficies: ha creado la tarjeta de fidelización.
Algunos, como el mercado de Chamartín ha remodelado sus instalaciones y ha incorporado una mediana superficie en su edificio de manera que la oferta y el atarctivo sean mayores.
Pero no es el único, el mercado de San Enrique, situado en el distrito de Tetuán, incluirá en su superficie un supermercado de una cadena de distribución y un aparcamiento para 45 plazas, tras acometer unas obras de rehabilitación. El de San Antón (1946), en Chueca, redujo sus puestos a la mitad y cedió el espació a un supermercado en la planta baja.

Mercado de San Antón antes de su desaparición.

Nuevo mercado de San Antón en 2011, de nueva construcción inaugurado el 17 de mayo de 2011.

El mercado dePuente de Vallecas también se ha remodelado y el de Ventas se ha reconvertido en «mercado ecológico«. Renovarse o desaparecer. A ver por cuanto tiempo.
Ocurre también que en ciertas zonas la llegada de inmigrantes ha impulsado la actividad de los mercados. Es el caso del mercado de Maravillas (1942) , situado en Tetuán, un barrio muy populoso y en crecimiento demográfico, que ha pasado de un periodo de franca decadencia a un resurgimiento esplendoroso.

Por lo que respecta al desafortunado mercado de la Cebada, lo último es que será demolido y en su lugar se crearán dotaciones o lo que sea y el nuevo mercado, que se trasladará a la calle Toledo, albergará «nuevos usos comerciales asociados». Porque el Ayuntamiento no desperdiciará la oportunidad de sacarle provecho al solar resultante ni a los nuevos edificios que se construyan. En cualquier caso, bueno es que se hagan esfuerzos por mantener vivos los mercados de la ciudad, aunque haya que pedir la vez y de vez en cuando alguien se nos cuele. ¡Guerra al carrito!

Nuevo mercado de Barceló
Nuevo mercado de Barceló, de Nieto y Sobejano (2014). Foto: Blog AD Architectural Digest.

Referencias.-

ADIÓS A CINCO MERCADOS DE BARRIO

FOTOS de antiguos mercados de Madrid.

Un nuevo mercado para Prosperidad (El País, 31/07/2009)

El nuevo mercado de San Antón, en Chueca. (El País, 26/05/2011)

En nuevo mercado de San Miguel (El País, 18/11/2007)

Cinco mercados municipales al borde del cierre en la Comunidad (El País, 6/01/2015)

Fotos antiguas de Madrid (I)

La Guindalera y Prosperidad

Avenida de América en 1955

Barrio de La Guindalera en 1929

La fotografía corresponde a una memoria sobre la ciudad de Madrid del año 1929, publicada en la web Ayuntamiento de Madrid del Ayuntamiento. Se trata de una vista aérea del barrio de La Guindalera y aledaños. La calle larga que atraviesa la foto de izquierda a derecha (Este-Oeste) es López de Hoyos. La calle ancha con bulevar que lo hace de arriba a abajo (Sur-Norte) es Francisco Silvela. En el centro de la imagen y casi paralela a Francisco Silvela se

puede ver, mucho más estrecha, la calle Cartagena. A la derecha vemos el final de la calle General Mola al llegar a Francisco Silvela y la equis formada en el cruce de la primera con María de Molina. La Avenida de América se trazaría como prolongación de María de Molina y se abriría al tráfico en 1954, por lo que en la foto no se ve aún ni un atisbo de lo que iba a ser.

En el vértice inferior del triángulo formado por la confluencia de las tres calles hay en la actualidad una gasolinera. Es un buen punto de referencia. Pero hay uno mejor. En Francisco Silvela, justo donde acaba General Mola hay un edificio solitario. Todavía está ahí. Cuando se hizo la prolongación de General Mola en 1970-71 se debió de salvar de la piqueta por los pelos, porque estaba en el límite del nuevo trazado.

Calle de Eraso-07

Vivienda de la calle Eraso, en La Guindalera (2007). Esta vivienda, de finales del siglo XIX, era de las últimas de esa época que quedaban en la zona. En 2008 fue demolida.



Barrio de La Prosperidad en 1929, arriba, y en 1956, abajo.

La fotografía aérea del barrio de La Prosperidad pertenece también a la misma memoria de 1929. Aquí también se observan algunos edificios y calles que ya estaban en aquel año. Por ejemplo, a la izquierda (Este), se adivina la planta del asilo Santamarca, justo donde acaba la calle Sánchez Pacheco (con arbolitos) y detrás de la calle Pradillo (también con arbolitos) que marca la perpendicular. En el espacio limitado por esta última y, probablemente, la calle Vinaroz, se encuentra el actual Parque Berlín.

La actual Principe de Vergara recorrería la fotografía desde la esquina superior derecha -justo donde hay un edificio al lado de Francisco Silvela, que ya fue abatido para hacer la prolongación de la calle- a la inferior izquierda -en el punto en el que intersectan dos pequeñas calles, a la izquierda de los hotelitos de la Colonia Cruz del Rayo-. Se distingue muy bien la Colonia Cruz del Rayo, delimitada al Norte por la calle Doctor Arce. También, si se busca, se ve el edificio del convento residencia -en forma de hache- de las Hermanitas de los Pobres, que en la actualidad ocupa los números 63 y 65 de López de Hoyos con Gómez Ortega -enfrente de la calle Cartagena– y hace cinco o seis años fue rehabilitado y convertido en residencia para la 3ª edad de cierto lujo. Lo podemos ver al norte de la Colonia Cruz del Rayo.

Se observa también, como los límites del barrio definidos en las fotos son un poco confusos, ya que La Prosperidad, por ejemplo, se abigarraba en torno a López de Hoyos hasta las inmediaciones de Sánchez Pacheco, por el Norte y casi hasta la futura Avenida de América, más o menos, por el Sur. Sin embargo, las imágenes muestran en las dos tomas prácticamente el mismo área.

En fin, haciendo un esfuerzo visual importante, buscando puntos de referencia conocidos y dedicándole tiempo se pueden identificar muchos lugares y edificios. Sólo hay que ponerse en la tarea. Mientras tanto, hagamos otros recorridos por los adelaños.

Calle Francisco Silvela en los años 30

Calle Príncipe de Vergara en los años 30

Francisco Silvela, un día de nieve en Madrid. Hotelito con el nº 39 de esa calle, entre Juan Bravo y Pasaje de Agustina de Aragón, en los años 50-60. (Foto: Alberto Peñalver)

Francisco Silvela, un día de nieve. Años 50-60. (Foto: Alberto Peñalver)

«Fue diseñada por el ingeniero Arturo Soria y Mata y ha sido considerada la experiencia urbana más singular y novedosa que se realizó en Madrid durante las últimas décadas del siglo XIX.

Casi todos los tratados de urbanismo del mundo coinciden en señalar a la Ciudad Lineal de Soria como una valiosísima aportación a la cultura urbanística. Su radical modernidad ha servido como modelo a importantes trazados urbanos construidos más allá de nuestras fronteras. En justo reconocimiento a Arturo Soria y Mata se le considera el inventor de las ciudades lineales».

En las fotos, de 1955, se puede ver una parte de la Ciudad Lineal atravesada por la nueva autopista de Barajas que partía de la recientemente creada Avenida de América.

Para la promoción y realización de este proyecto Arturo Soria constituyó en 1894 la Compañía Madrileña de Urbanización, coincidiendo con la construcción de las primeras edificaciones.


1. Animación del Barrio de Prosperidad (2006) comparado con fotografía aérea de 1929,

2. Animación del Barrio de Prosperidad comparando vista aérea en sendas fotos de 1956 y 2006.

Animaciones realizadas por Ricardo Márquez (VER ANIMACIÓN 1)(VER ANIMACIÓN 2)

Otras entradas:
Recuerdos del barrio de la Prosperidad, de Madrid
Avenida de América, de Madrid.
Ciudad Lineal, de Madrid
Tetuán de las Victorias, de Madrid
«Ciudad Jardín» madrileña

La «corrala» de Fernández de la Hoz

Corrala Fernandez Hoz

Viejo edificio en una zona privilegiada
De las populares y antiguas corralas de Madrid, la de la calle Fernández de la Hoz 63 está a punto de ser demolida. El edificio del barrio de Chamberí, que ocupa un solar de 1.078 metros cuadrados y cuya superficie edificable es de 5.461,11 metros cuadrados, cinco veces más, se encuentra en una zona privilegiada de la ciudad. Una de sus fachadas da a la plaza de San Juan de la Cruz , muy cerca del Paseo de la Castellana y enfrente de Nuevos Ministerios. El Instituto de la Vivienda de la Comunidad de Madrid (Ivima) la puso a la venta por medio de una subasta en marzo de 2007, después de iniciar su desalojo el año pasado. La subasta la ganó la empresa Restaura Diagonal, que pagó 34 millones de euros. Según el Ivima, la antigua propietaria del edificio, el dinero obtenido con la operación se destinará a la construcción de 400 viviendas protegidas en la Comunidad de Madrid.

Corrala Fernandez de la Hoz  (fachada)

¿Qué ha ocurrido con sus ocupantes?
A
l parecer, el IVIMA negoció con los propietarios que tenían contrato de alquiler o subrogación del mismo y les ofreció pisos de protección en el barrio remodelado de La Ventilla, junto a la Plaza de Castilla. Pero no todos aceptaron, ni todos fueron aceptados. Hubo quien no aceptó las condiciones y también hubo casos, en los que se consideró que el inquilino no tenía derechos sobre la vivienda que ocupaba en la corrala, alegando la falta de contrato, y que por lo tanto, no había lugar a la negociación ni a realojo. Por ese motivo aún quedan personas en el edificio que esperan renegociar los contratos o pactar una alternativa con los nuevos propietarios. Actualmente, alguno de los vecinos todavía paga rentas de un euro y medio por un piso de hasta 100 metros cuadrados. En el edificio todavía conserva dos locales comerciales abiertos en sus bajos, entre ellos una farmacia.

 Corrala Fernandez de la Hoz (Interior II)

Corrala

Referencias.-

El País (10/03/2007)
Más sobre la corrala en el Blog El Angel de Olavide

Hildegart en Madrid (II)

hildegart_nuevo-mundo_retrato_16061933

Hildegart Rodríguez ante el estrado, fotografiada durante una charla pública. La foto la publicó el periódico ilustrado «Nuevo Mundo» en su número de 16 de junio de 1933, trás el asesinato de la joven.

Los domicilios de Hildegart Rodríguez

En relación a los diferentes domicilios de Madrid en los que vivieron Aurora Rodríguez y su hija Hildegart hasta el día del asesinato los datos son un poco confusos. Atendiendo a la información que aporta Rosa Cal en su libro A mí no me doblega nadie, las dos mujeres sólo ocuparon tres viviendas desde su llegada a la capital hasta la muerte de Hildegart. La primera fue en la Calle de Juanelo nº 3, en la que supuestamente nació Hildegart. La segunda, en la Calle Luís Cabrera nº15, en el barrio de la Prosperidad, que fue el domicilio aportado cuando Aurora Rodríguez acudió al Registro para inscribir a la niña. Cito textualmente del libro de Rosa Cal: «La tercera y última de las viviendas ocupada por las dos mujeres estaba en la Calle Galileo esquina a Fernández de los Ríos (todavía se conserva el mismo edificio) en el barrio de Vallehermoso del Distrito de Universidad con parroquia en Ntra. Señora de los Dolores«. A continuación menciona el citado domicilio como el número 45 de la calle Galileo (edificio demolido). En realidad, basándonos en la fotografía del edificio que incluye el libro, éste no se corresponde con el nº 45, sino con el 51 el cual si coincide con la foto.

Más adelante se hace referencia en el libro al «número 57, 4º ático derecha» de la misma calle (edificio demolido), como la nueva dirección de la familia, producto a la mayor cercanía de la nueva casa respecto al Instituto Cardenal Cisneros, donde Hildegart cursaría estudios de bachillerato. Sin duda los datos y el argumento resultan extraños y confusos.

Para intentar aclarar algo esta información, se apunta en nota a pié de página lo siguiente: «Aparecen en los documentos académicos tres direcciones además de la de Galileo 45; la de Fernández de los Ríos 43, y Fernández de los Ríos 42, que era donde vivía la amiga íntima de ellas Emilia Caballero Rincón «la abuelita», quien en el juicio dijo que las trataba desde 1921″.

Galileo-51-2007
El edificio de la calle Galileo, 51 de Madrid, donde madre e hija vivieron durante más de once años. (Foto: Enrique F. Rojo,  2007)

Calle Galileo, 51 de Madrid

Curiosamente, el número 43 de Fernández de los Ríos se corresponde con el mismo inmueble de Galileo 51. Y el edificio de Fernández de los Ríos 42, en la actualidad un teatro (La Abadía) y una residencia infantil, eran un centro religioso y una escuela, lo que hace difícil que «la abuelita» hubiera vivido ahí. Sin uda ha habido un baile de números, o bien la numeración ha cambiado, y las direcciones no se corresponden con las reales en la actualidad. Por tanto, cabe pensar, es probable que en el caso de la calle Galileo  el Ayuntamiento modificara la numeración, si bien no hay constancia de ello.

De cualquier modo, si se tiene en cuenta la afirmación de la autora de que madre e hija sólo ocuparon tres viviendas en Madrid. Y de que Aurora Rodríguez acostumbraba a aportar diferentes domicilios en los diversos registros que hizo (bautismo de Hildegart, padrón, registro civil, etc), posiblemente para no ser descubierta como propietaria de todas las propiedades en Ferrol que le producían sustanciosas rentas, cabe resolver que la incerteza de los datos puede ser debida a que, en realidad, Aurora se los inventaba dando direcciones falsas. Según Rosa Cal la tercera y última dirección en Madrid de las mujeres sería, por tanto, la de Galileo nº 51, a donde llegaron en junio de 1922, cuando Hildegart tenía siete años de edad. Si el asesinato se cometió en 1933, debieron de vivir cerca de once años en el edificio.

Conociendo la historia, cada vez que se pasa por ahí puede que se nos aparezca el fantasma de Hildegart. Mientras la miramos, absortos, la gente y la vida del barrio transcurrirá como si nada hubiera ocurrido. Y, tal vez sea así.

Fotografía que muestra el féretro de Hildegart Rodríguez trás su asesinato, en 1933. El cadáver fue expuesto en el Centro del Partido Federal de Madrid en la calle de Echegaray, 20.

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Nota de prensa

En la mañana del día 9 de junio de 1933, a eso de las ocho, se producía en el cuarto piso del número 57 de la calle de Galileo el asesinato de Hildegart Rodríguez, quien en ese momento desempeñaba la secretaría de la Liga de Reforma Sexual.
Hildegat, titulada en Derecho, contaba con dieciocho años de edad y vivía en el citado domicilio con su madre, doña Aurora Rodríguez Carballeira. Según informaciones particulares, las cuales no pudieron ser confirmadas de manera oficial por el diario ABC, autor de esta nota, entre madre e hija existían frecuentes disgustos, debidos, al parecer, a que la madre temía que su hija, por motivos políticos o por otros de índole particular, se separara de ella. En la noche del día 8 de junio, debieron de sostener una de sus frecuentes discusiones, lo que se deduce por testimonios posteriores.
Al parecer, en la casa servía como doméstica Julia García Sanz, la cual declaró que a las ocho de la mañana del día del crimen doña Aurora le ordenó que saliera a la calle a pasear a los perros que tenían en casa. Así lo hizo y permaneció en la calle bastante tiempo, al cabo del cual subió a la casa y al llegar recorrió varias de las habitaciones para ver si veía a un gato que había desaparecido. Fue entonces cuando encontró en uno de los cuartos, tendida sobre la cama y con el cuerpo bañado en sangre a Hildegart, al parecer, ya sin vida.
La sirvienta alarmada corrió escaleras abajo en busca de ayuda y en medio de grandes gritos. Al oirlos acudió la portera de la finca, quien afirmaría que había visto momentos antes salir a doña Aurora cubierta con un abrigo, lo cual llamó su atención, –piénsese que era el mes de junio- y portando un paquete de ropas. A las voces de Julia también acudieron numerosos vecinos, entre ellos un funcionario de la policía llamado Víctor Gerardo Sola, quien comenzó de inmediato las indagaciones. Dio aviso a la clínica que se encontraba en Fernández de los Ríos, de la que acudió un medicó que reconoció a Hildegart y certificó su muerte. El cuerpo presentaba tres heridas por arma de fuego en el lado derecho de la cara y otra en la parte alta del pecho. A primera vista los disparos parecían hechos a bocajarro. En una cama turca que se encontraba en la misma habitación y escondida entre unas ropas se encontró un revólver y una bala sin disparar y los casquillos de otras cuatro, disparadas pocos momentos antes.
Según relataba el periódico citado, después de cometer el crimen, Aurora se dirigió a casa del diputado Sr. Botella Asensi a quien relató lo sucedido. Tras el consejo de este de que se presentase a las autoridades, ambos se dirigieron al Juzgado de guardia, donde Aurora Rodríguez prestó la primera declaración.

Al parecer, según se recogía en el periódico, Hildegart había afirmado varias veces a su madre su intención de abandonarla, especialmente desde que había ingresado en el Partido Federal. También se hablaba de las relaciones amorosas que tenía con cierta persona que se decía que era teniente de alcalde en Barcelona. También sospechaba la madre que su hija sostuviese relaciones con otro joven socialista y que además tuviera gran amistad con un escultor, que en esos momentos le hacía un busto a la muchacha y a quien esta dedicó en cierta ocasión un elogioso artículo. Estos motivos parece ser que fueron los desencadenantes del suceso.
Varios vecinos de la calle de Galileo 57 declararon también en el Juzgado de guardia y manifestaron como días antes habían visto a Aurora subir a la azotea de la casa armada de una pistola con la que disparó al aire, y que después de comprobar su funcionamiento bajó de nuevo a su vivienda. Este extremo fue ratificado por la acusada al ser preguntada por el Juez, afirmando que su verdadera intención había sido la de suicidarse por no poder soportar la idea de que su hija se separase de ella. Finalizada su declaración, Aurora fue conducida a la cárcel de mujeres.
(ABC, 10 de junio de 1933)

Referencias.-

Cal Mártinez, Rosa
A mi no me doblega nadie: Aurora Rodríguez, su vida y su obra (Hildegart)
Sada. Ediciós do Castro, D.L. 1991 ISBN 84-7492-542-8

Hildegart en Madrid (I)

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Hidegart Rodríguez Carballeira

Sucedió el 10 de junio de 1933. Hildegart Rodríguez, una joven, militante de izquierdas, que quiso hacer de su capacidad intelectual un uso libertario y trangresor, moría de cuatro disparos en su casa de la calle Galileo de Madrid mientras dormía.
La mano asesina fue la de su madre, Aurora Rodríguez, mujer de extraordinaria capacidad, que se encargó de la educación de su hija y que consiguió tan grandes resultados, que en poco tiempo Hildegart era todo un suceso en España y en el extranjero.

Dónde vivieron Aurora e Hildegart

La familia de Hildegart Rodríguez era oriunda de Ferrol (A Coruña) y poseyó viviendas en el barrio de Esteiro y en el de La Magdalena. Cuando Aurora Rodríguez decidió tener una hija, en 1914 se fue a Madrid y allí vivió en diferentes casas de diferentes barrios. La primera casa estaba y sigue estando en la calle de Juanelo 3, en pleno Rastro madrileño. La casa del barrio de la Prosperidad, en la calle Luís Cabrera 15,  también se puede ver tal y como estaba cuando la ocuparon madre e hija en 1915. Más adelante ocuparon varias viviendas de la calle Galileo en el barrio de Argüelles. Alguna de estas casas ya no existen, fueron derribadas. En una de estos edificios fue donde Aurora Rodríguez asesinó a su hija Hildegart en 1933. Concretamante en el actual número 63 de Galileo.
NOTA:Los números de los edificios de Galileo han cambiado con la remodelación del barrio por lo que los antiguos números recogidos en los documentos no se corresponden con los actuales.

Las casas de Hildegart
En una de estos edificios fue donde Aurora Rodríguez asesinó a su hija Hildegart en 1933. Concretamante en el actual número 63 de Galileo -se corresponde con la foto más a la izquierda de la serie de tres-.

Hildegart nació en Madrid, en la casa número 3, de la calle Juanelo del distrito de La Latina, muy cerca de la Plaza de Cascorro en pleno Rastro, el 9 de diciembre del año de 1914. Su madre Aurora, nacida en Ferrol, había acudido a la capital con el firme objetivo de parir y criar a su hija, iniciando así una nueva etapa en su vida. Eligió cuidadosamente a quien debía de ser el padre. Cuando la niña contaba con dos años se mudó a la calle Luís Cabrera, 15, en el barrio de la Prosperidad y la inscribió en el Registro Civil. Aurora tenía treinta y siete. Por aquel entonces Hildegart ya había aprendido a leer. A los tres años escribía y tocaba el piano con su madre a cuatro manos. Un año después escribía a máquina con gran destreza.

Experimento eugenésico

La tarea emprendida por Aurora Rodríguez consistía en educar a Hildegart en todas las disciplinas del saber de manera gradual pero intensa. Le enseñó idiomas a edad muy temprana y continuó con la Historia Natural y la Sexualidad.

Para ella se trataba de un experimento eugenésico, disciplina en la que se había cultivado a través de lecturas y seminarios.

El primer año de Bachillerato lo cursó en 1924 en el Instituto Cardenal Cisneros, de Madrid, iniciándose en el conocimiento del alemán. En 1928 terminó el bachillerato universitario con la calificación de Sobresaliente. Ya por entonces dominaba el latín y traducía libros antiguos escritos en aquella lengua. Ese mismo año se matriculó en la universidad para estudiar Derecho en la Universidad de San Bernardo, e inició su actividad política afiliándose a las Juventudes Socialistas. Finalizó la carrera en 1932.

Los rostros
Las fotos que ponen rostro a la historia de Hildegart Rodríguez.

Mucho antes, Aurora Rodríguez había tomado la responsabilidad de educar a su sobrino Pepito Arriola, hijo «accidental» de su hermana Josefina, concebido en una relación extramarital. Como Aurora era muy joven cuando se dió el caso -tenía 16 años-, le enseñó lo poco que sabía, que en realidad era mucho. Sabía tocar muy bien el piano y dominaba diversas disciplinas intelectuales. Lo cierto es que el niño Pepito a los dos años era ya más que una promesa de la interpretación del piano. Cuando Pepito Arriola contaba con cinco años de edad ofreció un concierto ante la Reina Regente Maria Cristina y la Corte que, segun parece, dejó boquiabierta a la audiencia asistente. Es posible que este antecedente le animase a «construir» su propia criatura.

Texto e Imagen
Distintos trabajos que se han centrado en indagar y narrar la historiade Hildegart y su madre Aurora.

Hildegart escritora y conferenciante

Pronto comenzaría Hildegart su carrera pública como escritora y conferenciante. Conducida sabiamente por su madre, la joven centro sus intereses en la reforma de la moral sexual, lo que le permitió que conociese y tratase a las figuras preeminentes de la época en la materia. Otra cuestión, inculcada por su madre, que Hildegart trató con vehemencia fue la “reforma y mejora de la Humanidad a través de la eugenesia”.

Hildegart fue el estandarte que su madre enarbolaba en defensa de la igualdad jurídica y sexual de la mujer. La madre había programado que con los catorce años la niña debía comenzar su actividad pública para «redimir a la mujer». Lo primero que hizo fue inscribirla en las Juventudes Socialistas el 1 de enero de 1929. En una época por definición machista, en la que la discriminación de género era la nota dominante en la sociedad, es fácil imaginarse el revuelo y la expectación que causaban las intervenciones públicas de la joven, a la que su madre se encargaba de promocionar y de dar a conocer en todos los foros sociales y culturales posibles.

El asesinato de Hildegart

Durante 1932 se fundó en España la «Liga para la Reforma Sexual sobre bases científicas», presidida por el Dr. Gregorio Marañón y con Hildegart como Secretaria. Hildegart mantuvo relación epistolar continua con eminentes sexólogos de Alemania e Inglaterra, a quienes traducía sus escritos para dar a conocer sus trabajos en España.
La noche del 9 de junio de 1933, Aurora Rodríguez ya había decidido matar a su hija Hidegart. Después de mucho meditarlo y una vez que se había asegurado de que estaba bien dormida le disparo cuatro veces con un pequeño revolver Valedog.
Tras el desconcierto del crimen que conmocionó a la sociedad madrileña de la época, todo el mundo buscaba explicaciones. Aurora Rodríguez fue recluida en la Carcel de Mujeres de Madrid y más tarde internada en el Hospital Psiquiátrico de Ciempozuelos.

 

hildegart-prensa-1933_smallDiferentes periódicos, en su mayoría de «izquierdas», como el anarquista «La Tierra«, el «Heraldo de Madrid«, «La Libertad» y «El Socialista«, siguieron la trayectoria profesional e intelectual de Hildegart Rodríguez. Su inesperado y dramático aesinato llenó los titulares y las primeras planas de los diarios el 10 de junio de 1933, al día siguiente de conocerse la noticia.

VER TAMBIEN: «HILDEGART EN MADRID (II)»

Referencias.-

Cal Mártinez, Rosa
A mi no me doblega nadie: Aurora Rodríguez, su vida y su obra (Hildegart)
Sada.  Ediciós do Castro, D.L. 1991 ISBN 84-7492-542-8

* Aurora de sangre (Vida y muerte de Hildegart) Eduardo De Guzmán 1972
Editorial Mundo Actual.

* Aurora de sangre o la virgen roja
Rafael Azcona Jet Films 1977. Guión del filme de Fernán Gómez basado en la novela de Eduardo de Guzmán

* De Pepito Arriola a Hidegart.
Francisco Martínez López y Ventura Ferrer Delso
Edita: Sociedad de Cultura Valle-Inclán
Ferrol-2006

* El manuscrito encontrado en Ciempozuelos
Estudio del historial clínico de Aurora en el hospital de Ciempozuelos.
Guillermo Rendueles
Endymion, 1989
ISBN 84-7731-023-8