Derribos en La Guindalera y la Prosperidad

Parece que el verano es una buena época para derribar edificios en Madrid. Esta afirmación se repite cada año por estas fechas. La acción demoledora prefiere que haya pocos testigos y por eso prefiere el verano para actuar.
En esta ocasión la piqueta se ha encargado de derribar un grupo de construcciones populares de los barrios de La Guindalera y de la Prosperidad.

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Edificio derribado, calle Pintor Moreno Carbonero, 30. (© Google Maps, 2014)

Parece que el verano es una buena época para derribar edificios en Madrid. Esta afirmación  se repite cada año por estas fechas.  La acción demoledora prefiere que haya pocos testigos y por eso prefiere el verano para actuar.
En esta ocasión la piqueta se ha encargado de derribar un grupo de construcciones populares de los barrios de La Guindalera y de la Prosperidad.

Aunque no eran  importantes arquitectónicamente y por ello no poseían protección alguna, si tenían el valor de ser ejemplos representativos del pasado de ambos barrios y de las tipologías propias de una época. Algo especialmente notable si pensamos en la desaparición acelerada de los elementos arquitectónicos que sufre el antiguo tejido urbano de las primitivas periferias.

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Edificio derribado, calle Pintor Moreno Carbonero, 30. (Foto: Enrique F. Rojo; 2008)

Edificio en La Guindalera

El edificio de La Guindalera tenía dos alturas con planta baja y contaba con un jardín delantero y patio posterior. Su construcción, sobre un solar de 465 con una superficie de 523 m² se puede circunscribir a las primeras décadas del pasado siglo XX. Era una construcción calificada para uso industrial, aunque su tipología cercana al estilo regionalista sugiere más que fuera una vivienda unifamiliar modificada en su uso a posteriori. Junto a esta casa, con el número 32, se encontraba otra, de finales del siglo XIX y derribada en 2006, representativa de las humildes construcciones terreras autoconstruidas que conformaron el barrio en sus orígenes.

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Solar en la calle Pintor Moreno Carbonero, 30. (Foto: Enrique F. Rojo, 2015
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Solar en la calle Pintor Moreno Carbonero, 30. (Foto: Enrique F. Rojo, 2015)

Hotelito en la Prosperidad

La casa de la Prosperidad era uno de los escasos ejemplos que van quedando en el barrio de «hotelitos» anteriores a los años 50 del siglo XX, originariamente aislados de las diferentes colonias que constituyeron la Ciudad Jardín. Se encontraba en Mantuano nº 20 y se derribó durante el mes de agosto. Construido en 1924, contaba con dos plantas de 121   y 120  respectivamente, construidas en un solar de 208   que permitía la existencia de un pequeño patio anterior y otro posterior de mayor tamaño.

Como ya he comentado en otras ocasiones, la renovación del parque residencial de los barrios de las antiguas periferias madrileñas es imparable y está modificando de manera irreversible sus características fisonomías. Apenas quedan ejemplos que nos recuerden su pasado y nos acerquen a sus orígenes.

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«Hotelito» de la calle Mantuano, 20 derribado en 2015. (Foto: Enrique F. Rojo, 2011)
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«Solar de la calle Mantuano, 20 en 2015. (Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
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«Solar de la calle Mantuano, 20 en 2015. (Foto: Enrique F. Rojo, 2015)

Acequia de riego del Este de Madrid: el «canalillo»

Conocido como el “canalillo del sur”, la acequia de riego del este de Madrid formó parte, junto con el “canalillo del norte”, de las Acequias de Riego que el Canal de Isabel II construyó en 1868 para aprovechar las aguas sobrantes del abastecimiento a la capital.

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El «canalillo» a su paso por la Guindalera, en su linde con la Prosperidad, en 1904.

El “canalillo del sur”, la acequia del este de Madrid  fue, con el “canalillo del norte”, una de las Acequias de Riego que el Canal de Isabel II construyó en 1868 para aprovechar las aguas sobrantes del abastecimiento a la capital.

Agua potable en Madrid

Hasta el siglo XVII, Madrid se abastecía de agua con pozos y con el río Manzanares y arroyos como el Meaques, el Cantarranas o el Abroñigal. Cuando Felipe II instaló la Corte en la Villa en 1561 la ciudad no llegaba a las 15.000 almas. Un siglo después eran más de 48.000, y la demanda de agua obligaba a constantes búsquedas de reservas. Su distribución o traída hasta las fuentes públicas se hacía por medio de viajes, de reminiscencias musulmanas, que consistían en canales de fábrica de ladrillo o piedra soterrados.

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Depósito elevado del Canal de Isabel II, inaugurado en 1912.

Todavía en 1850 Madrid se surtía de agua por medio de estos viajes. El crecimiento de la población y la limitada eficacia del sistema, sumado a los pocos aportes con que contaba la ciudad, especialmente en verano, hicieron urgente la necesidad de encontrar soluciones eficientes y definitivas.

A mediados del siglo XIX, la capital contaba con 77 fuentes públicas con 128 caños. Estas eran utilizadas por la población y por 950 aguadores que repartían al día 664 reales fontaneros, más de 25.000 litros en esta medida de la época. El real fontanero equivalía a 2.280 litros por minuto.

Canal de Isabel II

A pesar de que desde el siglo XVIII se realizaron numerosos proyectos para abastecer de agua a Madrid, no fue hasta 1851 cuando se presentó en las Cortes un proyecto para traer las aguas del río Lozoya.

La ejecución de este proyecto, que costó ciento veintisiete millones de reales, supuso la construcción del embalse del Pontón de la Oliva y la canalización del agua hasta el depósito soterrado del antiguo Campo de los Guardias. Lamentablemente, las características de la roca donde se emplazó la presa hicieron que las filtraciones fueran constantes y evidenciaron la inutilidad de la construcción.

Sin embargo, el 24 de junio de 1858 fue inaugurado el primer sistema de conducción de aguas del Canal de Isabel II, Pontón de la Oliva incluido. Al acto solemne, en las instalaciones del primer depósito, asistieron la reina Isabel II, el Consejo de Ministros en pleno y, como publicaba el semanario El Museo Universal, el pueblo de Madrid, que se mostró entusiasta, apiñado en el Campo de Guardias (en torno a la actual calle de Bravo Murillo), compartiendo con alegría la llegada a la ciudad de las aguas del rio Lozoya.
En 1882 la presa del Pontón de la Oliva fue sustituida definitivamente por el embalse de El Villar, a 22 kilómetros.

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Presa del Pontón de la Oliva. Foto incluida en el álbum Vistas de la presa y demás obras del Canal de Isabel II de Charles Clifford, publicado en 1858,  (BNE).

Acequia de riego del Este

Satisfechas las necesidades de consumo de agua de la población, que se situaron muy por debajo de las expectativas, los ingenieros del Canal calcularon que el agua sobrante, que se vertía al arroyo Cantarranas y desde ahí al Manzanares, podía utilizarse para regar aportando beneficios a la empresa.

Para aprovechar esta agua y posibilitar el riego de las numerosas huertas que había en los aledaños de los Ensanches y las Rondas, se inició en 1868 la construcción de la acequia de riego del Canal de Isabel II o “canalillo” a cargo del ingeniero Juan de Ribera Piferrer, artífice del primer depósito.

La acequia del Este tenía algo más de 16 kilómetros de longitud. Arrancaba desde un depósito repartidor para dividirse en dos ramales, el del Norte de 5 kilómetros de largo y el del Este de 10 kilómetros. Este ramal, construido en ladrillo revestido para limitar la erosión, contaba con tres saltos que salvaban los desniveles más importantes del recorrido y evitaban las grandes pendientes que pudiesen dar velocidad al agua aumentando la erosión del canal.

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Sección del plano de  González e Iribas, de 1906.  Se aprecia el sinuoso recorrido del sector oriental del «canalillo» o «acequia de riego del Este».

Contaba con 10 puentes de paso elevado para el tránsito de peatones, animales y vehículos, 12 tajeas o puentes de menor importancia a modo de acueductos, 10 alcantarillas y 9 sumideros para soterrar el paso de las aguas. Estaba flanqueado por acacias, álamos, moreras, castaños de Indias y negrillos para evitar la evaporación y había caminos en cada sentido con una valla de alambre para evitar accidentes.

Atravesaba la actual AZCA, recorría las inmediaciones del antiguo Hipódromo de la Castellana (hoy ocupado por los Nuevos Ministerios), la Colonia Parque Residencia, Altos del Hipódromo (Residencia de Estudiantes); cruzaba la calle de López de Hoyos, recorría la Guindalera y desembocaba en el arroyo Abroñigal después de pasar por el barrio de la Prosperidad donde se aprovechaba para la elaboración de tejas y ladrillos en los numerosos alfares y tejares que allí había.
En 1961 se decidió su cierre, hasta desaparecer por completo en los años setenta del siglo XX.

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El «canalillo» a su paso por la glorieta de López de Hoyos en 1959. En 1961 desapareció por completo. (Foto: Fondo Santos Yubero, ARCM)
(Adaptación del artículo publicado en el nº 243 la Revista Plácet, Febrero de 2014)

Referencias.-

Bonet Correa, Antonio
Madrid y el Canal de Isabel II
Revista de Obras Públicas
2001 / Número 3414: Homenaje al Canal de Isabel II

La Ilustración nº 32, 35, 37 (Años 1851 y 1858)
Inauguración del Canal de Isabel II , pág. 1
Traida de aguas a Madrid I y II

Saraiva Tiago
Ciencia y Ciudad. Madrid y Lisboa, 1851-1900
Ayuntamiento de Madrid, 2005

Rojo Escobar, Enrique F.
La Prosperidad, 1862-2012
Ediciones Temporae
Madrid, 2012

La desaparición de «Madrid Moderno» (La Guindalera)

Actualmente la primitiva barriada de Madrid Moderno casi no existe. Desde la década de los setenta la fuerte presión especulativa y la ausencia de protección sobre la singularidad del barrio no ha dejado de propiciar su demolición para construir impersonales bloques de viviendas y, en el mejor de los casos su transformación, añadiendo nuevas alturas o modificando totalmente su estructura interior.

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Postal de 1900 donde se ve el aspecto original del Madrid Moderno con uno de los torreones de la esquina en la calle Castelar en primer término.

Actualmente la primitiva barriada de «Madrid Moderno» casi no existe. Desde la década de los setenta la fuerte presión especulativa y la ausencia de protección sobre la singularidad del barrio no ha dejado de propiciar su lenta demolición para construir impersonales bloques de viviendas y, en el mejor de los casos su transformación, añadiendo nuevas alturas o modificando totalmente su estructura interior. Sólo en contados casos se ha rehabilitado  con buen criterio. Hoy día hay tres viviendas que se encuentran es estado de abandono, deteriorándose y amenazando ruina inminente.

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Villa Sara , en la calle Roma nº 30. (Foto: Enrique F. Rojo, 23/12/2013)
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Villa Sara , en la calle Roma nº 30. (Foto: Enrique F. Rojo, 23/12/2013)

Villa Sara , en la calle Roma nº 30, pertenece a la 3ª fase de viviendas del Madrid Moderno, de estilo modernistas, proyectado seguramente, ya que participaron varios arquitectos, por Valentín Roca Carbonell entre 1905 y 1906. La vivienda se modificó a mediados del siglo pasado, eliminando el mirador central que se sustituyó por un balcón corrido, añadiendo por encima de la cornisa unas ridículas mansardas neoclásicas. En 2012 perdió los balcones que se encontraban mal y descuidadamente apuntalados , ha sido okupada, ha sufrido un incendio y la cubierta se encuentra en pésimo estado. No se observa intervención alguna para su consolidación. Tampoco parece que haya intención de hacerla.

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Calle Roma nº 14 La casa presenta un estado de abandono total. (Foto: Enrique F. Rojo, 23/12/2013)
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Calle Roma nº 14 La casa presenta un estado de abandono total. (Foto: Enrique F. Rojo, 23/12/2013)
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Calle Roma nº 14 y nº 12 Las casas presentan un estado de abandono total. (Foto: Enrique F. Rojo, 23/12/2013)

Calle Roma nº 14 y nº 12. Las dos casas presentan un estado de abandono total. También forman parte de la 3ª fase de viviendas del Madrid Moderno. La primera conserva los elementos modernistas con toques orientalistas originales. No así la casa contigua que perdió su carácter cuando enfoscaron la fachada en un gris anodino y eliminaron el mirador haciendo un balcón y por debajo una especie de soportal. Esta casa estaba pendiente de derribo para construir un edificio de dos alturas más ático aprovechando el máximo de edificabilidad permitido por el Ayuntamiento.  Proyecto detenido posiblemente por la crisis. Luego, todo se andará.

Referencias.-

El «Madrid Moderno» (Blog urban Idade)

Rojo F. Enrique
Madrid Moderno, vestigio urbano del siglo XIX. Lo que queda de una barriada económica del Extrarradio
La Ilustración de Madrid nº 15. Primavera 2010 (PDF en SCRIBD)

La Guindalera demolida (Madrid)

De formación contemporánea y origen similar a la Prosperidad, el barrio de la Guindalera, en el distrito de Salamanca,  fue creciendo de manera irregular ocupándose sus solares por modestas casitas obreras y por hotelitos más ostentosos para veraneos y fines de semana. De estas primeras construcciones del siglo XIX nada queda. Si se mantienen, en cambio,  grupos de viviendas de pisos que se construyeron en las vías principales del barrio, las calles Cartagena y Pilar de Zaragoza, donde se pueden ver ejemplos de la arquitectura del inicio del siglo XX con esgrafiado en fachada.

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Grupo de casas terreras en la Guindalera, lindando con la Prosperidad  junto al «Canalillo» o canal de riego del este, en 1904.

Las viviendas obreras y las de recreo que se construyeron entre los últimos años del XIX y los primeros años del siglo XX, y que constituían lo más representativo del barrio primitivo, se han demolido casi en su totalidad a lo largo de los últimos 30-40 años de manera sistemática. En 1888 la Guindalera contaba con 762 habitantes y estaban ya adjudicadas las calles de Ardemans, Béjar, Cartagena, Francisco Mejía, Eraso, Pilar de Zaragoza, Agustín Duran, Francisco Santos y Martínez Izquierdo. Estas calle han sido el núcleo principal en el que se encontraban los edificios más representativos de arquitectura popular que conformaba el barrio original. Se puede decir que las pocas muestras que aún quedan están en serio peligro de sobrevivir al no contar con ningún tipo de protección que las ampare. Aunque, a decir verdad, de existir,  nada garantizaría que no fueran víctimas de la piqueta, pues el ansia especulativa y el desprecio por los «documentos» históricos que ofrece la arquitectura queda más que manifiesta en algunas desafortunadas intervenciones ejecutadas por el Ayuntamiento de Madrid.

A continuación dejo una pequeña muestra de imágenes de edificios que ya sucumbieron al poder de la piqueta, otros que puede que no tarden mucho en hacerlo y algunos que mantienen buena salud, de momento.

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Calle Eraso. Viviendas obreras antes y después del derribo. (Foto: Enrique F. Rojo)
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Fachada con decoración esgrafiada del edificio situado en el nº 16 de la calle de María Teresa. Estado de ruina y abandono en que se encontraba en 2007. (Foto: Enrique F. Rojo, 2007)
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Detalle de la fachada con decoración esgrafiada del edificio situado en el nº 16 de la calle de María Teresa en 2007. (Foto: Enrique F. Rojo, 2007)
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Este hotelito, muy descuidado, se encontraba en la calle Pilar de Zaragoza nº 43. Se derribó en 2012. (Foto Google Maps, 2010)
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Solar del hotelito de la calle Pilar de Zaragoza nº 43 después del derribo, en 2012. (Foto: Enrique F. Rojo, 2012)
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Solar del hotelito de la calle Pilar de Zaragoza nº 43 después del derribo, en 2012. (Foto: Enrique F. Rojo, 2012)
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Hotelito de finales del siglo XIX situado en la calle Martinez Izquierdo nº 21 tal como estaba en 2008. (Foto: Enrique F. Rojo, 2008)
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El hotelito de  Martinez Izquierdo nº 21 en 2013. (Foto: Enrique F. Rojo, 2013)
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Ejemplo de hotelito de finales del siglo XIX situado en la calle Martinez Izquierdo en perfecto estado de conservación. (Foto: Enrique F. Rojo, 2013)
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En este solar de la calle Pintor Moreno Carbonero se encontraba una construcción de dos plantas de las que dio origen a la Guindalera. En 2007, cuando se comenzó a levantar una nueva edificación, hacía ya algunos años que había sido demolido. (Foto: Enrique F. Rojo, 2007)
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Frente de un hotelito unifamiliar de principios del siglo XX en la calle Pintor Moreno Carbonero, en 2007. En la actualidad la edificación se mantiene en un aceptable estado de conservación. (Foto: Enrique F. Rojo, 2007)
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Hotelito en Pintor Moreno Carbonero de finales del XIX o principios del XX en perfecto estado de conservación, y ejemplo casi único de una construcción de este tipo de las muchas que poblaron la Guindalera. (Foto: Google Maps, 2010)

Morasol, el último cine del barrio de la Prosperidad

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Cine Morasol cerrado. (Foto: Enrique F. Rojo, 14 de mayo de 2013)

Hace unas tres semanas que el cine Morasol, situado en la calle Pradillo, 6 de la Prosperidad, no abre. Era el último cine del barrio y de sus alrededores que permanecía en activo. Se inauguró en el año 1964, cuando todavía acudir al cine el fin de semana era una de los entretenimientos más populares en todo el país. En la programación de sus primeros años se proyectaron películas como El circo,con Cantinflas; El Vampiro de Düsseldorf, de Fritz Lang; diferentes títulos de la saga del Zorro; El joven Winston, de Richard Attenborough ; etc.

Plantas del cine Morasol
Planta de cine Morasol. (Plano: Web Estudio López-Izquierdo)

En la Prosperidad el Morasol convivía con los cines López de Hoyos (antes salón Moderno), el Cinestudio Covadonga y el Royal, todos ellos en la calle López de Hoyos. En la misma calle, bastante más arriba se encontraba el cine Ciudad Lineal. Cerca de la Guindalera, pero también competidores del cine Morasol, se encontraban el Bahía, el Mónaco y el modernísimo Marvi, los tres en la calle Cartagena.

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Antiguo cine Marvi, en los años sesenta del siglo XX.

Hacia Chamartín, en la calle General Mola (Príncipe de Vergara) estaban los cines Roma y el Juan de Austria.
En su momento, la apertura del cine Marvi, en la calle Cartagena casi esquina Avenida de America, desbancó a los que salpicaban López de Hoyos. Este cine, abierto en 1958, fue durante los 60 el más moderno de la zona. También tenía programas dobles y al estar a mitad de camino entre el barrio de Salamanca y los de la Guindalera y la Prosperidad, competía con el Oraa y con el Silvela, a la vez que con el Lopez de Hoyos, con el Covadonga y con el Morasol.
El Marvi desapareció en 1980 y comenzó a funcionar como bingo -Sala América- hasta el año 2008 que cerró definitivamente. En los bajos del cine Marvi estaba la sala de fiestas “El Cisne Negro”.

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Antiguo cine López de Hoyos. Cuando cerró se convirtió en una salón de bodas y banquetes. Hoy es un gimnasio. (Foto: Blog Eloy Peña Rico)

La década de los ochenta del siglo pasado fue nefasta para los cines, especialmente para las grandes salas que eran incapaces de completar su aforo, a pesar de estrenar las producciones más atractivas del mercado. Muchas salas se reconvirtieron en minicines y aguantaron hasta donde pudieron. Los cines grandes de los barrios se transformaron en bingos y en salones de bodas y banquetes y , ya en la década de los noventa, algunos mutaron en gimnasios, como el Roma o el López de Hoyos. De los cines pequeños que no continuaron su actividad la mayoría se transformaron en supermercados de grandes cadenas o en franquicias de ropa.

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Antiguo cine Royal. Tras su cierre se convirtió en un bingo. Ahora puede que se transforme en un supermercado. (Foto: Blog Eloy Peña Rico)

En 2006 una reforma del Ayuntamiento por la que las salas podían cambiar su uso urbanístico, con las salvedades de que los edificios que gozasen de protección urbanística tendrían que asegurar la conservación de sus elementos arquitectónicos y culturales, y que los nuevos usos del inmueble tendrían que ser compatibles con la integridad de palcos, tramoyas y escenarios, posibilitó el cierre de muchas salas que aún funcionaban.
Este cambio en la legislación unido al hecho de que la mayoría de los cines pertenecían a unas pocas sociedades, produjo que estas cerrasen las salas casi de forma conjunta con la intención de sacar partido a las plusvalías que generaba la recalificación.

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Antiguo cine Juan de Austria. Después de convertirse en un supermercado, el local se encuentra cerrado. (Foto: Blog Eloy Peña Rico)

El cine Morasol también sufrió la crisis de los ochenta y en febrero de 1980, cuando exhibía el Secreto del Toisón de Oro y Una Tarde en la ópera, de los hermanos Marx,  en sesión continua al precio de cinco duros, el mismo mes que en el cine Gran Vía se estrenaba Mad Max, echó el cierre.
En 1982 volvió a abrir, esta vez no como cine sino como sala de conciertos, aunque mantuvo su nombre (Sala Morasol). Sin embargo, a pesar de convertirse en un referente de la “movida”, junto con la sala “Marquee” y la sala “Rock-Ola”, los antiguos cine Bahía y Mónaco, las numerosas denuncias de los vecinos y las continuas molestias que el público que acudía al local generaba en el barrio durante las madrugadas, obligó a su cierre en junio de 1984. (La sala Morasol llegó a ser una de las más conocidas y frecuentadas por la gente joven madrileña, y fue lugar de conciertos de los grupos más famosos del panorama musical español de los ochenta. La Morasol, como se la conocía, carecía de licencia de instalación, apertura y funcionamiento, además de superar ampliamente, según los técnicos municipales, el nivel de decibelios permitidos, lo que originaba la transmisión de vibraciones y ruidos molestos a los vecinos-.El País, 9 de junio de 1984).

Morasol
Interior del cine Morasol, en la calle Pradillo. (Foto: Web Estudio López-Izquierdo)
Sala cine Morasol
Sala principal del cine Morasol. (Foto: Web Estudio López-Izquierdo)

Pero, como el Ave Fénix, en 1997 el Morasol resurgió de sus propias cenizas y abrió de nuevo como cine multisalas, ligado a la sociedad Exhibidores Unidos del empresario valenciano  Bautista Soler, propietaria también del Juan de Austria y que llegó a tener 40 salas de cine en Madrid capital.
EJuan de Austria cerró en 2007 al amparo de la reforma del Ayuntamiento de Madrid, y transformó el antiguo cine en un Open Cor, ahora también cerrado y en una sala de ensayo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
El cine Morasol, aguantaba como multicine de seis salas, hasta hace unas tres semanas. Pero, desde entonces no ha vuelto a abrir. Y parece que esta vez va a a ser el adiós definitivo del último cine del barrio de la Prosperidad.

ACTUALIZACIÓN 2016: el 27 DE OCTUBRE DE 2016, el antiguo cine Morasol volvía a abrir, con mínimas reformas, rebautizado como Cines Conde Duque Auditorio.

Referencias.-

El crepúsculo de las salas (El País, 2013)

Sin grandes cines en las calles de Madrid (Revista Profesiones, 2007)

Salas de cine: Morasol (Estudio de arquitectura López-Izquierdo)

«The end para el cine de barrio«. Cine Marvi. (El País, 23/03/2012))

Los cines Renoir de Cuatro Caminos echan el cierre (El País 30/09/2013)

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