Parque Urbanizado Metropolitano(C.U.M)-1920/22

Parque Urbanizado Metropolitano o Colonia Metropolitana

Dentro de las promociones de la C.U.M, el Parque Metropolitano dedicó una parte a la construcción de viviendas aisladas de carácter unifamiliar. La construcción corrió a cargo de los propietarios de las parcelas, lo que significó la ausencia de una unidad de estilo, si bien se mantuvo una tipología más o menos similar. Los arquitectos encargados de proyectar los «hotelitos» fueron muchos y el estilo elegido variado según el gusto de sus dueños.
La vivienda tipo, es decir la que más se prodigó fue la de dos plantas con torreón,  de 200 metros cuadrados de superficie, jardín alrededor y estilo regionalista, destacando un conjunto homogéneo de «casas vascas», si bien se puede hablar de un eclecticismo como la norma general. Los arquitectos, además de los hermanos JuliánJoaquín Otamendi Machimbarrena, fueron Amós Salvador Carreras, José Monasterio Arrillaga, José Salcedo, Casto Fernández-Shaw Iturralde, Eduardo Sánchez Eznarriaga,  Luís, Sainz de los Terreros Gómez, Luís Vidal Tuasón, Manuel Mendoza y Sáez de Argandoña, Jesús Carrasco-Muñoz Encina, Secundino Zuazo Ugalde, y Teodoro de Anasagasti Algán.

En la actualidad, el parque urbanizado se encuentra bastante desfigurado ya que ha perdido su fisonomía original. La mayor parte de las casas que sobreviven han sido muy modificadas tanto en especto como en uso. Los volúmenes se han alterado y en muchos casos se dedican a clínicas, residencias universitarias o a colegios.

Dentro de las tipologías regionalistas destacó un modelo de «casa vasca», sin duda impuesto por los hermanos Otamendi.

Frente al parque urbanizado, la C.U.M. también construiría el Estadio Metropolitano, proyecto del arquitecto José Mª Castell, inaugurado en 1923. En esta foto aérea se aprecia el estadio y más al sur las primeras casa del parque.

Stadium del Metropolitano

El 13 de mayo de 1923 se inauguraba el Stadium Metropolitano, que trás la Guerra Civil, en 1943,  se reinauguraría de nuevo con algunas transformaciones.  En 1954 se inauguraron los nuevos graderíos culminando la primera fase de ampliación y reforma del Estadio.
Las obras se realizaron en un tiempo récord: del 23 de mayo al 18 de septiembre. El nivel del terreno de juego se rebajó cuatro metros y medio, se plantó un nuevo césped, se construyó un flamante graderío en torno al terreno de juego con doce filas de asiento y se elevó la tribuna de la lateral de los socios. En la segunda etapa de la reforma, entre 1954-1956, se construyó un graderío superior en la tribuna de lateral de los socios y un nuevo fondo. Ya se superaban los 60.000 espectadores.
El 18 de mayo de 1966, comenzó la demolición del Estadio del Metropolitano para la construcción de diversos edificios por parte de la propietaria de los terrenos, la inmobiliaria Vista Hermosa. Hoy en día, el lugar donde se levantaba el Metropolitano se halla ubicado entre las calles Juan XXIII, Beatriz de Bobadilla, Santiago Rusiñol y la avenida de la Moncloa, cerca de la estación “Metropolitano”. (Texto Fernando Sánchez, «Historia del Metropolitano«)

Estadio Metropolitano en 1939.  Se puede ver el estado en el que se encontraba después de la Guerra Civil, habiendo perdido ya la pista de atletismo que rodeaba al campo en su diseño original.

Vista aérea actual de la zona en la que se aprecia el Parque Urbanizado y la ubicación original del Stadium, entre la plaza de la Ciudad de Viena, las calles Beatriz de Bobadilla, Santiago Rusiñol y el Paseo de Juan XXIII. Arriba a la izquierda se encuentra el acueducto de Amaniel, que conducía el agua del Canal de Isabell II a los depósitos 1º y 2º de Bravo Murillo y Santa Engracia, a su paso por el Paseo de la Dirección, tramo que actualmente recibe el nombre de Avenida de Pablo Iglesias. (FOTO: Google Maps, 2007)

Plano de los terrenos propiedad de la Compañía Urbanizadora Metropolitana en  1943 desde la Glorieta de Cuatro Caminos hasta el límite con los Campos de la Moncloa,  y situación del estadio.

Acueducto de Amaniel en la continuación del Paseo de la Dirección, en la actualidad calle Pablo Iglesias. La foto es de Charles Clifford, probablemente de 1857, recién construida la conducción.

Acueducto de Amaniel en la calle Pablo Iglesias. (FOTO: Enrique F.- 2010)

Hermanos Otamendi Machimbarrena, propietarios de la C.U.M. y arquitectos de la mayor parte proyectos de la Compañía.

Referencias.-

Historia del Metropolitano

Hemeroteca ABC, Inauguración del Stadium Metropolitano

Hemeroteca ABC, Demolición del Stadium Metropolitano (24/5/1966)

Stadium Metropolitano, en «Historias matritenses» (Blog)

Arquitectura de Madrid. Ensanches

Fundación COAM
Madrid, 2003

Guía del urbanismo. Madrid, siglo XX
Gerencia Municipal de Urbanismo. Ayuntamiento de Madrid
Madrid, 2004

Colegio-asilo «Fundación Santamarca»

El colegio-asilo Santamarca debe su origen a la condesa de Santamarca, duquesa de Nájera, marquesa de Sierra-Bullones, de Montealegre, de Guevara y de Quinta del Marco; condesa de Oñate, de Treviño y de Castro Nuevo.

El 17 de enero de 1914 fallecía la condesa de Santamarca, viuda del duque de Nájera desde 1910, siendo propietaria de una vasta fortuna y sin hijos a quienes legar sus bienes. Como era muy devota y caritativa decidió la fundación de un colegio-asilo para niños huérfanos y pobres de Madrid y así dar por bien empleados sus cuantiosos bienes .

Fundación-Colegio Santamarca (FOTO: Enrique F. Rojo)

El colegio-asilo Santamarca debe su origen a la condesa de Santamarca, duquesa de Nájera, marquesa de Sierra-Bullones, de Montealegre, de Guevara y de Quinta del Marco; condesa de Oñate, de Treviño y de Castro Nuevo.

El 17 de enero de 1914 fallecía la condesa de Santamarca, viuda del duque de Nájera desde 1910, siendo propietaria de una vasta fortuna y sin hijos a quienes legar sus bienes. Como era muy devota y caritativa decidió la fundación de un colegio-asilo para niños huérfanos y pobres de Madrid y así dar por bien empleados sus cuantiosos bienes .

(FOTO: Enrique F. Rojo)

Construcción del Asilo (1921-1928)

El asilo, según el deseo de la condesa,  habría de instalarse en el palacio que poseía en la calle de Alcalá,  desde que su padre, Bartolomé Santamarca, ennoblecido con el título de conde, lo mandase construir en 1846, junto al antiguo palacio del Marqués de Alcañices (que se derribó en 1884 para construir el Banco de España). Pero dadas las dificultades de la rehabilitación, los albaceas encargados de llevar a cabo la fundación decidieron construir un edificio nuevo en las afueras de la ciudad, adquiriendo unas tierras en la zona de las llamadas «cuarenta fanegas», con un proyecto para el edificio de Manuel Ortiz de Villajos, prestigioso arquitecto de la época.
Las obras se iniciaron en 1921, pero el gasto excesivo obligó a su paralización.
En 1923, el Banco de España adquiere el palacio de la calle de Alcalá para la ampliación de sus instalaciones y con los beneficios obtenidos en la venta se reanudan las obras del Asilo, que se concluye en 1928.

Detalle del plano de Facundo Cañada, de 1900, donde se aprecia la situación del barrio de las Cuarenta Fanegas lindando con La Prosperidad y la Ciudad Lineal de Arturo Soria.

Fachada principal del colegio de  la Fundación Santamarca que se encuentra entre las calles Ramón y Cajal y Marcenado, en el distrito de Chamartín. La foto corresponde a la obra recién acabada, en 1928. Esta imagen, del Fondo Moreno, se encuentra depositada en la Fototeca de Patrimonio Histórico. Ha sido recogida, junto a otras,  en el libro La Prosperidad 1862-2012.

El edificio

El edificio de Ortiz de Villajos, autor también del Monasterio de San Antón (de las Maravillas) de la calle Príncipe de Vergara y junto con su hermano Agustín de la Capilla de San Andrés de los flamencos, posee algunos elementos del estilo neomudejar de moda en la época, especialmente para este tipo de instituciones, aunque su carácter tardío le dota de otros elementos, como los detalles neogóticos de ventanas y pínaculos que rematan las cubiertas.

Foto que muestra la fachada sur durante la fase final de la construcción del edificio en 1928. Se aprecia la nave central y la capilla en el extremo. Esta imagen, del Fondo Moreno, se encuentra depositada en la Fototeca de Patrimonio Histórico. Ha sido recogida, junto a otras,  en el libro La Prosperidad 1862-2012.

Tiene planta cuadrada y tres alturas. Lo estructuran tres cuerpos, el central a modo de eje, donde se sitúa la capilla con crucero, y algo más elevado que los laterales, los cuales se comunican por la crujía de la fachada principal, dejando dos patios interiores.
Delante de la fachada principal, orientada al norte, se extiende un amplio espacio verde con más aspecto de huerta que de jardín que, sin embargo, se encuentra catalogado en el PGOUM con el grado de «Singular, Parques y jardines de interés«.

Operación mercantil polémica en 1993

En las traseras del edificio hubo aún más espacio incluido en el perímetro de la propiedad, que en una operación mercantil no exenta de polémica entre el Ayuntamiento de Madrid y la Fundación en el año 1993, se enajenó para la construcción de un aparcamiento privado y unas canchas deportivas en la parte superior, cedidas al colegio, y otra en la parte inferior junto al garaje para el Ayuntamiento. La parte de muro perimétrico correspondiente a esta zona se demolió para realizar las obras del aparcamiento y los árboles con casi 70 años que en ese lugar circundaban el edificio se talaron. Esta operación, que acabó en los juzgados, supuso una querella criminal al entonces concejal del distrito de ChamartínMiguel Cantos, en el momento de escribir este artículo, presidente de la Asociación de empresarios de garajes.
Finalmente, el conjunto se completa con unos pequeños edificios para guardeses anejos al muro que cierra el recinto, fabricados en ladrillo y también en estilo neomudejar.

Vista de las fachadas oeste y sur, desde donde se accedía a las instalaciones educativas de la institución. Esta imagen, del Fondo Moreno, se encuentra depositada en la Fototeca de Patrimonio Histórico. Ha sido recogida, junto a otras,  en el libro La Prosperidad 1862-2012.

Referencias.-

La empresa de un concejal del PP explota un aparcamiento que él explotó en su distrito (El País, 27/03/1993)

«…Cantos testificará para responder a una querella» (ABC (Madrid), 20/09/1993)

Rojo Escobar, Enrique F.
La Prosperidad, 1862-2012
Temporae Ediciones
Madrid, 2012

La Noche en Blanco en Tetuán

La Noche en Blanco que se desarrolla el sábado 11 de septiembre por las calles y diversos locales de Madrid prestará  especial atención al Distrito de Tetuán, en un modesto pero original programa que reclama la atención de este peculiar espacio multicultural amenazado de perder sus raices y referencias históricas.

Paso de peatones

(Foto By crlsblnc Carlos Blanco, Flickr-2009)

Hablando un día con mi amigo Martín éste me dijo: «Me gusta cruzar las calles de mi ciudad con la seguridad de que ningún coche vaya a pasarme por encima.  Siempre busco los semáforos para pasar al otro lado de la calle. Cruzo por los pasos de cebra siguiendo un ritual metódico de la infancia. Primero miro a la izquierda y luego a la derecha. Cuando los semáforos tienen una cajita con un botón, lo pulso y espero pacientemente  a que la luz intermitente que ilumina el letrero que dice «espere verde» cese y se encienda el muñequito verde que anda. Siempre lo hago así, porque me gusta cruzar las calles con seguridad, metódicamente, como aprendí de pequeño«.

Esta seguridad con la que Martín declaró su necesidad de que no le atropellasen siguiendo un método tan trivial, me pareció común a cualquier mortal que se encuentre en el trance de cruzar una vía llena de coches. Miramos y si no vienen coches, cruzamos, lo normal.

Luego, pensando en los pasos que se construyen ad hoc para realizar este acto simple de cruzar una calle, me he dado cuenta de que seguir las sensatas normas de mi amigo Martín no es tan fácil. Lo digo porque en estos días he observado un caso que me ha dado que pensar.

Es verdad que muchas veces lo que entendemos que debería ser normal no lo es, o así nos lo parece. Esto, llevado al terreno de lo más pedestre, lo podemos aplicar a las cosas cotidianas. Sin ir más lejos, al caso de Martín y a su método para cruzar las calles.

Cuando los responsables de urbanizar las ciudades preveen,  planifican y llevan a cabo los proyectos, todos suponemos que han prevalecido criterios técnicos de solvencia y sensatez provada. Debería ser así. Pero, a veces, surgen dudas.

Calle de la reina Victoria y el Hotel Metropolitano. (FOTO: Enrique F Rojo, 2010)

Llevado al terreno de lo cotidiano, como digo, resulta que en estos días de paseos post-vacacionales,  al cruzar la Avenida de Reina Victoria a la altura de donde estuvo el Cine Metropolitano que ahora es un hotel, descubro que en el lugar en el que debería  haber un paso de peatones señalizado no hay nada. Unos metros más atrás, haciendo una diagonal de escaso ángulo, la Avenida dirige el trafico en dirección a la Glorieta de Cuatro Caminos y facilita el cruce de los peatones por medio de un paso de cebra señalizado con las rallitas al uso y con una señal vertical. A continuación, un bulevar permite el acceso al otro sentido del tráfico de la Avenida en dirección a la Ciudad Universitaria y ahí un rebaje en la acera nos dirige hacia el segundo cruce, que es al que me refiero.

Calle de la reina Victoria y el Hotel Metropolitano. (FOTO: Enrique F. Rojo, 2010)

Así lo comprobé cuando me ví en la situación. Frente al hotel -antiguo Cine Metropolitano, como ya dije-, a pesar de estar ambas aceras intencionadamente rebajadas para el cruce y protegidas con bolardos, no se podía pasar al otro lado. En efecto, el paso señalizado con un semáforo se encontraba más allá, en la esquina de la Avenida con la Glorieta, a unos 100 metros, centímetro arriba, centímetro abajo, insisto.

FOTO: Google Maps, 2009

Es verdad que ante la puerta de un hotel pinta muy mal un paso de peatones, pues dónde iba a apearse la selecta clientela si no en ese lugar. Situar justo ahí un paso de peatones no era, por lo tanto buen idea. Así que el cambio de planes por quien en origen lo situó ahí  debió de parecer obligado. Los clientes se apearían en la puerta de su hotel, a pesar de no figurar ninguna indicación de vado reservado para ese uso, y los peatones a dar paseitos subiendo la calle para luego bajarla.

FOTO: Google Maps, 2009

Gozoso el peatón que ya ha realizado la primera parte de su proeza cruzando media avenida  y se lanza a terminar el trabajo. Sorpresivamente se encuentra con que el paso seguro lo tiene a unos 100 metros, centímetro arriba, centímetro abajo.

Calle de la reina Victoria y el Hotel Metropolitano. (FOTO: Enrique F. Rojo, 2010)

 Huelga decir que todo el mundo cruza por el paso natural, es decir, por donde el sentido práctico así lo sugiere,  aunque «legalmente» no se pueda. Así crucé yo también. Tengo la duda de si mi amigo Martín, tan metódico en su comportamiento ciudadano, lo haría frente al hotel como la mayoría o cincunnavegaría afablemente los 200 metros que lo desviarían de su itinerario.

Anotación, octubre de 2015:
He comprobado que el Ayuntamiento de Madrid ha corregido el desatino del paso de peatones fantasma que obligaba a andar hasta la glorieta y a desandar si tu camino iba en la dirección contraria. Entiendo que todo se debería a un malentendido o a un desencuentro corregido. Felicidades, en-hora-buena.
La foto de google maps, de mayo de 2015, que tomo como préstamo, acredita cómo se han colocado semáforos para regular el pasao de peatones.

Semáforo Hotel Metropolitano GM2015 copia
Calle de la Reina Victoria con el Hotel Metropolitano al fondo. Ahora se ve el semáforo que regula el paso de peatones. (FOTO: Google Maps, 2015)

Referencias.-

Acerca del Cine Metropolitano:

El Titanic se hunde en Cuatro Caminos (El País, 2003)

El Cine Metropolitano (Rosa Montero, 2003. En El Universal)

Cines del barrio de Tetuán (Blog Historias Matritenses)