Continúa la demolición de los Estudios Buñuel. De momento se ha derribado el edificio con fachada mirando a la avenida de Burgos, que alojaba los servicios generales y oficinas.
Continúa la demolición de los Estudios Buñuel. (Foto: Enrique F. Rojo 3/2/2016)
Continúa la demolición de los Estudios Buñuel. De momento se ha derribado el edificio con fachada mirando a la avenida de Burgos, que alojaba los servicios generales y oficinas. También ha comenzado la demolición de los platós L-1 y L-2, ambos de 600 m2. Queda el L-3, de 2.500 m2, que fue hasta el año 2015 el segundo plató de televisión más grande de Europa, donde se grabaron programas como Con las manos en la masa o series como El Quijote, en 1992, Un, dos, tres… responda otra vez, El gran circo de TVE, ¿Qué apostamos?, etcétera.
Continúa la demolición de los Estudios Buñuel. (Foto: Enrique F. Rojo 3/2/2016)Continúa la demolición de los Estudios Buñuel. (Foto: Enrique F. Rojo 3/2/2016)
Grupo de viviendas «Calanda Homes», de la inmobiliaria Pryconsa, de 2018, en la avenida de Burgos nº 5. Salvo el nombre de la promoción, ya no queda nada que recuerde al pasado cinematográfico del lugar.(Foto: Enrique F. Rojo, 2020)
Grupo de viviendas «Calanda Homes», de la inmobiliaria Pryconsa, de 2018, en la avenida de Burgos nº 5.(Foto: Enrique F. Rojo, 2020)
Parece que el verano es una buena época para derribar edificios en Madrid. Esta afirmación se repite cada año por estas fechas. La acción demoledora prefiere que haya pocos testigos y por eso prefiere el verano para actuar.
En esta ocasión la piqueta se ha encargado de derribar un grupo de construcciones populares de los barrios de La Guindalera y de la Prosperidad.
Parece que el verano es una buena época para derribar edificios en Madrid. Esta afirmación se repite cada año por estas fechas. La acción demoledora prefiere que haya pocos testigos y por eso prefiere el verano para actuar. En esta ocasión la piqueta se ha encargado de derribar un grupo de construcciones populares de los barrios deLa Guindalera y de la Prosperidad.
Aunque no eran importantes arquitectónicamente y por ello no poseían protección alguna, si tenían el valor de ser ejemplos representativos del pasado de ambos barrios y de las tipologías propias de una época. Algo especialmente notable si pensamos en la desaparición acelerada de los elementos arquitectónicos que sufre el antiguo tejido urbano de las primitivas periferias.
El edificio de La Guindalera tenía dos alturas con planta baja y contaba con un jardín delantero y patio posterior. Su construcción, sobre un solar de 465 m² con una superficie de 523 m² se puede circunscribir a las primeras décadas del pasado siglo XX. Era una construcción calificada para uso industrial, aunque su tipología cercana al estilo regionalista sugiere más que fuera una vivienda unifamiliar modificada en su uso a posteriori. Junto a esta casa, con el número 32, se encontraba otra, de finales del siglo XIX y derribada en 2006, representativa de las humildes construcciones terreras autoconstruidas que conformaron el barrio en sus orígenes.
Solar en la calle Pintor Moreno Carbonero, 30.(Foto: Enrique F. Rojo, 2015
Solar en la calle Pintor Moreno Carbonero, 30.(Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
Hotelito en la Prosperidad
La casa de la Prosperidad era uno de los escasos ejemplos que van quedando en el barrio de «hotelitos» anteriores a los años 50 del siglo XX, originariamente aislados de las diferentes colonias que constituyeron la Ciudad Jardín. Se encontraba en Mantuano nº 20 y se derribó durante el mes de agosto. Construido en 1924, contaba con dos plantas de 121m² y 120m² respectivamente, construidas en un solar de 208m² que permitía la existencia de un pequeño patio anterior y otro posterior de mayor tamaño.
Como ya he comentado en otras ocasiones, la renovación del parque residencial de los barrios de las antiguas periferias madrileñas es imparable y está modificando de manera irreversible sus características fisonomías. Apenas quedan ejemplos que nos recuerden su pasado y nos acerquen a sus orígenes.
«Hotelito» de la calle Mantuano, 20 derribado en 2015.(Foto: Enrique F. Rojo, 2011)
«Solar de la calle Mantuano, 20 en 2015.(Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
«Solar de la calle Mantuano, 20 en 2015.(Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
Ocho años después de que se anunciase, la vieja corrala de la calle Fernández de la Hoz 63 de Madrid es posible que ahora si esté cercana a la demolición.
El edificio se encuentra en el barrio de Chamberí, en un solar de 1.087 m² con una superficie edificable de 5.461,11 m².
(Foto: Enrique F. Rojo, 2006)
La vieja corrala
Ocho años después de que se anunciase, la vieja corrala de la calle Fernández de la Hoz 63 de Madrid es posible que, ahora si, esté cercana a la demolición. El edificio se encuentra en el barrio de Chamberí, en un solar de 1.087 m² con una superficie edificable de 5.461,11 m². Una de sus fachadas da a la plaza de San Juan de la Cruz , muy cerca del Paseo de la Castellana y enfrente de Nuevos Ministerios.
Casa de corredor anacrónica
El edificio data con toda probabilidad de los años 20-30 del siglo pasado y su tipología resulta algo anacrónica dado que en la época la casa de corredor ya estaba en desuso. Llama la atención que el edificio del contiguo número 61 de la calle tiene la firma de Luis Gutiérrez Soto que, entre 1930 y 1933 construyó este bloque de viviendas que exhibe algunas de las características que con el tiempo definirían sus edificios de viviendas y que iniciaron el cambio y la modernización en las construcciones de la zona.
(Foto: Enrique F. Rojo, 2006)
La casa de corredor del número 63 cuenta, de momento, con dos bloques divididos por un patio interior al que se puede acceder con vehículo y que da acceso a unas cocheras o pequeños talleres y al núcleo de escaleras de los corredores. Al bloque mayor, con fachada a Fernández de la Hoz se accede por una escalera interior y presenta una ejecución habitual, más propia de su época. Las viviendas oscilaban desde los 30 m², correspondientes a las del corredor, a los 60 m² de las viviendas principales con vistas a Fernández de la Hoz y al patio mismo. Los locales comerciales tenían desde los 273 m² del principal dedicado a uso industrial, a los 57 m² del comercio más pequeño.
Corrala de Fernández de la Hoz. Mural pintado por José Luis Tirado en 1987 que representa unos gigantes, aparentemente, avanzando de forma inquietante entre la construcción.Tal vez una intuición. (Foto: Enrique F. Rojo, 2006)
Especulación en una cotizada zona de Madrid
Hasta marzo de 2007 la propiedad pertenecía al Instituto de la Vivienda de la Comunidad de Madrid (Ivima) que trás efectuar su desalojo la puso a la venta por medio de una subasta, ganada por la empresa Restaura, que pagó por la adjudicación 39,44 millones de euros. Después de numerosos vaivenes económicos deRestaura, el edificio acabó finalmente en 2008 en manos de la sociedad inmobiliaria Pontegadea, filial de Inditex, del holding de empresas de Amancio Ortega, la cual pone a la venta definitivamente la propiedad.
Edificio de Fernández de la Hoz, 63 en mayo de 2015. (Foto: Enrique F. Rojo)
Al tratarse de un solar cuyo uso es residencial sin que sea necesario ningún tipo de modificación ni planeamiento alguno, es previsible que su futuro sea el anunciado en 2007: la demolición para construir pisos exclusivos en esta zona especialmente cotizada.
A finales de la primera década del siglo XX surge en Madrid un estilo nuevo de urbanización inspirado en la Ciudad Jardín inglesa de Ebenezer Howard y en la Ciudad Lineal de Arturo Soria. El modelo se desarrolló principalmente en terrenos de Chamartín de la Rosa donde se crearon “colonias” de viviendas unifamiliares que dieron a la zona un peculiar carácter. Hoy día, estas colonias históricas, que gozan de protección urbanística, mantienen todo su encanto original convertidas en auténticas islas dentro de la vorágine de la gran urbe.
Colonia Socialista o Ciudad Jardín, calle Alhelies (1919/1920).
A finales de la primera década del siglo XX surge en Madrid un estilo nuevo de urbanización inspirado en la Ciudad Jardín inglesa de Ebenezer Howard y en la Ciudad Lineal de Arturo Soria. El modelo se desarrolló principalmente en terrenos de Chamartín de la Rosa donde se crearon “colonias” de viviendas unifamiliares que dieron a la zona un peculiar carácter. Hoy día, estas colonias históricas, que gozan de protección urbanística, mantienen todo su encanto original convertidas en auténticas islas dentro de la vorágine de la gran urbe.
Colonias de “casas baratas”
La Ciudad Jardín Madrileña se levantó en unos terrenos situados en el antiguo término municipal de Chamartín de la Rosa por la empresa Fomento de la Propiedad, sociedad urbanizadora catalana instalada en Madrid hacia 1915 que realizó diferentes promociones directas o mediante la venta de terrenos a otras cooperativas o promotoras. Fomento de la Propiedad compró al duque de Pastrana unas 250 hectáreas de suelo comprendidos entre el Ventorro del Chaleco (entonces en la Prosperidad), el paseo de la Ciudad Lineal (Arturo Soria) y el límite deChamartín de la Rosa (Ramón y Cajal). Las colonias se construyeron como núcleos aislados y discontinuos, ya que sus promotores en muchos casos fueron distintos. Todas las promociones se acogieron a las sucesivas leyes de casas baratas e iban dirigidas a clases medias trabajadoras y a empleados públicos. Arquitectónicamente hubo varias tipologías de viviendas (pareadas, adosadas en hileras y aisladas), basadas por lo general en estilos regionalistas, con el uso de enfoscados en la fachada, aparejos de ladrillo visto con motivos sencillos y canecillos de madera bajo cubiertas de teja a una, a dos, tres, cuatro o más aguas.
Colonia Unión Eléctrica Madrileña, calle Primera (1920/ 1927).
Colonia Socialista o Ciudad Jardín
Fue la primera colonia de las proyectadas en la Ciudad Jardín Alfonso XIII. Al amparo de la Ley de Casas Baratas de 1911, la Cooperativa Obrera para la Adquisición de Casas la promovió en 1919 por iniciativa de Pablo Iglesias y Jaime Vera para los afiliados a la Casa del Pueblo. La Cooperativa, integrada por 116 personas, compró los terrenos a Fomento de la Propiedad aportando cuotas mensuales de cuatro pesetas y de dos pesetas dependiendo del tamaño de las casas. El precio final de las viviendas grandes (120m2) fue de 19.000 pesetas y de 12.000 pesetas, las pequeñas (90m2). En ambos modelos la distribución era semejante, variando únicamente las dimensiones. En la planta baja se situaban un comedor, cocina, dos habitaciones y vestíbulo; en la planta segunda había cuatro dormitorios y un trastero. El Cuarto de baño se situaba en el exterior, al lado de la cocina. La colonia la formaban 118 viviendas adosadas en hilera, formando grupos de cuatro, cinco o más casas y estaba delimitada por la recién trazada calle de Alfonso XIII, Narcisos (E. Howard), Alhelíes (Pablo Iglesias), Celindas, Santoninas y Jacintos.
Aneja a la colonia Socialista, en 1926 se construyó la colonia Bosque y Mina o colonia de Fomento de la Propiedad, formalmente semejante. De ese mismo periodo es la colonia Unión Eléctrica Madrileña(U.E.M.), promovida por Valentín Ruíz Senén, director gerente de la U.E.M., para empleados de la compañía que se acogió a laLey de Casas Baratas de 1921. Constaba de viviendas unifamiliares aisladas, con jardín a cuatro fachadas y se proyectó en una tipología homogénea.
Colonia Prosperidad, calle Cabeza Reina (1926/1935).
Colonia Prosperidad, Ciudad-Jardín Alfonso XIII (1926/1935).Foto Enrique F. Rojo, 2012
Colonias Primo de Rivera y Prosperidad
Estas colonias, de tipologías diferentes, se construyeron en pleno periodo de la dictadura de Primo de Rivera, acogiéndose a la 3ª Ley de Casas Baratas. La colonia Primo de Rivera, realizada entre 1925 y 1930, para funcionarios y policías municipales, se situó en el eje de la calle Ramón y Cajal, en ambas aceras y a lo largo de calles paralelas a la principal. Se realizaron 272 viviendas, casi todas agrupadas en hileras, con jardín en las dos fachadas, así como también algunos hoteles unifamiliares aislados rodeados por un jardín mínimo. La Colonia Prosperidad fue promovida entre 1926 y 1935 por la Compañía Anónima de Casas Baratas en terrenos próximos a los de la Colonia Primo de Rivera en el eje de la calle Ramón y Cajal, limitando con el Colegio Santa Marca y la citada colonia, con la que se integra. Su estructura es ortogonal con manzanas rectangulares, con un eje principal de acceso –la calle Luis Larrainza- y una plaza central. A esta estructura se superpone una red de calles peatonales de menor dimensión. Las viviendas, en un total de 244, se sitúan en hilera de una y dos plantas, con porche, pequeños jardines delanteros y patio trasero, en parcelas de pequeño tamaño.
Otras colonias de la Ciudad Jardín, contemporáneas a las citadas, son la Albéniz o de los Músicos, la Imperial, Jardín de la Rosa y Jardín Municipal, todas ellas en el entorno de las calles Ramón y Cajal y Alfonso XIII, en el distrito de Chamartín. (Artículo publicado en la Revista PLÁCET, Nº 245 , Abril 2014.)
Referencias.-
Unión Eléctrica Madrileña (Ver artículo, Arroyo Ilera, Alfonso, UAM,2009)
El derribo del edificio de la calle Antonio Pérez nº 2, en Chamartín, se suma a la imparable tendencia que supone la sustitución de los viejos edificios residenciales de Madrid desde la década de los 60 del siglo XX hasta nuestros días, que están modificando la fisonomía de los antiguos barrios de la periferia de Madrid con más historia, hasta el punto de hacerlos irreconocibles, al tiempo que pierden sus rasgos de identidad y particularidades, mimetizándose unos con otros en un proceso de homogeneización y empobrecedora uniformidad.
(Foto: Enrique F. Rojo, 2008)
El lugar
En 1860 se firmaba el Anteproyecto del Ensanche de Madrid , elaborado por Carlos María de Castro, que suponía el aumento del espacio urbano de la capital. La vieja tapia de Felipe IV se superaba con las Rondas como nuevo límite.
Sin embargo, más allá del Ensanche, surgirían tímidos asentamientos que con el tiempo se irían consolidando formando periferias más o menos homogéneas. Entre estas barriadas se encontraba el suburbio de la Prosperidad, en el límite oriental del Ensanche, y junto a ésta el caserío de ElCarmen, que a pesar de haber surgido de forma paralela, evolucionó un tanto al margen, si bien como parte de la Prosperidad.
Detalle del plano de Madrid de Facundo Cañada (1902). Indicado con una flecha verde, el lugar que ocupaba el edificio derribado y la travesía, continuación de Nielfa.
El edificio
El edificio derribado tenía su portal en la calle Atonio Pérez nº 2 con fachada en chaflán a la calle Recaredo, 7, junto a la calle de Nielfa. La casa, construida en un solar de 242 m², era de planta irregular, tenía tres alturas y cuatro patios de luces; y en el centro de ambas fachadas destacaban sendos torreones que conformaban la tercera altura, que además permitían el acceso a la azotea.
Formalmente, caben destacar los elementos decorativos de inspiración Art Decó, observables en los remates geométricos de los torreones y en la forja de los balcones. En realidad se trataba de un pequeño edificio de 558 m² de superficie con cinco viviendas en la primera planta y tres en la segunda, de tamaño mínimo, entre 33 y 63 m². Los locales comerciales, cinco en total no pasaban de 50 m². Las fachadas que daban a las calles estaba revocadas, excepto la orientada al norte, con un enfoscado simple, que a pesar de tener aspecto de medianera nunca estuvo junto a otro edificio.
Plano de la Prosperidad, de González e Iribas (1906). Con una flecha de color rojo se indica el lugar que ocupaba la casa en la calle Recaredo.
Junto a la falsa medianera había un pequeño espacio solado con adoquines y con árboles, que da la impresión de haber sido lo que quedaba del proyecto antiguo de continuación de la calle de Nielfa. De hecho, viendo fotografías aéreas anteriores a 1960, se observa el marcado camino que por allí pasaba para dirigirse a la entonces inexistente calle de San Julio y a las ya muy pobladas San Torcaz, Duque de Sevilla o Felipe Campos.
La fecha de construcción se puede aproximar en torno a la década de los 20 del siglo pasado. Aunque los datos del Catastro la situan en 1940, resulta del todo improbable ya que en imágenes aéreas de 1927 se ve ya construido el lugar en la misma disposición que ocupaba la casa demolida. También se observa en los planos de Cañada (1902) e Iribas (1906) que el solar estaba ocupado por una construcción de igual planta, si bien es posible que fuese una vivienda de una o dos plantas básica y se sustituyese por el ahora derribado edificio.
Solar dejado tras el derribo del edificio de viviendas de la calle calle Atonio Pérez nº 2 con Recaredo.(Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
Un derribo más
Este derribo se suma a la imparable tendencia que supone la sustitución de los edificios residenciales más viejos de Madrid desde la década de los 60 del siglo XX hasta nuestros días. La renovación del parque arquitectónico está modificando especialmente la fisonomía de los antiguos barrios de la periferia de Madrid con más historia, hasta el punto de hacerlos irreconocibles, logrando que pierdan sus rasgos de identidad y sus particularidades más notables, mimetizándolos unos con otros en un proceso de homogeneización y empobrecedora uniformidad.
Solar dejado tras el derribo del edificio de viviendas de la calle calle Atonio Pérez nº 2 con Recaredo. Se ha cerrado con una valla metálica el solar, incluyendo el espacio de acera ajardinado, donde se han talado los árboles que había(Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
Imagen de la Glorieta de López de Hoyos en 1946, durante la construcción de los bloques de viviendas de «Banesto». A la derecha del edificio alto, recién construido, se adivinan detrás de un grupo de casas, por encima de la casa horizontal, los torreones de las calle de Recaredo y Antonio Pérez del edificio derribado. (Foto: Colección Izquierdo-Mariblanca)