Derribos en La Prosperidad (Madrid)

Edificio de la calle de Pérez Ayuso número 5, derribado en 2022. (Foto: Enrique F. Rojo)

Como viene siendo  habitual  en Madrid, cuando la ciudad se vacía, se multiplican los derribos de edificios para dar paso a la renovación de los barrios con la construcción de nuevos proyectos.  Normalmente las demoliciones afectan a viejas construcciones sin más interés que el propiamente especulativo de los propietarios que las venden y el de los promotores o constructores  que las sustituyen.  Otras veces, también se abaten, tristemente, importantes edificaciones, igualmente bajo el mismo interés especulativo , que son notables símbolos de la historia del municipio y que, no teniendo protección alguna, desaparecen sin que apenas nos demos cuenta. Un día, ese edificio que siempre nos impresionó por su singular arquitectura deja de estar y, cuando reparamos en ello, es porque otra construcción ocupa su lugar. Por eso el verano es siempre un fiel aliado para cualquier tipo de tropelía, especialmente si es urbanística.

Barrio de la Prosperidad

En el barrio de la Prosperidad,  viejo suburbio de Madrid del siglo XIX, se edificaron viviendas que atendían a tipologías rurales que reproducían el estilo y hábitos de vida de sus moradores. En aquel periodo la arquitectura popular copiaba la corriente neomudéjar, que se aplicaba en edificios escolares, religiosos y de carácter festivo.  En la Prosperidad, arrabal que aspiraba a formar parte de la capital, el estilo arquitectónico popular de moda cuajó y las posibilidades de expresión que permitía el uso del ladrillo en la realización de originales aparejos y su relativa economía, permitieron la ejecución de numerosos proyectos. De toda aquella obra  -el tiempo y la especulación se encargaron de borrarla-  apenas quedan muestras en el barrio.

Talleres Raez, en la calle de García Luna número 20, derribados en 2022. (Foto: Google Maps, 2017)

Talleres Raez

En la calle de García Luna número 20 se establecieron en los años 50 del siglo XX los talleres Raez de carpintería, especializados en tableros de dibujo, y más adelante, en todo tipo de elementos y muebles de madera. El martes, 14 de julio de 2020, aparecía publicado en el número 134 del Boletín Oficial del Registro Mercantil el cese y la disolución de la empresa. En el verano de 2021 se derribaban las instalaciones dejando libre el solar para una nueva construcción. La recalificación de este tipo de antiguos suelos industriales situados en la primitiva periferia de la capital conduce a una cómoda reconversión urbanística que densifica poblacionalmente el barrio y genera importantes beneficios para los propietarios de las parcelas.

Solar tras el derribo de los talleres Raez, en la calle de García Luna número 20. (Foto: E. F. Rojo)
Viviendas en la calle de Pérez Ayuso 5 y 7. (Foto: Google Maps, 2008)

Viviendas en la calle de Pérez Ayuso

Un ejemplo muy interesante era la vivienda situada en la calle de Pérez Ayuso número 5. En 2022, en puertas del verano, se derribó esta casa, junto con la aneja, el número 7. Esta última, un conjunto de casas, con patio que ocupaba una parcela de 386 m², funcionó  probablemente hasta finales del siglo XX como taller industrial, de forja, mecánica o algo similar. Precisamente en la calle paralela de Benigno Soto número 1, hubo una forja activa más o menos hasta ese mismo periodo. La casa de Pérez Ayuso número 7, repartida en tres edificios con bajo y una planta,  de arquitectura sin especial interés, ocupaba una superficie construida de 282 m² y su construcción figura en el catastro fechada en 1940. El taller ocupaba, 209 m², el almacén 50 m². Había dos viviendas  de 104 m², que podían ser también oficinas. El cuerpo con fachada a la calle de Pérez Ayuso, bajo y una altura, en lugar de tejado tenía una azotea abalconada.

Solar tras el derribo de las viviendas en la calle de Pérez Ayuso nº 5 y nº 7. (Foto: E. Fidel Rojo)

Sin embargo, la casa con el número 5, de arquitectura neomudéjar, ya sin moradores desde principios del siglo XX, destacaba entre los edificios de  los escasos doscientos metros de la calle, no solo por ser la más antigua y por su pintoresca imagen, sino por ser la que mejor evocaba la esencia del primitivo barrio. Es probable que fuera la construcción más antigua de la Prosperidad.

Casa neomudéjar de Pérez Ayuso número 5

En efecto, es probable que la casa neomudejar de Pérez Ayuso 5 fuera la construcción más antigua de las que aún quedaban en la Prosperidad. La casa de Pérez Ayuso 5 debió de construirse a finales del siglo XIX o como muy tarde en la primera década del  XX.  Ya en los primeros años del nuevo siglo el ladrillo visto del  neomudéjar  perdía fuelle y se iba abandonando por fachadas enfoscadas con molduras, balaustradas y mucha decoración grandilocuente. El oropel le ganaba terreno a la sencillez elegante del ladrillo recocho.  Con una superficie construida de 282 m² en forma de “A” invertida, sobre una superficie de 314 m², el edificio contaba con 4 viviendas en la planta baja de 69 m², 2 viviendas en la primera  planta  de 69 m², 2 almacenes de 9 m² en la planta baja, dentro del pasillo del portal, y un patio trasero compartido de 20 m². Sobre la cubierta del portal había una terraza balconada.

Residencial Pérez Ayuso5/7

El solar resultante tras el derribo de las dos propiedades, de 700 m² de superficie, servirá para la construcción de un reducido complejo de apartamentos al que se ha llamado «Residencial Pérez Ayuso5/7» y que oferta la exclusividad habitual en este tipo de proyectos.

Residencial Pérez Ayuso5/7, infografía de la empresa promotora, 2022.

Referencias.-

Derribos en la Prosperidad (Madrid). La desaparición del barrio primitivo. Blog Urban Idade.

Derribos en La Guindalera y la Prosperidad. Blog Urban Idade.

«La Constructora Benéfica» en Madrid

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La primera actuación de La Constructora Benéfica en 1883. Barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad. Se construyeron  38 casas para 58 familias. En la calle de Granada se edificaron 4, y en la del Pacífico 6. En total 68 viviendas dadas en amortización para que los inquilinos pudieran ser propietarios. (GRABADO: Comba, La Ilustración Española y Americana, 1883)

El llamado «problema social»,  que pensadores y políticos de finales del siglo XIX, en el periodo de la Restauración, intentaron atajar por medio de la beneficencia y de la caridad cristiana, tuvo una de sus expresiones  más llamativas en la construcción de casas para pobres, una de las necesidades más acuciantes en el Madrid paupérrimo de la época.

La Constructora Benéfica, primeros pasos

La idea de crear la sociedad benéfica orientada a proporcionar a los trabajadores con escasos medios económicos viviendas higiénicas, cómodas y económicas, y además con la idea de inculcar en estas clases hábitos de orden y aseo, virtudes que, por su comportamiento y costumbres,  no se les reconocían, partió de Concepción Arenal y de la Condesa de Espoz y Mina, y el motivo  fue el de hacer efectivos dos importantes legados. Uno de 30.000 pts. que la Condesa de Krasinscky, de nacionalidad austriaca, entregó en 1874 al embajador de España en Paris Salustiano Olózaga para que se destinasen a beneficio de los trabajadores españoles. El otro de 7.425 pts.  donados por Gertrudis Gómez de Avellaneda. A estas dos cantidades se sumaban 13.478,30 pts. importe de una suscripción hecha en París por iniciativa de Salustiano Olózaga. Encargado de su ejecución José Olózaga, hermano del embajador, y con la cooperación de su inspiradora Concepción Arenal se fundó esta asociación en Madrid el 28 de abril de 1875 en una reunión celebrada en el Ayuntamiento bajo la presidencia del Conde de Toreno, alcalde por aquel entonces de la capital.

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La primera actuación de La Constructora Benéfica en 1883. Barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad  se construyeron  38 casas para 58 familias compuestas por viviendas colectivas de tres plantas, dos a cada lado de la calle, con cuatro viviendas por planta. Las viviendas unifamiliares, un total de 22, constaban de entrada, cocina, dos habitaciones y retrete en el exterior junto al patio. En la foto se ven dos viviendas unifamiliares proyectadas por Ricardo Marcos Bauzá en 1875. Se derribaron en los inicios el siglo XXI. (FOTO: Paloma Barreiro Pereira, «Casas Baratas», 1991)

«La primera actuación de La Constructora Benéfica fue en 1883, en el barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad»

Socios fundadores y socios numerarios

La Constructora Benefica fue el primer ensayo serio que existió en España para resolver la cuestión de las viviendas baratas con el fin de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores manuales, la mayoría empobrecidos a pesar de tener trabajo.

Además de Concepción Arenal, hubo otros muchos  defensores de la filosofía de la beneficencia como Andrés Borrego y Francisco Méndez Álvaro, artífices de sociedades benefactoras que el propio Estado se encargó de canalizar a través de la Ley de Beneficencia de 1849, que encargaba  su organización a las Juntas Municipales.

La sociedad caritativa La Constructora Benéfica había sido creada principalmente gracias al impulso de Concepción Arenal, pero en su sesión fundacional participaron un  total de 32 personas, entre otras, el citado alcalde de Madrid conde de Toreno, el marqués de Santa Cruz, los marqueses de Urquijo, el marqués de Retortillo, el duque de Fernán Núñez y el conde de Guaquí. Igualmente, participaron con donativos la condesa de Krasinski, la condesa de Espoz y Mina, la marquesa de la Coquilla y Gertrudis  Gómez de Avellaneda; políticos como Moyano, Castelar y Sagasta; la Casa Real y numerosos profesionales liberales; así como el Ayuntamiento de Madrid, la Diputación Provincial y la Compañía de Ferrocarril del Mediodía, además de los anteriormente citados el entonces embajador en la capital francesa Salustiano de Olózaga José de Olózaga.

Los socios se dividían en fundadores y numerarios. Los estatutos establecían los modelos de vivienda y el tipo de financiación, alternándose la construcción unifamiliar con la colectiva. Los estatutos de La Constructora fijaban entre sus objetivos el de construir viviendas unifamiliares para su venta o alquiler, viviendas colectivas solo en alquiler y adquirir casas “dedicadas al alojamiento de la clase pobre, a fin de transformarlas en habitaciones cómodas, higiénicas y económicas para su simple arriendo”. También se establecían las condiciones de alquiler y los plazos para conseguir la propiedad de la vivienda: ocho, doce, dieciséis o veinte años.

«La sociedad caritativa La Constructora Benéfica había sido creada principalmente gracias al impulso de Concepción Arenal»

La Constructora Benéfica, sus obras

La primera promoción de La Constructora Benéfica se realizó en el barrio de Pacífico, en la calle de la Caridad, muy cerca de la estación ferroviaria del Mediodía, para aproximar la vivienda al lugar de trabajo de los destinatarios de las casas, que se empleaban en los talleres de la Compañía del Ferrocarril del Mediodía.

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La primera actuación de La Constructora Benéfica en 1883. Barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad se construyeron  38 casas para 58 familias compuestas por viviendas colectivas de tres plantas, dos a cada lado de la calle, con cuatro viviendas por planta. Las viviendas unifamiliares, un total de 22, constaban de entrada, cocina, dos habitaciones y retrete en el exterior junto al patio. En la foto se ven una vivienda unifamiliar proyectada por Ricardo Marcos Bauzá en 1875. Todas  las casas a excepción de ésta y una contigua se derribaron entre mediados del siglo XX y los inicios del XXI.(FOTO: Enrique F. Rojo, 2019)

La primera promoción: las casas de Pacífico

En las casas del barrio de Pacífico se contemplaron dos modelos constructivos, uno de viviendas unifamiliares y otro de pisos colectivos. En una primera fase se edificaron cuatro casas de vivienda colectiva de tres plantas, dos a cada lado de la calle, con cuatro viviendas por planta, lo que hacía un total de 48 viviendas. La estructura era idéntica en todas y constaban de entrada, cocina, dos habitaciones y retrete de uso común en el exterior junto al patio. En las fases posteriores se construyeron 22 viviendas unifamiliares a doble altura, haciendo un total de 26 las edificaciones y de 70 las viviendas.

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La primera actuación de La Constructora Benéfica en 1883. Barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad  se construyeron  38 casas para 58 familias compuestas por viviendas colectivas de tres plantas, dos a cada lado de la calle, con cuatro viviendas por planta. Las viviendas unifamiliares, un total de 22, constaban de entrada, cocina, dos habitaciones y retrete en el exterior junto al patio. En la foto se ven dos viviendas unifamiliares proyectadas por Ricardo Marcos Bauzá en 1875. La mayor parte de las casas se derribaron entre mediados del siglo XX y los inicios del XXI. (FOTO: Enrique F. Rojo, 2019)

«La segunda actuación de La Constructora Benéfica se realizó en 1883 en el barrio de Bellas Vistas, en Cuatro Caminos»

Calle Caridad 1900
La primera actuación de La Constructora Benéfica en 1883. Barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad.( Foto, circa 1900)

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Plano general de las viviendas para trabajadores edificadas por la Asociación de Caridad La Constructora Benéfica en las calles de la Caridad, Pacífico y Granada en 1883. En la calle particular de la Caridad se construyeron 38 casas para 58 familias compuestas por viviendas colectivas de tres plantas, dos a cada lado de la calle, con cuatro viviendas por planta. Las viviendas unifamiliares, un total de 22, constaban de entrada, cocina, dos habitaciones y retrete en el exterior junto al patio. La mayor parte de las casas se derribaron entre mediados del siglo XX y los inicios del XIX.

Cuatro Caminos, Bellas Vistas y  Puerta de Toledo

La segunda actuación de La Constructora Benéfica se realizó en 1883 en el barrio de Bellas Vistas, en Cuatro Caminos, en la manzana formada por las calles de Pedro Barreda, Carlos Rubio, Tenerife y Almansa, en la que se abrió una calle que se llamó de la Constructora Benéfica (hoy Garellano) y que se juntaba con el camino de Leñeros que avanzaba hacia el oeste. En este entorno, en la actual calle de Avelino Montero Ríos, continuación de Alvarado y parte del antiguo camino de Leñeros, se construyeron 18 viviendas unifamiliares a doble altura y patio trasero, amortizables a veinte años para posibilitar que los inquilinos pudieran adquirirlas.

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Planta del grupo de viviendas unifamiliares adosadas en Cuatro Caminos, en la calle de La Costructora Benéfica, actual calle de Avelino Montero Ríos. La promoción constaba de18 viviendas unifamiliares a doble altura y patio trasero.

Calle Constructora Benéfica 1925
En la actual calle de Avelino Montero Ríos, continuación de Alvarado y parte del antiguo camino de Leñeros, se construyeron 18 viviendas unifamiliares a doble altura y patio trasero. La calle se llamó inicialmente de la Constructora Benéfica. Aspecto de las casas en 1925.

En estos terrenos, que aún estaban desocupados, se empezaron a construir en 1918 a cargo del arquitecto Ignacio Aldama, un total de 34  casas con entrada por la calle de La Constructora Benéfica de tipología unifamiliar y de dos plantas, con su jardincillo en el interior.  Estas casas se dieron unicamente en alquiler entre 25 y 30 ptas. mensuales, con la condición de que, cuando fuera necesario pudieran concederse en amortización por el número de años que se estimara conveniente. Pero como estas casas acabaron siendo demasiado caras para las clases más modestas, se probó también con la edificación en el número 33 de la mencionada calle (hoy Garellano) de una casa de vecindad con 8 viviendas.

Planta alzado y seccion vivienda 1917
Planta, alzado y sección de vivienda de dos plantas con cuatro dormitorios, saón comedor, cocina, ropero, retrete y patio, firmado por Ignacio Aldama en 1917 para La Constructora Benéfica.

Es importante destacar el hecho de que mientras que las casas del barrio de Pacifico fueron muy solicitadas y estuvieron ocupadas constantemente, en el de Bellas Vistas (Cuatro Caminos)  hubo dificultades de alquiler y muchos inquilinos las abandonaban enseguida,  debido al alto precio de las mensualidades, lo que obligó a la Sociedad a publicitarlas en  periodicos, carteles y anuncios y también a estudiar un nuevo sistema de alquiler y a ampliar los plazos de amortización a 25, 30 y 35 años para
aquellos inquilinos que prefirieran pagar alquiler y amortización.
Durante diez años la Constructora sufrió una paralización en sus edificaciones, centrando sus actividades en la búsqueda de nuevos terrenos, a pesar de contar todavía con suelo para construir en Bellas Vistas .

El 9 de diciembre de 1920 se inauguró en la calle de Tenerife un grupo de 16 casas realizado con fondos de la testamentaría de la marquesa de la Coquilla.

Calle Tenerife Plano Iribas
La segunda actuación de La Constructora Benéfica se realizó en 1883 en el barrio de Bellas Vistas, en Cuatro Caminos, en la manzana formada por las calles de Pedro Barreda, Carlos Rubio, Tenerife y Almansa, en la que se abrió una calle que se llamó de la Constructora Benéfica. (Sección del plano de Álvaro González Iribas, 1906)

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Viviendas en Bellas Vistas (Cuatro Caminos) construidas por La Constructora Benéfica en el camino de Leñeros en 1898. La mayor parte de estas viviendas han desaparecido.

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Vivienda situada en la zona mas occidental de la actual calle de Leñeros en Bellas Vistas (Cuatro Caminos) construidas por La Constructora Benéfica en 1898. La mayor parte de estas viviendas han desaparecido. (FOTO: ©Google Maps, 2020)

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Vivienda en la calle de Tenerife con Santa Juliana , firmada por  A. Calvo en 1886. Pertenece a la segunda actuación de La Constructora Benéfica  realizadas a partir de 1883 en el barrio de Bellas Vistas, en Cuatro Caminos, en la manzana formada por las calles de Pedro Barreda, Carlos Rubio, Tenerife y Almansa. (FOTO: Paloma Barreiro Pereira, «Casas Baratas», 1991)

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Viviendas unifamiliares de La Constructora Benéfica en la calle Tenerife con Julian Zugazagoitia, edificadas en 1886 por el arquitecto Arturo Calvo Tomelén..  (FOTO: ©Google Maps, 2020)

En 1889 La Constructora Benéfica había construido ya 86 viviendas de las que 26 habían pasado a ser propiedad de sus inquilinos. Tras un periodo de inactividad, de 1893 a 1897, se construye una casa colectiva para alquilar con 13 viviendas en la calle de la Solana (hoy desaparecida), esquina a la del Águila, cerca de la Puerta de Toledo.

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En la actual calle de Avelino Montero Ríos, continuación de Alvarado y parte del antiguo camino de Leñeros, se construyeron 18 viviendas unifamiliares a doble altura y patio trasero, amortizables a veinte años para posibilitar que los inquilinos pudieran adquirirlas. La promoción se completaría con otras tantas viviendas en la misma calle. Hasta 2010 las aceras de la calle conservaron el losado de granito original de la época de las casas. El Ayuntamiento de Madrid lo eliminó para sustituirlo por los adoquines habituales. (FOTO: Enrique F. Rojo, 2010)

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Calle Tenerife (Cuatro Caminos). Vivienda colectiva de 1919,  formada por un bloque de tres alturas, patios interiores, con 50 viviendas en régimen de alquiler y dos escuelas. (FOTO: Enrique F. Rojo, 2010)

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Vivienda colectiva en la calle Tenerife (Cuatro Caminos), 1919. Entre las calles de Carlos Rubio y Tenerife se acometió con el legado Coquilla el mayor proyecto de vivienda colectiva formado por un bloque de tres alturas, patios interiores, con 50 viviendas en régimen de alquiler y dos escuelas. (FOTO: Enrique F. Rojo, 2010)

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En sus terrenos de Bellas Vistas, La Constructora Benéfica decidió construir en el año 1918 veintidos  viviendas unifamiliares de tipología similar a las actuaciones anteriores, y una casa de vecindad para ocho viviendas. En 1919, en la parte norte de esos terrenos, entre las calles de Carlos Rubio y Tenerife se acometió con el legado de la marquesa de la Coquilla el mayor proyecto de vivienda colectiva formado por un bloque de tres alturas, patios interiores, con 50 viviendas en régimen de alquiler y dos escuelas. (FOTO: Enrique F. Rojo, 2010)

«Entre 1907 y 1925, La Constructora adquirió unos terrenos en La Guindalera, en la esquina formada por la calle de Cartagena y el Camino de Canillas, en la confluencia con la actual Avenida de América«

Colonia de La Guindalera

Entre 1907 y 1925, La Constructora adquirió unos terrenos en La Guindalera, en la esquina formada por la calle de Cartagena y el Camino de Canillas, en la confluencia con la actual Avenida de América. Se construyó una colonia de  26 viviendas unifamiliares en torno a las desaparecidas calles de los Gremios y de la Consolación. De esta promoción no queda ningún vestigio.

La Guindalera G. Iribas 1910
La Constructora Benéfica construyó entre 1907 y 1925 una colonia de 26 viviendas unifamiliares en torno a las desaparecidas calles de los Gremios y de la Consolación. De esta promoción no queda ningún vestigio. (PLANO: González Iribas, 1910)

Planimetría grupo La Guindalera
Parcelario de la tercera intervención de La Constructora Benéfica entre los barrios de la Prosperidad y La Guindalera, junto al camino de Canillas. Estas casas se fueron derribando a lo largo del siglo XX.

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Grupo de casas adosadas en la calle los Gremios, junto a la calle Cartagena,en el límite de La Guindalera con la Prosperidad (Foto, circa 1925)

Trayectoria de La Constructora Benéfica

La labor de La Constructora Benéfica se mantuvo con éxito hasta el primer cuarto del siglo XX gracias al mecenazgo y a las ayudas del Estado que participó a través de la ley de 9 de enero de 1877, de exención de impuestos y contribuciones para las asociaciones benéficas.

Paradójicamente, La Constructora Benéfica también se aprovecharía en los inicios de las ventajas de las leyes de Casas Baratas a partir de 1911 que aunque llegaron a subvencionar hasta un 25% del presupuesto total de diferentes actuaciones, acabaron por minar el objetivo de la sociedad al verse obligada a competir con promotores que manejaban presupuestos mayores y que orientaban su oferta a las emergentes clases medias con presupuestos  superiores. De esta manera, las  leyes de Casas Baratas colaboraron para que la compañía con el tiempo perdiera su razón de ser y acabara practicamente por cesar su actividad. Del mismo modo, cuando fue necesario recurrir al crédito, hubo bancos que les ofrecieron  préstamos a bajo interés, que a la larga consumieron los fondos, siempre escasos de la sociedad.

Al menos hasta 1990  la Constructora Benéfica seguía dada de alta como sociedad mercantil con sede social en la calle de Trafalgar nº l, I º Izda. de Madrid.  Aunque en 1903 se dió por extinguida la Sociedad, en 1904 se retomó la actividad.  Hasta 1972 siguieron construyendo viviendas baratas para obreros. Pero a partir de esa fecha no se realizó ninguna construcción, ni se adquirieron nuevos terrenos por falta de recursos economicos, limitándose tan solo a vender los pisos levantados en periodos anteriores.

Referencias.-

de San Antonio Gómez, Carlos
La Constructora Benéfica
Un siglo de vivienda social 1903-2003.  Tomo I (págs. 58-61).
VV. AA.
Carlos Sambricio (ED.)

Valenzuela Rubio, Manuel
Las sociedades constructoras benéficas, una respuesta paternalista al problema de la vivienda obrera. Su incidencia en la configuración de la periferia madrileña (1875-1921)
Anales del Instituto de Estudios Madrileños. Tomo XX
C.S.I.C Madrid ,1983

Barreiro pereira, Paloma
Casas Baratas. La vivienda social en Madrid 1900-1939
COAM, Madrid, 1991

Cabeza Sánchez-Albornos, Sonsoles
La Constructora Benéfica 1875-1904
Madrid en la sociedad del siglo XIX Vol. I
Consejería de Cultura. CAM
Madrid, 1986

«Chalets» Adosados del siglo XIX en el barrio de Tetuán (Blog Urban Idade, 2008)

«Casa García-Mastral», calle de Raimundo Fdez. Villaverde nº 67 (Madrid, 1925)

En torno a 1920 el matrimonio García-Mastral, Pascuala y Enrique, ella procedente de Longares, en Zaragoza, y él de Madrid, después de haber adquirido una modesta parcela en los terrenos denominados de «García Montero» en el término municipal de Chamartín de la Rosa, junto a la Ronda del ensanche, y casi enfrente del hipódromo de la Castellana, comenzó la construcción de la casa, que hasta su derribo, sería su casa familiar.

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Casa García-Mastral en Raimundo Fernández Villaverde nº 67 (1968). Tenía planta baja y dos alturas con siete ventanas balconadas con forja de hierro de igual factura. La simetría de la fachada original mostraba la planta que daba a la calle con la entrada al portal en el centro y en los laterales dos bajos comerciales con tres huecos cada uno para acceso y escaparates.

En torno a 1920 el matrimonio García-Mastral, Pascuala y Enrique, ella procedente de Longares, en Zaragoza, y él de Madrid, después de haber adquirido una modesta parcela en los terrenos denominados de «García Montero» en el término municipal de Chamartín de la Rosa, junto a la Ronda del ensanche, y casi enfrente del hipódromo de la Castellana, comenzó la construcción de la casa, que hasta su derribo, sería su casa familiar.

Plano Facundo Cañada 1902 sección Ronda de Ensanche copia
Sección del plano de Facundo Cañada de 1902. Se observa el tramo de la ronda del Ensanche o paseo de Ronda a la altura del hipódromo de la Castellana. En amarillo se muestra el lugar donde en 1925 se construyó la casa García-Mastral.

Construcción de la casa

Pudo ser una soleada mañana de junio de 1925. Enrique había sido joyero y emigró a Ginebra para trabajar como electricista en obras de edificios. Ahí aprendió el oficio de maestro albañil y, por su inquietud, su futuro oficio de relojero. Aquella mañana se encontró con su cuadrilla, algunos emigrantes, recién llegados como él y colegas de la construcción.

El terreno estaba situado al final de la calle de Modesto Lafuente, rodeado de quintas, como Villa Covadonga, algún tejar y huertas, como la de la tía Juliana, que aprovechaban el paso de la acequia del este para fabricar ladrillos y regar. Casi enfrente se encontraba el taller de precisión de artillería (derribado en 2017) y más lejos, hacia Cuatro Caminos, el hospital de jornaleros, el Grupo Escolar Cervantes y la Iglesia de Nª Señora de los Ángeles, en la calle de Bravo Murillo.

Plano parcelario 1947
Sección del plano parcelario de 1947 del Ayuntamiento de Madrid. La casa García-Mastral pasó de tener el número 15 de Raimundo Fernández Villaverde al 57 y más adelante, según se urbanizaba a ambos lados de la calle, el número 67. En color azul el «canalillo, flanqueado por filas de árboles.

Enrique levantó con su cuadrilla un edificio de 20 metros de fachada mirando a la Ronda (a la altura de la actual Raimundo Fernández Villaverde nº65), con casi 12 metros de fondo. El estilo de la casa era neomudéjar bastante sobrio, muy de moda a principios del siglo XX especialmente en construcciones religiosas, escolares y muy habitual en las viviendas populares madrileñas.

La casa se hizo de ladrillo visto recocho, comprado en alguno de los tejares de la zona. Tenía planta baja y dos alturas con siete ventanas balconadas con forja de hierro, todas iguales. La simetría de la fachada mostraba la planta que daba a la calle con la entrada al portal en el centro y en los laterales dos bajos comerciales con tres huecos para acceso y escaparate.

Foto aérea 1967
Foto aérea de 1967 de la zona de Raimundo Fdez Villaverde. (Foto: NomeCalles, CAM)

Junto a la fachada oeste pasaba, haciendo una curva, la acequia de riego del este, conocida como el «canalillo«, que siguiendo esa dirección se abastecía de las aguas sobrantes del Canal de Isabel II. Tenía algo más de un metro de ancho y metro y medio de profundidad, y con el tiempo se fue soterrando hasta hacerlo desaparecer por completo en la década de los sesenta del siglo XX, quedando normalmente por encima un camino que seguía su recorrido y delataba su presencia.

Enrique García, alquiló parte del edificio y los locales, reservando  el primer piso para residir con su famila, que para entonces en 1927 se componía, además de él, de su mujer Pascuala y de su primera hija Encarna. Años más tarde nacería Gloria.

Padres Gloria y Encarna-1932
Pascuala Mastral y Enrique García de la Serna con su hija Encarna de cinco años paseando por el paseo de Ronda en los alrededores de su casa en el invierno de 1932.

Transformación del barrio

En noviembre de 1917 se había aprobado la nueva denominación del tramo del paseo de Ronda que iba desde el paseo de la Castellana hasta la glorieta de Cuatro Caminos, por lo que la casa, que estaba ya en Raimundo Fernández Villaverde, tuvo diferentes numeraciones según se iba urbanizando la calle a ambos lados: 15, 57 y 67.

En la década de los 30 del siglo XX casi enfrente de la casa de los García-Mastral se construía la colonia de casas de la Cooperativa de la Asociación  General de Ayudantes y Auxiliares de los Cuerpos de Ingenieros Civiles y Arquitectos del Estado, conocida como Colonia Maudes, por encontrarse junto al camino que conducía al caserío de Maudes en Chamartín de la Rosa.

Seguramente Enrique conoció a Manuel Cerrada y a los hermanos Borrella, miembros de la Cooperativa que construyó la colonia, que por aquella época andaban de arriba abajo liados con las obras. También pudo haber conocido a Fernando Sánchez Viloria y al doctor Álvaro Bobillo,  todos  miembros de la Sociedad Cooperativa constructora, y este último durante un tiempo médico del barrio. Todos tuvieron una calle con su nombre, hasta que se derribó la colonia y se rehizo el callejero.

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Casa García-Mastral en Raimundo Fdez. Villaverde, 67. La calle tenía dos calzadas dobles para cada sentido separadas por un ancho paseo con dos filas de árboles en los laterales. En la foto se ven circulando dos taxis Seat 1500, y aparcados junto a la casa un Renault Gordini 600, una furgoneta Ebro-Fadisa de 1966 y un Citroën 2 cv. de 1963. El edificio de pisos más próximo es el actual número 61 de la calle.

La zona iba adquiriendo poco a poco un aspecto muy distinto al que había conocido la familia cuando llegó. Además de los hotelitos de la colonia Maudes que se comenzaron a levantar en 1931, en 1933 se derribaba el hipódromo de la Castellana para iniciar la construcción de los Nuevos Ministerios. También se edificó en 1940 el Colegio Patrocinio de San José, en el nº 59 de la calle y al que se accedía a través de un portón junto a la casa García-Mastral.

Construcción de AZCA 1973
Construcción de AZCA 1973. (Foto: Blog Historias Matritenses)

AZCA y el final del antiguo barrio

El conjunto AZCA  (Asociación Mixta de Compensación de la Manzana A de la Zona Comercial de la Avenida del Generalísimo -paseo de la Castellana-), surgió en los planes de ordenación del ensanche de Madrid de 1946. Antes hubo otros proyectos, que fueron modificándose hasta que en 1954 la Comisaría General de Ordenación Urbana de Madrid convocó un concurso  cuyo proyecto ganador, inspirado en los anteriores,  originó el Plan Parcial de 1957, definitivamente aprobado en 1964 y ejecutado al final de esa década.

AZCA se planteó como una supermanzana en el ensanche norte de la Castellana destinada a albergar viviendas en altura, viales subterráneos para la circulación de vehículos, enlace ferroviario, paseos peatonales, edificios comerciales y de oficinas y hasta un Teatro de la Ópera que nunca llegó a construirse.
Para poder desarrollar el proyecto se creó una Asociación Mixta de Compensación, controlada por el Ministerio de la Vivienda, que intervino en la negociación de las expropiaciones.

Inauguración Coste Inglés Castellana ABC 1969-02
Página publicitaria interior del diario ABC publicado el domingo 16 de noviembre de 1969 anunciando la inauguración del nuevo «centro comercial de El Corte Inglés de Generalísimo», en Raimundo Fernández Villaverde núm. 79. (ABC, 16/11/1969)

Los propietarios de la zona, obligados a vender, poco a poco fueron cediendo y el suelo liberado quedó en manos de importantes promotoras de la construcción, entidades financieras y grandes propietarios del sector servicios.
A finales de 1968 se inició la urbanización de la supermanzana, así como el comienzo de la edificación del primer solar del conjunto, perteneciente a El Corte Inglés, al lado de la casa de la familia García-Mastral. Ese mismo año, el colegio Patrocinio de San José abandonó sus instalaciones y con la indemnización construyó otro centro en las afueras.

Afectada por la influencia en la zona del Plan de Ordenación Urbana, la colonia Maudes se comenzó a demoler en 1976 y desapareció totalmente en 1978. Su solar lo ocupó un conjunto de modernos y lujosos edificios de viviendas denominados Géminis I y Géminis II.

Precisamente durante esta década de los setenta se concluyeron definitivamente las negociaciones con las últimas propiedades que todavía no habían eceptado los términos de las expropiaciones y aún mantenían litigios con el Ministerio de la Vivienda.

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Casa Garcia-Mastral, 1968. (Foto: Blog Historias Matritenses)

Fue el caso de la familia García-Mastral que en 1973 aceptó los términos del Ministerio y entregó su casa. Es probable que la derribaran ese mismo año, o en 1974. En su lugar se construyó una de las torres más emblemáticas de Madrid, no solo por la complejidad del proyecto, sino por el suceso que significó su final:  la torre Windsor.

En la actualidad, tras la demolición de la torre Windsor debido al incendio que sufrió, se levantó una nueva torre, la torre Titania, ligada al complejo comercial de El Corte Inglés, que ocupa el mismo número 65 de la calle, el antiguo 67 de la casa García-Mastral.

Calle Raimundo Fernandez con Orense_colegio Patrocinio San José 1968
Calle Raimundo Fernandez con Orense. Al fondo se ve la colonia Maudes y en el centro de la foto el colegio Patrocinio San José. (Foto, circa 1968)

Raimundo Fdez Villaverde Google 2013
Raimundo Fdez. Villaverde a la altura del edificio «torre Titania«, que ocupa el lugar donde estuvo la «torre Windsor» y con anterioridad la casa García-Mastral. (Foto:  © Google Maps, 2013)

Referencias.-

Colegio Patrocinio de San José (Blog Historias Matritenses, 2011)

Hospital de jornaleros San Francisco de Paula (Blog Urban Idade, 2016)

AZCA (Wikipedia)

Torre Windsor (Wikipedia)

Colonia Maudes de Ayudantes de Ingeniería (Blog Historias Matritenses, 2008)

VV.AA.
Arquitectura de Madrid. Ensanches
Fundación COAM
Madrid, 2003

Rojo Escobar, Enrique
Rodríguez Zapata, Carlos
Chamartín. Album de fotos
Temporae Ediciones
Madrid, 2015

Hemeroteca ABC

Antigua Fábrica de aguardientes, naipes y tabacos (Madrid)

Está situada en la calle de Embajadores c/v a Provisiones y Miguel Servet. Un edificio de grandes dimensiones y extraordinaria factura, olvidado y relegado a la ruina desde hace mucho tiempo, seguramente por sus grandes dimensiones que dificultan adaptarlo a un nuevo uso.

Fábrica de tabacos de Madrid desde la calle de Embajadores, c. 1908.
Fábrica de tabacos de Madrid desde la calle de Embajadores, c. 1908. (Foto: Archivos de la Comunidad de Madrid)

Antigua Fábrica de aguardientes y naipes

Está situada en la calle de Embajadores c/v a Provisiones y Miguel Servet. Un edificio de grandes dimensiones y extraordinaria factura, olvidado y relegado a la ruina desde hace mucho tiempo, seguramente por su extraordinario tamaño que dificultaba adaptarlo a un nuevo uso.
Durante el reinado de Carlos III se decidió situar este tipo de establecimientos «estancos», controlados por la Corona, en el sureste de Madrid. En 1780 se había ideado establecer la Real Fábrica de aguardientes y naipes en los terrenos delimitados por la calle del «Amor de Dios Baxa», actual Provisiones; «Camino que baja del Portillo de Embajadores», actual Embajadores; y «Barranco o arroyo del Abapies», actual Miguel Servet, en unos terrenos ocupados por casa y huerta de la Congregación de Clérigos Seglares de San Cayetano.
La Real Hacienda los adquirió en 1781, comenzando en 1790 la construcción del edificio para fábrica de aguardientes, barajas, papel sellado y depósito de efectos plomizos, que concluyó en 1792, durante el reinado de Carlos IV. La elaboración de tabacos vendría más adelante.

Fabrica de tabacos_Embajadores
El edificio en el que se halla esta antigua fábrica lo mandó construir la Real Hacienda el año de 1790 para fábrica de aguardientes, barajas, papel sellado y depósito de efectos plomizos.

Manuel de la Ballina López de Castro

A pesar de no figurar en la documentación existente de manera expresa el nombre del reponsable del proyecto, la figura del arquitecto Manuel de la Ballina López de Castro (1750-1818) que tasó los terrenos y firmó el plan de sitio de ubicación de la fábrica , evidencian su íntima vinculación con la Fábrica. Es posible que su figura quedase eclipsada por otras más precursoras como Sabatini o Juan de Villanueva y más adelante por otros como Juan Pedro Arnal, Antonio López Aguado, Isidro González Velázquez o Silvestre Pérez, quedando a la sombra por no ser el elegido de los reyes Carlos III, que prefirió a Villanueva, o por José Bonaparte, que eligió a Silvestre Pérez.
En todo caso, Manuel de la Ballina siempre se mantuvo activo ostentando cargos para la Corona: fue «Medidor de obras del Real Palacio Nuevo», nombrado por Carlos III en 1767; y Sabatini le habilitó como aparejador principal en 1777. En 1807 Villanueva le nombró aparejador primero y teniente director.

Manuel de la Ballina_Plan de ubicación_1781
Plan del sitio en el que iban a ejecutar las Reales Fábricas de aguardiente y naipes, firmadas por Manuel de la Ballina, 1781.

En 1780, cuando se decide la ejecución de la Fábrica de aguardiente y naipes, el encargado de ejecutar el proyecto es Manuel de la Ballina, que se encuentra con un solar trapezoidal irregular.
La idea de construir dos establecimientos distintos -naipes y aguardiente- manteniendo una unidad fabril, vinculando dependencias y servicios, se resolvió con una disposición neoclásica rectangular, típica de la Ilustración, dividida en dos cuadrados en los que se abren dos patios, más uno central, más amplio, que sirve de nexo representativo. Como ejemplo de este tipo de soluciones arquitectónicas de la época pensemos, por ejemplo, en el Cuartel del Conde Duque de Madrid, de similar factura.

La Fábrica de tabacos

La Fábrica de aguardientes y naipes entró en funcionamiento por poco tiempo, ya que con la ocupación francesa fue cambiando de uso. José Bonaparte liberalizó el monopolio de naipes y el complejo acabó por dedicarse a la fábrica de cigarros y rapé.
Pascual madoz en su «Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar«, cita la actividad de la Fábrica en 1809: «800 operarias trabajando; elaboración de cigarrillos comunes de Virginia, mistos, y cigarrillos de papel». También hubo «taller de picado», «taller de habanos peninsulares», «taller de embotado», «taller de tusas», etc.

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Plano de la planta baja de la Fabrica de tabacos, 1792.

Entre 1829 y 1838 llegó a tener cerca de 3.000 operarios, la mayoría mujeres. En aquel periodo las condiciones de trabajo, en especial las higiénicas, principalmente por la escasez de agua, eran bastante penosas. Además, la introducción de la mecanización motivó la paulatina supresión de puestos de trabajo, con las consiguientes huelgas. A ello se añadió la consecución de diferentes incendios como el de 1868, que devastaron el edificio e hicieron languidecer la producción.

Plano Fabrica de tabacos 1792_Planta Desvanes
Plano de la planta de desvanes de la Fábrica de tabacos, 1792.

Reformas. La nueva Fábrica

En 1887 se adjudicó el monopolio de fabricación y venta de tabaco a la Compañía Arrendataria de Tabacos. A partir de ese momento se sucedieron diferentes proyectos de reforma que modificaron el proyecto original de Ballina. En 1891 se modificaron las dos torres garitas, en origen de aspecto afro-oriental, bajo un proyecto del ingeniero Lorenzo Lapuyades. Pero la mayor y más importante modificación, dirigida por el arquitecto Amós Salvador Carreras y el ingeniero José Ortuño, supuso, en 1903, la sustitución de la planta de buhardillas por un nuevo nivel con cubierta a dos aguas y en el patio trasero se construyó un pequeño pabellón para generadores. Los patios pequeños se acristalaron.

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Reforma de la buhardilla de la Fábrica de tabacos a cargo de Amós Salvador en 1903.

Según consta en la Memoria del proyecto firmado por Amós Salvador Carreras, el 26 de junio de 1903, las obras necesarias para la construcción de la nueva planta implicaban desmontar la cubierta, eliminar las armaduras y derribar y desescombrar los muros de carga y traviesas entramadas, así como el derribo de algunos elementos de acceso. Una vez realizados estos trabajos, se construirían nuevos muros e cinco metros de altura y 75 centímetros de espesor comprendiendo por completo las tres naves que dan a las calles de Provisiones, Miguel Servet y Embajadores, a lo largo de las líneas de fachada. Los muros se construirían en fábrica de ladrillo ordinario, revestidos por ambos paramentos, revocados y pintados al exterior y blanqueados al interior. Sobre estos muros se construirían las formas de armadura y forjados con bovedillas de ladrillo. Las cubiertas serían de teja árabe.

Ampliación fachada_Amos Salvador_1903
Ampliación de la fachada de la Real Fábrica a cargo de Amós Salvador Carreras, en 1903.

De este modo, la Fábrica reconvertida distribuyó el almacén general en los sótanos; el batido y preparación de rama en los flancos de la primera planta y en los patios acristalados; los despachos en la fachada de la calle de Embajadores, así como las oficinas y la zona noble; el oreo del tabáco en las márgenes peor orientadas; y en la tercera planta añadida, diáfana, los grandes talleres de elaboración, que mandaban el producto elaborado al sotano mediante rampas.

Fabrica de tabacos 1982_PATIO Lateral cubierto
Fábrica de tabacos. Patio lateral cubierto en 1982.

En 1908 , a cargo del ingeniero Manuel Pardo Pérez se procedió al cerramiento de la fábrica mediante una tapia, por la calle de Miguel Servet y la glorieta de Embajadores. En 1919 se realizaron obras de consolidación, reparación e higienización. En 1960 se construyó un pequeño almacén el el patio posterior.
Por Decreto de 3 de Febrero de 1945, se concedía la administración del Monopolio de tabacos a Tabacalera S.A. El tabaco se traía de Cuba, Filipinas e Indonesia y acababa liado y empaquetado con el nombre de Bisontes, Celtas o Tres Carabelas. El edificio es declarado Bien de Interés Cultural en 1977. En 1980, la Fábrica todavía funcionaba a pleno rendimiento, con una plantilla de más de 500 personas.
Se desocupó definitivamente en el año 2000 tras la privatización en 1999 de Tabacalera/Altadis y quedó abandonado durante casi una década.

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Fábrica de tabacos. Patio central en 1982.

Presente de la Fábrica

La Antigua Fábrica de Tabacos de la calle Embajadores trás su cese en 2000, la adquirió el Estado y quedó cerrada. En 2004 se anunciaba que para 2008 el Ministerio de Cultura pretendía convertir el edificio en sede de los Museos de Artes Decorativas y de Reproducciones Artística. Sin embargo, en noviembre de 2007 se decidía la creación del Centro Nacional de las Artes Visuales, abandonando el anterior proyecto.
Desde entonces el edificio recobra su estado de abandono y la parte que ya se había reacondicionado se utiliza ocasionalmente, a través del alquiler de las salas, como espacio para exposiciones.

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Fábrica de Tabacos. Fachada principal, 1982.

El Ministerio entrega en 2010 a Colectivos de Lavapiés los espacios habilitados de la Fábrica para dar una respuesta provisional a la demanda social de espacios culturales en el barrio. Las asociaciones que tomaron parte del proyecto informaban desde diferentes webs y blogs de su vieja lucha pidiendo al Ayuntamiento de Madrid y al Ministerio de Cultura que el edificio albergase iniciativas sociales y culturales para los vecinos de Lavapiés. Estos grupos se constituyeron como Red de Colectivos de Lavapiés, autogestionados por medio de asambleas, grupos de trabajo y la elaboración de actividades coordinadas, con una aportación presupuestaria de la que se ocupaba el propio Ministerio a través de la Secretaría General de Bellas Artes  cuya cuantía era en 2010 de 18.000 euros.

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Fábrica de Tabacos. Fachada principal. (Foto: Carlos Viñas, 2014)

A finales de 2011, aún con el Gobierno del PSOE, se renueva el acuerdo por dos años prorrogables con el Centro Social Autogestionado La Tabacalera de Lavapiés (CSA), que administra parte del edificio.
En septiembre de 2012 los colectivos del Centro repiensan el proyecto para corregir algunos problemas de seguridad, drogas y de críticas vecinales por la falta de apertura a todo el barrio.
Ese mismo año se renueva el acuerdo con el antiguo Ministerio que ahora es Secretaría de Estado de Cultura, modificándose el sistema de gestión y con el propósito de dar un nuevo impulso a las actividades culturales del Centro.

En febrero de 2018 el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes firmó un preacuerdo con la Fundación Fontanals-Cisneros para abrir en la segunda planta del complejo de 28.000 metros cuadrados un espacio destinado a la Colección de Arte Contemporáneo de las Américas propiedad de Ella Fontanals-Cisneros, compuesta por unas 700 piezas. Fontanals-Cisneros donaría parte de su colección para la creación del centro, dedicado especialmente al arte latinoamericano, compartiendo espacio en el mismo edificio con el actual CSA La Tabacalera y con una especie de extensión del Museo Nacional Reina Sofía, que situaría allí una residencia de artistas y participando en la programación del espacio, especialmente dedicado al vídeoarte. (Ver El País, 18/03/2018)
Para ello el Ministerio tenía prevista una inversión inicial de 4,7 millones de euros entre 2018 y 2021.

Mercadillo
Mercadillo en La Tabacalera.

Para la CSA La Tabacalera este proyecto supone la amenaza al espacio cultural más grande del barrio de Lavapiés de convertirse en una víctima más de la turistificación que sufren los barrios de la almendra central,  y «rompe con la naturaleza viva de La Tabacalera«, contribuyendo  «a la gentrificación del barrio«.
De momento, el proyecto sigue adelante. Solo falta que se firme el acuerdo definitivo de donación que estipule las condiciones y concrete las obras cedidas. La historia continúa. (Ver El País, 21/06/ 2018)

Referencias.-

Urrutia Núñez, Ángel
Establecimientos tradicionales madrileños. Cuaderno III
Edición Cámara de Comercio e Industria de Madrid
Madrid, 1982

Rodríguez Ibáñez, Margarita
La Cultura Localizada como respuesta social a la Red: El caso de la Fábrica de la Tabacalera en Madrid.
Revista Electrónica de Patrimonio Histórico nº 14, junio 2014

Acerca de la Fábrica de Tabacos de Lavapiés (Blog Urban Idade, 2010)

Dosier CSA-La Tabacalera (PDF)

Tabacalera (Wikipedia)

Paseo de la Habana, 198 de Madrid. Damas Apostólicas del Sagrado Corazón (cap. III)

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Paseo de la Habana, 198. (Foto: Enrique F. Rojo, 2019)

Paseo de la Habana, 198

El noviciado de las Damas Apostólicas del Sagrado Corazón, edificio de 1929 protegido y derribado parcialmente el 20 de junio de 2017 por negligencias administrativas ,»resurge de sus cenizas» completamente nuevo. Al menos es lo que se ve desde el portón de acceso a la finca del Paseo de la Habana, 198. En origen, había una doble puerta de forja que en los últimos tiempos se cegó a la vista colocando una cortina de material plástico verde que impedía ver el edificio y los jardines. Y lo que en su interior se hacía con las máquinas: excavadoras y piquetas.

Paseo de la Habana, 198. (Foto: Enrique F. Rojo, 2019) Paseo de la Habana, 198. (Foto: Enrique F. Rojo, 2019
Después de la demolición parcial del convento y de su paralización administrativa, los escombros quedaron amontonados. Cuando se llegó a un acuerdo entre las administraciones (Ayuntamiento de Madrid y Comunidad Autónoma) se recogieron los restos y se dejaron las fachadas afectadas del edificio a la intemperie, sin las cubiertas que lo protegían. El resultado fue el riesgo de ruina total.

Paseo de la Habana, 198. (Foto: Enrique F. Rojo, 2019) Infografía Paseo de la Habana, 198. (Foto: Enrique F. Rojo, 2019)

Invierno de 2019

Ha pasado el húmedo otoño de 2018 y ahora, en este seco invierno de 2019, los paneles que se han colocado en las áreas que permitían atisbar la propiedad desde la calle, nos anuncian a modo de icono el futuro del conjunto.
No hay datos. No hay nombres. No hay cifras. Hasta ahora todo parece ser extraoficial. Aunque su exposición evidencia que se trata del proyecto de la propiedad. Aunque sea solamente una infografía y no exista en este momento más información pública, podemos pensar que el proyecto existe y que tiene el visto bueno de las administraciones.
Infografía Paseo de la Habana, 198. (Foto: Enrique F. Rojo, 2019)  Patios del antiguo noviciado en la Infografía del proyecto «Paseo de la Habana, 198» .(Foto: Enrique F. Rojo, 2019)

Lo que se puede ver en la infografía del proyecto expuesto en el Paseo de la Habana 198, revela que la intervención en el nuevo edificio supone la adaptación de los restos a un nuevo edificio que mantiene parte de las fachadas añadiendo algún nuevo elemento. Tanto la planta como la altura se mantiene idéntica a la la del edificio original.

Respecto a los jardines todavía no hay noticias oficiales que den por cerrado un acuerdo del Ayuntamiento de Madrid con la propiedad. Los propietarios pretendían construir en toda la superficie posible y el Ayuntamiento, atendiendo a las peticiones de los vecinos y de  diferentes colectivos ciudadanos estableció entre las prioridades del futuro de la finca el mantenimiento del espacio verde ajardinado anejo al convento.

Paseo de la Habana, 198. (Foto: Google Maps, 2016)
Paseo de la Habana, 198. (Foto: Google Maps, 2016)

Respetar los jardines en beneficio del bien común ciudadano podría costarle al Ayuntamiento 40 millones de euros que irían a parar a los bolsillos de los dueños de la propiedad.

Estos desmanes o desórdenes económicos que comunmente se repiten responden al desatino constante que las diferentes administraciones municipales dejan en herencia en forma de resoluciones o acuerdos pactados informalmente, luego formalizados y casi nunca fiscalizados por los equipos municipales que se incorporan en las nuevas legislaturas.

De momento, el espacio del noviciado de las Damas Apostólicas del Sagrado Corazón y su entorno no desaparece.

Damas Apostólicas del Sagrado Corazón (Foto: Carlos R. Z, 2015)
Damas Apostólicas del Sagrado Corazón (Foto: Carlos R. Z, 2015)