Lentamente pero con empeño se ha conseguido la eliminación del complejo edilicio de la corporación de Radio y Televisión Española, RTVE (Antiguo Ente Público Radiotelevisión Española). La enajenación sistemática de las instalaciones ha eliminado un conjunto diverso de construcciones, algunas con un carácter histórico destacable. Todo en aras de una rentabilidad dudable, negociando con propiedad pública, fin mercantilista particular y discutible bien común. De hecho, desde las ventas, RTVE carece de platós e instalaciones suficientes para sus producciones y se ve obligada a alquilarlos, con el consiguiente desembolso de dinero público. (Ver ADISAR, Villaviciosa de Odón, Madrid)
No todos los edificios eran importantes, pero la importancia de algunos era lo suficientemente relevante como para evitar su destrucción. (Ver Rafael Bergamín, Estudios Chamartín)
Derribo de los Estudios Buñuel (Foto: Enrique F. Rojo 3/2/2016)
Venta y derribo del «chalet» del Paseo de la Habana
El origen de la televisión española tuvo lugar en este edificio del paseo de la Habana de Madrid. Después de varios años de pruebas Televisión Española inició sus emisiones en 1955 de manera intermitente en el edificio derribado. El 28 de octubre de 1956 se produjo la inauguración oficial, dando por comienzo las emisiones regulares.
Demolición del edificio del Paseo de la Habana 75. (Foto: Kike Rincón/ MDO, 2017)
En 2009, siendo alcalde Alberto Ruiz-GallardónJiménez, RTVE negociaba la venta de las instalaciones para la construcción de viviendas dentro del plan de restructuración inmobiliaria que había diseñado el entonces presidente del ente, Luis FernándezFernández y que incluía una serie de desinversiones de activos entre los que sen encontraban los Estudios Buñuel de Chamartín y el histórico “chalé” del Paseo de la Habana -que en origen fueron dos casas, una de ellas derribada con el tiempo para construir un plató
-, primera sede de Televisión Española.
Antigua Televisión Española en el paseo de la Habana de Madrid, convertida en Delegación Territorial de RTVE.(Foto: Google, 2008)Paseo de la Habana, 75, después del derribo de la antigua sede de la primigenia Televisión Española. (Foto: Enrique F. Rojo, 2017)Estudios de TVE en el paseo de la Habana 75 de Madrid, en el año 1955.(Foto: Fondo Santos Yubero /ARCM)
Compradores y nuevo proyecto
Como pasara con los Estudios Buñuel, en la actualidad el histórico edificio del paseo de la Habana no existe y se construyen viviendas de lujo. La promotora que se ha quedado con el negocio es Martell Investiments, propiedad de la familia ovetense Masaveu, que pagó en subasta pública 10,8 millones de euros.
Paseo de la Habana, 75, después del derribo de la antigua sede de la primigenia Televisión Española. (Foto: Enrique F. Rojo, 2017)
Se edificarán 2.300 m² en 10 viviendas de alto lujo de más de 200 m². El precio de venta en plano está entre los 6000 y 7000 euros el m². De momento solo se ha realizado la demolición del antiguo edificio y la consolidación del terreno con micropilotes para asgurar los cimientos de los edificios colindantes, un hotel y un bloque de viviendas.El proyecto, licitado en agosto de 2017, inició las obras de derribo el mismo mes –el verano es el mes ideal para los derribos– y tiene proyectado el fin de las obras para 2019.
La dirección de la obra está a cargo de los miembros del Estudio Bueso Inchausti & Rein Arquitectos, S.L.P., autores del proyecto. La constructora es San José, S.A.
Promoción de viviendas Habana 75.(Infografía de la inmobiliaria)
Antiguo mercado al aire libre en la Prosperidad en la primera mitad del siglo XX. (Foto: La Prosperidad, 1862-2012. Ed. Temporae, 2012)
Mercado de abastos de la Prosperidad
El mercado de abastos de la Prosperidad se inauguró en enero de 1954 a partir de un proyecto de 1952 del el arquitecto Manuel de la Peña Suárez (Madrid,1922) con la participación del aparejador Mariano Trías y del constructor de obras Gregorio Lapuente Máñez. El edificio, según las crónicas de la época era bello y moderno y constaba de dos plantas de líneas esbeltas y gran diafanidad. El nuevo mercado tenía capacidad suficiente para satisfacer las necesidades presentes y futuras del populoso barrio de la Prosperidad que para entonces crecía sin cesar.
Contaba con cámaras frigoríficas en veintitrés departamentos individuales, 34 almacenes, 52 puestos interiores, 177 bancas, 19 tiendas en el exterior y servicios higiénicos para uso de los vendedores y empleados del recinto.
Alzados da las fachadas oeste, principal a la calle de Vinaroz, y sur a la calle de López de Hoyos. Proyecto de 1952 del el arquitecto Manuel de la Peña Suárez.(Archivo de la Villa de Madrid)
La carpintería metálica o metalistería (así se decía entonces), que constaba de barras, ganchos, columnas, soportes y demás accesorios imprescindibles en la instalación de las tiendas, las realizó la Casa madrileña de Francisco Martín cuyos talleres se encontraban en la calle de Jerónimo Llorente nº 18, y que también había realizado análogos trabajos para los mercados de Argüelles y de Andrés Mellado.
Los cierres metálicos y las persianas de hierro de las tiendas, tanto interiores como exteriores, así como los de los accesos del propio mercado, fueron ejecutados por la Casa Ramos, instalada en la calle de Luis Misón nº 20, que también participó en la construcción de los antes citados mercados.
Las obras de carpintería en puestos, tiendas, ventanas, bancas y barandillas fue tarea de los talleres de Jesús Sánchez C. situados en la calle de Monederos nº 7. El solado lo acometió la empresa SUMMA, con oficinas en la calle de Alberto Aguilera nº 28. Las instalaciones de fontanería, saneamiento y servicios de agua corriente en puestos y tiendas las realizó la Casa Urbano Rubio, con sede en la calle de Raimundo Lulio, 14.
Mercado de la Prosperidad en los años 70 del siglo XX. (Foto: Susana Martínez)
Las reformas del mercado
A lo largo de su historia el mercado de la Prosperidad ha experimentado algunas reformas y mejoras que han intentado modernizar sus instalaciones con el propósito de hacer más cómodo el trabajo de los vendedores y de atraer a los clientes. La idea de modernizar y mejorar la calidad del mercado para impulsar su actividad comercial y mantener el empleo a través del llamado comercio de proximidad han sido objetivos recurrentes del Ayuntamiento de Madrid.
Puesto de encurtidos, salazones, legumbres, conservas y frutos secos en el mercado de la Prosperidad antes de la crisis que ha obligado a su completa reestructuración .
Interior del mercado de la Prosperidad antes de la remodelación de 2015.
La última reforma en las postrimerías del siglo XX incluyó aire acondicionado, puertas automáticas y plasmas de televisión repartidos por los corredores. A pesar de los esfuerzos, el mercado de la Prosperidad no fue ajeno a la crisis general de este tipo de establecimientos y en 2009 la corporación municipal redactó un documento urbanístico que daba vía libre a la demolición del inmueble y su sustitución por uno nuevo.
Mercado de la Prosperidad durante las obras de reforma en septiembre de 2015.(Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
Un mercado del siglo XXI
El mercado de Prosperidad se levanta sobre una parcela de propiedad municipal que ocupa una superficie de 1.824 m2. Cuenta con dos plantas y una superficie edificable de 3.700 m2. Tenía 70 puestos, de los que más de dos tercios estaban vacantes. En nuevo Plan General de 2009 permitía una edificabilidad total 5.924 m2, casi el doble de la original, aumentando la altura en los frentes de la calle de López de Hoyos y la plaza de la Prosperidad hasta 21 metros . En los frentes de las calles de Mantuano y Vinaroz se limita la altura a 16 metros.
Mercado de la Prosperidad durante las obras de reforma en septiembre de 2015.(Foto: Enrique F. Rojo, 2015)Mercado de la Prosperidad durante las obras de reforma en septiembre de 2015.(Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
La actual reforma, que supone el desbloqueo de parte del proyecto de 2009 y su adecuación a las necesidades y demandas del siglo XXI, está encaminada a crear un mercado energéticamente eficiente, con sistemas de recuperación de energía y aprovechamiento de las energías renovables, dotando al nuevo local de sótanos con plazas de aparcamiento para uso de los clientes del mercado y zonas de carga y descarga.
Mercado de la Prosperidad durante las obras de reforma en septiembre de 2015. La reforma incluye el vaciado interior y su reestructuración completa(Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
El proyecto de reforma pretende recuperar el protagonismo de la calle de López de Hoyos como vía comercial, perdido en los últimos lustros en favor de las calles adyacentes, en gran medida por la dispersión en la zona de los comerciantes del mercado que se reestablecieron huyendo de aquel espacio sin clientes cada vez más desolado. El plan para el mercado da acceso a actividades terciarias complementarias a los comercios tradicionales, en un modelo similar al realizado en otros mercados de la red municipal, incluyendo una mediana superficie. En definitiva, se trata de intentar recuperar el valor de los mercados de barrio como modelo de abastecimiento tradicional, conjugando su actividad con la de los modelos de supermercados de barrio en una visión más adecuada a las demandas del siglo XXI.
Mercado de la Prosperidad durante las obras de reforma en septiembre de 2015.(Foto: Enrique F. Rojo, 2015)Nuevo aspecto del interior del mercado de la Prosperidad después de la reforma de 2015. (Foto: Enrique F. Rojo, 2015)Aspecto del interior del mercado de la Prosperidad después de la reforma de 2015, a la espera de la completa ocupación de los puestos de la planta baja. (Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
A finales de la primera década del siglo XX surge en Madrid un estilo nuevo de urbanización inspirado en la Ciudad Jardín inglesa de Ebenezer Howard y en la Ciudad Lineal de Arturo Soria. El modelo se desarrolló principalmente en terrenos de Chamartín de la Rosa donde se crearon “colonias” de viviendas unifamiliares que dieron a la zona un peculiar carácter. Hoy día, estas colonias históricas, que gozan de protección urbanística, mantienen todo su encanto original convertidas en auténticas islas dentro de la vorágine de la gran urbe.
Colonia Socialista o Ciudad Jardín, calle Alhelies (1919/1920).
A finales de la primera década del siglo XX surge en Madrid un estilo nuevo de urbanización inspirado en la Ciudad Jardín inglesa de Ebenezer Howard y en la Ciudad Lineal de Arturo Soria. El modelo se desarrolló principalmente en terrenos de Chamartín de la Rosa donde se crearon “colonias” de viviendas unifamiliares que dieron a la zona un peculiar carácter. Hoy día, estas colonias históricas, que gozan de protección urbanística, mantienen todo su encanto original convertidas en auténticas islas dentro de la vorágine de la gran urbe.
Colonias de “casas baratas”
La Ciudad Jardín Madrileña se levantó en unos terrenos situados en el antiguo término municipal de Chamartín de la Rosa por la empresa Fomento de la Propiedad, sociedad urbanizadora catalana instalada en Madrid hacia 1915 que realizó diferentes promociones directas o mediante la venta de terrenos a otras cooperativas o promotoras. Fomento de la Propiedad compró al duque de Pastrana unas 250 hectáreas de suelo comprendidos entre el Ventorro del Chaleco (entonces en la Prosperidad), el paseo de la Ciudad Lineal (Arturo Soria) y el límite deChamartín de la Rosa (Ramón y Cajal). Las colonias se construyeron como núcleos aislados y discontinuos, ya que sus promotores en muchos casos fueron distintos. Todas las promociones se acogieron a las sucesivas leyes de casas baratas e iban dirigidas a clases medias trabajadoras y a empleados públicos. Arquitectónicamente hubo varias tipologías de viviendas (pareadas, adosadas en hileras y aisladas), basadas por lo general en estilos regionalistas, con el uso de enfoscados en la fachada, aparejos de ladrillo visto con motivos sencillos y canecillos de madera bajo cubiertas de teja a una, a dos, tres, cuatro o más aguas.
Colonia Unión Eléctrica Madrileña, calle Primera (1920/ 1927).
Colonia Socialista o Ciudad Jardín
Fue la primera colonia de las proyectadas en la Ciudad Jardín Alfonso XIII. Al amparo de la Ley de Casas Baratas de 1911, la Cooperativa Obrera para la Adquisición de Casas la promovió en 1919 por iniciativa de Pablo Iglesias y Jaime Vera para los afiliados a la Casa del Pueblo. La Cooperativa, integrada por 116 personas, compró los terrenos a Fomento de la Propiedad aportando cuotas mensuales de cuatro pesetas y de dos pesetas dependiendo del tamaño de las casas. El precio final de las viviendas grandes (120m2) fue de 19.000 pesetas y de 12.000 pesetas, las pequeñas (90m2). En ambos modelos la distribución era semejante, variando únicamente las dimensiones. En la planta baja se situaban un comedor, cocina, dos habitaciones y vestíbulo; en la planta segunda había cuatro dormitorios y un trastero. El Cuarto de baño se situaba en el exterior, al lado de la cocina. La colonia la formaban 118 viviendas adosadas en hilera, formando grupos de cuatro, cinco o más casas y estaba delimitada por la recién trazada calle de Alfonso XIII, Narcisos (E. Howard), Alhelíes (Pablo Iglesias), Celindas, Santoninas y Jacintos.
Aneja a la colonia Socialista, en 1926 se construyó la colonia Bosque y Mina o colonia de Fomento de la Propiedad, formalmente semejante. De ese mismo periodo es la colonia Unión Eléctrica Madrileña(U.E.M.), promovida por Valentín Ruíz Senén, director gerente de la U.E.M., para empleados de la compañía que se acogió a laLey de Casas Baratas de 1921. Constaba de viviendas unifamiliares aisladas, con jardín a cuatro fachadas y se proyectó en una tipología homogénea.
Colonia Prosperidad, calle Cabeza Reina (1926/1935).Colonia Prosperidad, Ciudad-Jardín Alfonso XIII (1926/1935).Foto Enrique F. Rojo, 2012
Colonias Primo de Rivera y Prosperidad
Estas colonias, de tipologías diferentes, se construyeron en pleno periodo de la dictadura de Primo de Rivera, acogiéndose a la 3ª Ley de Casas Baratas. La colonia Primo de Rivera, realizada entre 1925 y 1930, para funcionarios y policías municipales, se situó en el eje de la calle Ramón y Cajal, en ambas aceras y a lo largo de calles paralelas a la principal. Se realizaron 272 viviendas, casi todas agrupadas en hileras, con jardín en las dos fachadas, así como también algunos hoteles unifamiliares aislados rodeados por un jardín mínimo. La Colonia Prosperidad fue promovida entre 1926 y 1935 por la Compañía Anónima de Casas Baratas en terrenos próximos a los de la Colonia Primo de Rivera en el eje de la calle Ramón y Cajal, limitando con el Colegio Santa Marca y la citada colonia, con la que se integra. Su estructura es ortogonal con manzanas rectangulares, con un eje principal de acceso –la calle Luis Larrainza- y una plaza central. A esta estructura se superpone una red de calles peatonales de menor dimensión. Las viviendas, en un total de 244, se sitúan en hilera de una y dos plantas, con porche, pequeños jardines delanteros y patio trasero, en parcelas de pequeño tamaño.
Otras colonias de la Ciudad Jardín, contemporáneas a las citadas, son la Albéniz o de los Músicos, la Imperial, Jardín de la Rosa y Jardín Municipal, todas ellas en el entorno de las calles Ramón y Cajal y Alfonso XIII, en el distrito de Chamartín. (Artículo publicado en la Revista PLÁCET, Nº 245 , Abril 2014.)
Referencias.-
Unión Eléctrica Madrileña (Ver artículo, Arroyo Ilera, Alfonso, UAM,2009)
La casa de «La Magdalena» se construyó entre 1869 y 1876, encargada por Agustín Tenreiro, importante empresario, propietario de una industria familiar de curtidos de Pontedeume. Actualmente la finca, durante mucho tiempo considerada como uno de los mejores parques urbanos del siglo XIX, se encuentra en un estado de abandono total, tanto la vivienda como los jardines. Ha sido saqueada y vandalizada, y además, se encuentra expuesta a los agentes meteorológicos al haberse destrozado puertas y ventanas. Si no se remedia, pronto amenazará ruina.
«La Magdalena», casa de los Tenreiro en Pontedeume, en estado de abandono. (Foto: Enrique F. Rojo, 2010)
Construcción
La casa de «La Magdalena» se construyó entre 1869 y 1876, encargada por Agustín Tenreiro, importante empresario, propietario de una industria familiar de curtidos de Pontedeume. Al parecer, en el año 1924 se halló en la finca, el llamado «Cuadrifaz de Pontedeume«, pieza de granito con caras esculpidas en cada uno de sus cuatro lados, de origen celta o romano, donado en 1962 por su descubridor, el arquitecto Antonio Tenreiro Rodríguez, al Museo Provincial de Bellas Artes de A Coruña y, actualmente en el Museo Castelo de San Antón. Es posible que la figura representase a una divinidad protectora de los caminantes, situada en los cruces de caminos. Antonio Tenreiro, después de encontrar la figura esculpida, elaboró un informe al respecto del hallazgo:
«En el mes de septiembre del año 1924 con motivo de las obras de desmontes de tierra que se realizaron para la construcción del camino vecinal de Puentedeume a Hombre, y entre los grandes montones de piedras y escombros sobrantes de estos desmontes, y apertura de cajas de cimientos del muro de contención construido a lo largo de la finca «La Magdalena», en la parte situada en el lugar denominado de San Calcón (antigua fábrica de curtidos llamada el «Corral») y próximamente entre los hectómetros 6 y 7 de dicha carretera próxima a los manantiales que nacen en dicha parte de la finca… Es de advertir que ninguna ruina de edificio medieval existe en aquel lugar, al que se pudiera atribuir esta piedra, que más parece proceder de algún castro que, por aquellos contornos, pudiera haber existido, de no estar en «alguna forma de remoto culto, relacionada con los manantiales antes mencionados, en la proximidad de los cuales apareció”
Pontedeume y la desembocadura del río Eume. Hacia 1930.
Descripcción
El edificio es una vivienda unifamiliar exenta, con elementos de clara inspiración romántica. Tiene planta cuadrada dispuesta en tres alturas, en la fachada principal que mira al río Eume, y dos en la posterior, que se encuentra más alta, en la carretera de Esteiro. El espacio interior sigue una estructura tradicional condicionada por las escaleras situadas en el centro, que funcionan como elemento articulador de la vivienda, llegando hasta el exterior en una rotunda torre-mirador con ventanales a su alrededor, que permiten admirar el paisaje de la desembocadura del río Eume. Las fachadas son de estilo clásico, de piedra revocada pintada de blanco. Las dos principales van aumentando los huecos según ganan altura, hasta llegar a la cubierta, también clásica, de teja. En el bajo, tan solo se presentan las puertas de entrada y unas pequeñas ventanas. En la primera planta, las ventanas de gran porte vertical, hasta cinco, con postigos de madera, se abren para dejar paso a la luz, casi siempre tenue, de estas latitudes de las Rías Altas. En la fachada que mira al río, el vano central es un balcón apoyado sobre modillones moldeados por encima de la puerta de entrada. El tercer piso presenta una disposición similar en las dos fachadas principales y las dos laterales, con la adición en la posterior, en la carretera de Esteiro, de un frontón con ventana a modo de buhardilla sobre el que se colocó una campana.
Tejo centenario de la finca de los Tenreiro, a mediados del siglo XX.
El árbol
En la finca «La Magdalena» se sembraron numerosos árboles. Los que sobreviven, ahora son centenarios, entre ellos araucarias, cedros del Líbano, magnolios comunes y japoneses, cipreses, castaños del País y de Indias, acebos, camelios, bambúes negros y verdes, etc. Sin embargo, el árbol más importante de la finca siempre fue un tejo. De porte extraordinario, se le ha calculado una edad superior a los trescientos años. Tenía instalada una escalera de caracol, colocada por los dueños de la finca, que daba acceso a dos alturas, la primera con una mesa circular y la segunda con unos bancos a modo de terraza. A pesar de ser un árbol histórico protegido, las obras realizadas por el Ayuntamiento de Pontedeume en el paseo del río Eume, solando y cementando parte de los antiguos jardines, alrededor del tejo, produjeron su deterioro gradual hasta ocasionar su muerte, a la espera de su certificación por técnicos del Concello. Actualmente la finca, durante mucho tiempo considerada como uno de los mejores parques urbanos del siglo XIX, se encuentra en un estado de abandono total, tanto la vivienda como los jardines. Ha sido saqueada y vandalizada, y además, se encuentra expuesta a los agentes meteorológicos al haberse destrozado puertas y ventanas. Si no se remedia, pronto amenazará ruina.
En Somo, frente a Santander, las olas invadieron la playa y arramblarón cuanto encontraron en su camino. Y en su camino se toparon con una serie de chalets construidos en la década de los ochenta del pasado siglo.
Las consecuencias del encontronazo tuvieron cierta gravedad económica para los propietarios de las viviendas.
Chalés en la playa de Somo(Foto: Diario Montañés, 2014)
Los pasados 1 y 2 de marzo de 2014, según explicaciones de técnicos en la materia, la combinación de una profunda borrasca sobre las islas Británicas y un potente anticiclón en las Azores, produjo una situación de vientos intensos y fuerte oleaje en las costas del norte y noroeste de la Península Ibérica, que efectó de manera acusada a la Comunidad cántabra. En Somo, frente a Santander, las olas invadieron la playa y arramblarón cuanto encontraron en su camino. Y en su camino se toparon con una serie de chalets construidos en la década de los ochenta del pasado siglo. Las consecuencias del encontronazo tuvieron cierta gravedad económica para los propietarios de las viviendas, sin que nadie resultase herido.
Chalés en la playa de Somo(Foto: EFE, 2014)
Lo extraño del suceso no ha sido ver como el mar avanzaba hasta su encuentro violento con las casas causando destrozos. Al contrario, lo difícil es entender qué hace una urbanización a menos de 100 metros del mar, levantada en medio de la playa, por delante de la protección dunar y amparada por un muro de hormigón armado para prevenir las mareas. No parece extraño, pués, que hechos como este puedan producirse, conocido el común desprecio que suele manifestarse cuando de retar a las fuerzas de la Naturaleza se trata. Más aún a sabiendas del cambio climático y del calentamiento global que ya se deben considerar como fenómenos más que evidentes y a los que habría que prestar más atención.
Hace cerca de siete años escribí en este mismo blog unas líneas en las que manifestaba mi asombro al ver cómo se construían edificios y urbanizaciones a pié de costa y en primerísima línea de playa, sin ningún pudor ni preocupación por la posible destrucción de ecosistemas sensibles y sin temor a las posibles consecuencias por el devenir natural de las cosas. Lo hice en referencia precisamente a esta Urbanización de Somo, un ejemplo revelador de cómo se pasa la excavadora por encima de dunas y playas para crear nuevos paisajes de hormigón y ladrillo, y que evidencia la impudicia y la falta de escrúpulos de los promotores, constructores, Ayuntamientos y compradores de las viviendas que invaden la playa.
Chalés en la playa de Somo (Foto: EFE, 2014)
Aunque este temporal haya sido el más violento y «contumaz» en tres décadas y aunque la reforma de la Ley de Costas española ampare este tipo de despropósitos que benefician a los especuladores en su avaricia infinita, parece sensato pensar que sucesos como este no ocurrirían de no haber edificios plantados en medio de las playas. Deberíamos poner remedio porque no podemos ir en contra de la Naturaleza.
Urbanización en la playa de Somo antes de los destrozos de 2014 (Fotos: Enrique F. Rojo, 2007)