«La Constructora Benéfica» en Madrid

Urban Idade

Calle Caridad 1883_IEyA_CombaLa primera actuación de La Constructora Benéfica en 1883. Barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad. Se construyeron  38 casas para 58 familias. En la calle de Granada se edificaron 4, y en la del Pacífico 6. En total 68 viviendas dadas en amortización para que los inquilinos pudieran ser propietarios. (GRABADO: Comba, La Ilustración Española y Americana, 1883)

El llamado «problema social»,  que pensadores y políticos de finales del siglo XIX, en el periodo de la Restauración, intentaron atajar por medio de la beneficencia y de la caridad cristiana, tuvo una de sus expresiones  más llamativas en la construcción de casas para pobres, una de las necesidades más acuciantes en el Madrid paupérrimo de la época.

La Constructora Benéfica, primeros pasos

La idea de crear la sociedad benéfica orientada a proporcionar a los trabajadores con escasos medios económicos viviendas higiénicas, cómodas…

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La última casa de Chamartín de la Rosa

Casa derribada del antiguo barrio de Chamartín de la Rosa en la calle Fernández Sivestre. (Foto. Enrique F. Rojo, 2023)
Casa derribada del antiguo barrio de Chamartín de la Rosa en la calle Fernández Silvestre, 4. (Foto. Enrique F. Rojo, 2023)

Chamartín de la Rosa

Es posible que esta construcción derruida sea una de las últimas casas de Chamartín de la Rosa. Chamartín, pequeño caserío, según la descripción de Pascual Madoz, que tuvo su importancia durante la Guerra de la Independencia, tal y como narró Benito Pérez Galdós en uno de los Episodios Nacionales, titulado Napoleón en Chamartín , novelando la llegada a Madrid del emperador francés en 1808. Luego se ha escrito mucho sobre la villa en diversos trabajos publicados.

El origen del nombre del pueblo de Chamartín no está claro, si bien ya aparecía en el siglo XIII. Estaba situado en el norte de la Villa de Madrid, en un vértice del triángulo formado con los pueblos de Hortaleza y Fuencarral, en el camino de Alcobendas. De carácter eminentemente rural, compuesto por propietarios, vasallos y arrendatarios, estaba rodeado por fincas de recreo de la aristocracia palaciega.

Napoleón Bonaparte

Para recordar la presencia de Napoleón Bonaparte en Chamartín , el Ayuntamiento de Madrid colocó en su momento una placa en el muro que rodeaba el Colegio del Recuerdo. La placa hace referencia a la finca del Recuerdo y a su viejo palacio como el lugar donde se alojó el emperador. En realidad ésto no ocurrió así, púes fue en el «palacio nuevo», actual colegio del Sagrado Corazón, reconstruido tras un incendio, donde se dieron los hechos y en cuya propiedad también se hallaba el legendario vetusto pino de Napoleón.

La última casa del barrio antiguo de Chamartín de la Rosa, en el lugar donde se encontraba dentro del caserío. La mayor parte de las casas se fueron derribando en la década de los sesenta del siglo XX, junto con el desmantelamiento del cementerio, para la construcción de la nueva estación ferroviaria de Chamartín.
La última casa del barrio antiguo de Chamartín de la Rosa, en el lugar donde se encontraba dentro del caserío en 1966. La mayor parte de las casas se fueron derribando a partir de la década de los sesenta del siglo XX, junto con el desmantelamiento del cementerio, para la construcción de la nueva estación ferroviaria de Chamartín.

La antigua villa

La casa derribada es un reducto del pasado más reciente de la histórica villa. Obra realizada seguramente a finales del siglo XIX o principios del XX, habitada por gentes que construían de noche y consolidaban al amanecer. Estas casas se sumaron, desde la periferia del barrio que crecía, a las más antiguas de Chamartín, a imagen y semejanza de las que surgían en Tetuán de las Victorias desde que O’Donell en 1860 estableció sus tropas en la Dehesa de Amaniel, en los límites de Chamartín de la Rosa.
Ahí quedaban las casas y sus moradores, que con el tiempo se hicieron barrio dentro del barrio y formaron varios núcleos de entre cincuenta y cien construcciones de alturas diversas y tipología similar, cuyos últimos ejemplos van desapareciendo abatidas sin que nadie se de cuenta.

La casa derribada

Esta casa estaba en una de las esquinas del muro que delimitaba el viejo cementerio de Chamartín de la Rosa. Aguantó, junto con cuatro o cinco más, el desmantelamiento del camposanto, en 1965, la construcción de la nueva estación de Chamartín y el desarrollo de los nuevos viales a su alrededor, abriendose nuevas calles y levantando nuevos edificios de estilo internacional.

Antiguo barrio de Chamartín de la Rosa. Área del cementerio.
Antiguo barrio de Chamartín de la Rosa. Área del cementerio. A la derecha las vías y andenes de la estación ferroviaria de Chamartín.

La construcción derruida, de las últimas que quedaban del viejo barrio de Chamartín de la Rosa anterior a su incorporación a Madrid como distrito, en 1948, era una casa de trazado elemental, con elementos constructivos básicos: vigas y pilares de madera aguantando la estructura, fachadas de ladrillo recocho, cubierta de madera y teja. La distribución del interior, las ventanas pequeñas y el reboco de las paredes, encaladas en un intenso blanco, muestran su carácter popular adaptado a las condiciones del clima. Las fachadas podían mirar a los cuatro puntos cardinales. En medio de las fachadas traseras de las viviendas quedaban espacios comunes a modo de patio donde podía haber lugar para situar el corral.

Estas construcciones modestas -pobres- y, seguramente, mal hechas, se repartieron por algunas calles actuales como La Malva, Tulipán, Alalerno, Alfambra o Fernández Silvestre, y también ocuparon calles que ya no existen. Todas, muy cerca de la actual calle de Mauricio Legendre, la calle más representativa.

Casa derribada del antiguo barrio de Chamartín de la Rosa en la calle Fernández Sivestre. (Foto. Enrique F. Rojo, 2023)
Casa derribada del antiguo barrio de Chamartín de la Rosa en la calle Fernández Silvestre, 4 . (Foto. Enrique F. Rojo, 2023)

La casa de la foto es una más de las últimas casas del barrio viejo de Chamartín de la Rosa, en la calle Fernández Silvestre, antes de que se convirtiera en 1948 en distrito de Madrid, perdiendo su estatuto de Villa. En 1955, el caserío que se extendía al suroeste de Chamartín, desde el camino de Francia, se convertiría en el nuevo distrito de Tetuán, desligándose de su primitivo municipio.

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Interior patio entre viviendas , en la calle Fernández Silvestre, 4. (Foto: Enrique F. Rojo, 2023)

Las casas tenían patio interior y su factura, como se ve en la foto de esta última casa del barrio viejo de Chamartín de la Rosa, en la calle Fernández Silvestre, era muy elemental, hecha con materiales baratos, suelos de baldosa hidráulica y con las trazas rurales afines a los vecinos que la habitaban.
La renovación del barrio a lo largo del siglo XX supuso la desaparición de casi todas las construcciones que definieron este sector nororiental más deprimido. Después del avance demoledor de las máquinas que fueron arrasando las viejas casas expropiadas, casi todas abandonadas, algunas reocupadas, durante la última década del siglo XX, el barrio quedó congelado. Durante la segunda década del siglo XXI todavía quedaban algunas propiedades sin derribar. Poco a poco se van abatiendo y la fisonomía del barrio se va modificando hasta hacer desaparecer su aspecto primitivo, olvidándose por completo aquel barrio que ya pocos recuerdan .
Las actuales reformas del entorno de la estación de Chamartín y los grandes proyectos del ensanche norte son el motor que ha movido la demolición de estás últimas casas de Chamartín.
Sirvan estas imágenes como testimonio del pasado del viejo barrio y también del presente del nuevo Madrid y del de sus nuevos habitantes.

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Restos del suelo de  baldosa hidráulica de la vivienda de Fernández Silvestre nº 4. (Foto: Enrique F. Rojo, 2023)
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Restos del suelo de baldosa hidráulica de la vivienda de Fernández Silvestre nº 4. (Foto: Enrique F. Rojo, 2023)

Bibliografía.-

Quintas de Recreo (Libro I)
Lasso de la Vega Zamora, Miguel
Ayuntamiento de Madrid
Madrid, 2006

Historia de Chamartín de la Rosa
de Baldeón García, Alicia
López Marsa, Flora
Ayuntamiento de Madrid
Madrid, 1985

Chamartín. Album de fotos
Rojo Escobar, Enrique F.
Rodríguez Zapata, Carlos
Temporae Ediciones
Madrid, 2015

Cementerio de Chamartín de la Rosa

La «vela», el «duro» de Las Tablas

«La Vela» , BBVA en Las Tablas, Madrid. (Foto: El País. Luis Sevillano, 2015)

 

Las Tablas, barrio nuevo

Las Tablas es un barrio nuevo de Madrid, de los inicios del siglo XXI. Podría haberse llamado El Erial o El Descampado. Por su nombre parecería que hace alusión a la tabla de salvación a la que se acogieron sus habitantes, agarrándose al Programa de Actuación Urbanística (PAU), del Ayuntamiento de Madrid que aseguraba y prometía viviendas económicas en suelo barato. En realidad, fue todo lo contrario. Fue todo una farsa especulativa. Suelo barato, viviendas caras.

 

Tablas de poder económico

En Las Tablas ondea la «vela» del banco BBVA, símbolo del poder económico. Se yergue en medio del descampado gigante. Tiene forma de moneda, de peseta ovalada. Es el duro de Las Tablas, que vale más. Forma parte del concepto ambivalente que opone la escasez primitiva del paraje rural con la opulencia del entorno urbano actual al que pertenece. Las Tablas fue tierra de cultivos de secano. Hoy el campo es un conglomerado de bloques de viviendas, cada uno de un padre distinto. La memoria del lugar antiguo ya no existe.

 

Tablas de agua

En realidad Las Tablas fueron agua extendida y plana por áreas del terreno de un río que no afloraba más que en tímida afluencia estacional. Las aguas manaban por colmatación en la época húmeda y vertían sin control por los campos, derramándose hacia el oeste en la hendidura cavada hacia las vías del tren de Colmenar Viejo y hacia el este y el sur en las nuevas urbanizaciones. Las intervenciones municipales las enterraron o canalizaron hacia los sumideros y desagües de aguas grises y la razón del topónimo que conocemos hoy se desdibujó. Ya no hay tablas, ni escorrentías, ni nada que se le parezca. Las Tablas de hoy, la «vela» actual, es el símbolo del poder que impone su norma en el nuevo barrio. Las Tablas ya no son agua, son la ley, la «vela». La religión es el dinero. Cómo especular es el catecismo.

Antigua finca «Hortalaya» (Madrid)

La finca «Hortalaya», situada en  el paseo de la Habana nº 147  de Madrid, con una superficie de cerca de 3 ha, proyectada en 1930 en un entorno semirrural, se mantuvo íntegra  a lo largo de 90 años. Hasta 2020 la arquitectura del proyecto se conservó con leves reformas. El jardín sobrevivió el paso del tiempo mientras los árboles seguían creciendo en silencio en un entorno cada vez más poblado. Un nuevo complejo de viviendas cierra el último capítulo de la historia de este singular espacio, ahora integrado en el área central de la ciudad.

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Finca La Hortalaya (Foto: Google Maps, 2008)

Finca «Hortalaya»

Ya en el siglo XXI quisieron los dueños de la vieja finca «Hortalaya», situada en  el paseo de la Habana nº 147  de Madrid, vender y su deseo fraguó en una promoción que ha eliminado casi cualquier referencia de la antigua Hortalaya, en favor de un atractivo señuelo para nuevos capitales. En una zona que ya nació el pasado siglo XX con ínfulas elitistas y que en este cuarto de siglo XXI sigue viviendo en ellas, el nuevo grupo de viviendas  solamente ha mantenido algunos añosos árboles, que han quedado integrados en el complejo residencial, último rastro de la primitiva propiedad.

Planta Hortalaya-1930
Planta la finca La Hortalaya, según el proyecto de 1930. Se describen la casa principal, casa del guarda, huerto, estanque y áreas recreativas.

Arquitecto: Casto Fernández-Shaw

La finca «Hortalaya», de cerca de 3 ha de superficie, encargada por los Sres. de Oñate al arquitecto Casto Fernández-Shaw en 1930, se proyectó como un jardín con huerto: «Con acceso desde todas las calles que lo permitiesen». Con una casa principal que estaba en el centro de la calle de la parcela y en el mismo eje que la puerta de acceso de la carretera del Hipódromo a Chamartín de la Rosa, que era la vía principal, el actual paseo de la Habana.

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Cercado de la finca Hortalaya, (1930).

Planta de la casa principal de la finca La Hortalaya, según el proyecto de 1930.
Planta de la casa principal de la finca La Hortalaya, según el proyecto de 1930.

La casa principal

El hotel o casa principal se proyectó en dos plantas y sótano. Atravesando un pórtico, orientado al este (sitio el más protegido de los vientos en Chamartín), se accedía a la planta baja desde un hall, de donde arrancaba la escalera que conducía a la primera planta. A la izquierda, y orientados al mediodía, estaban las piezas de estar, despacho y cuarto de jugar; al norte estaban situados el comedor, cocina y servicios anejos. Un lavadero, un cuarto de plancha y cuartos de aseo completaban esta planta.

Proyecto hotel Hortalaya-planta baja_1930

Proyecto hotel Hortalaya-planta primera_1930

La planta primera estaba destinada al dormitorio de los señores, con capacidad suficiente para la estancia de quince personas con todas las comodidades imaginables o inimaginables en la época, según quien fuera.
El estilo adoptado en todas las construcciones de la finca, fue el de los «cottages» ingleses, y los materiales fueron el ladrillo cerámico al descubierto en las fachadas, cubierta de pizarra, estructura de hierro, carpintería de pino melis, e instalaciones completas de saneamiento, luz eléctrica, calefacción por agua caliente, etc. El presupuesto de esta casa se calculó en 130.000 pesetas.

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La Hortalaya, antigua casa principal u hotelito. (Foto: Google maps, 2019)

La casa del guarda

La casa del guarda estaba instalada en una esquina de la finca, como punto estratégico para la vigilancia. El palomar, el gallinero, el lavadero, la pérgola, la fuente, etc., así como la cerca, estaban hechas con materiales de primera calidad: piedra, ladrillo y cemento.

Casa del guarda de la Hortalaya. (foto: Archivo Moreno-1930)
Casa del guarda de la Hortalaya. (Foto: Archivo Moreno-1930)

Proyectada en un principio tan sólo para casa del guarda y garage, se dedicó una habitación de la planta baja para servir a los propietarios, mientras se hacía la casa principal. Queriendo estos, no obstante, pasar temporadas en la finca antes de que se finalizase la construcción de la casa principal, se habilitó la casa del guarda para ello, llegando a dormir en ella un matrimonio, siete hijos, un ama y los guardas. Las dimensiones del edificio lo permitían. En el dormitorio de la planta baja había literas. En el comedor se instaló una cama turca para el hijo mayor. En la planta primera estaban las camas restantes. En el «hall» había una chimenea de leña. El garage tenía un pozo para lavar el coche.

La casa del guarda fue al principio un chalet de fin de semana para los amos.

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Proyecto casa principal de la casa del guarda en «La Hortalaya». Planta baja, 1930.

Proyecto casa principal de la casa del guarda en "La Hortalaya". Planta primera, 1930.
Proyecto casa principal de la casa del guarda en «La Hortalaya». Planta primera, 1930.

El jardín y el huerto

Dos paseos de cinco metros de ancho hacían de camino a los vehículos y a las personas en el interior de la finca. En ese orden, para el concepto de modernidad de la época. Había también una pista de «lawn-tennis», es decir, de tenis en hierba, de dimensiones reglamentarias, situado al mediodía de la casa, asegurando así el sol para la finca, que no tendría la sombra de árbol alguno. Próximo estaba el estanque-piscina, pues sirvía del mismo modo para el riego del huerto y para tomar un baño en verano.

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Fuente ornamental en el centro del jardín de la Hortalaya. (1930)

El agua para abastecer la finca estaba asegurado por una toma o «traida» del canal de Santillana y por la que producía un pozo de gran profundidad excavado en la propiedad. De este modo, los árboles frutales y otros ornamentales prometían llegar pronto a plena madurez sin tener que padecer por las sequías del estío .

La nueva Hortalaya

Se trata de un conjunto de edificios de nueva construcción, proyectados por el arquitecto Alberto Martín de Lucio, para el grupo Ibosa , en el solar más codiciado de Chamartín, en pleno barrio de Nueva España, con viviendas exclusivas de 3 y 4 dormitorios, plantas bajas con jardín y áticos, aparcamiento privado y trasteros. La promoción de viviendas, al estilo de las viviendas «playeras» de lujo, se define por sus promotores como un oasis dentro de Madrid.  Según muestra la página de la promoción, los cuartos principales cuentan con grandes ventanales, balcones amplios y vistas a las zonas comunes , al jardín privado y a la piscina y sin medianeras con otros edificios, gran defecto de las propiedades comunes eliminado en esta construcción .
Por lo demás, las zonas comunes interiores de la comunidad cuentan con más de 4.500 m2, con piscina, gimnasio y zonas ajardinadas que incluyen algunos de los árboles originarios de la finca que se ha intentado conservar, la mayoría coníferas .

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Labores de explanación de la antigua finca Hortalaya. (Foto: Enrique F. Rojo,2020)

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Promoción paseo de la Habana 147. (Foto: Enrique F. Rojo,2022)

Referencias.-

Un nombre, un teléfono y una web: los pisos de lujo tras el último gran solar de Madrid. Paseo de la Habana, 147.  (Cotizalia.  El Confidencial.)

Así es Paseo de la Habana 147: pisos de hasta cuatro millones de euros con jardín y piscina en el centro de Madrid. (El economista. es, 16/11/20)

Venta de Hortalaya. Observatorio del patrimonio. (Madrid Ciudadanía y Patrimonio.)

Derribos en La Prosperidad (Madrid)

Edificio de la calle de Pérez Ayuso número 5, derribado en 2022. (Foto: Enrique F. Rojo)

Como viene siendo  habitual  en Madrid, cuando la ciudad se vacía, se multiplican los derribos de edificios para dar paso a la renovación de los barrios con la construcción de nuevos proyectos.  Normalmente las demoliciones afectan a viejas construcciones sin más interés que el propiamente especulativo de los propietarios que las venden y el de los promotores o constructores  que las sustituyen.  Otras veces, también se abaten, tristemente, importantes edificaciones, igualmente bajo el mismo interés especulativo , que son notables símbolos de la historia del municipio y que, no teniendo protección alguna, desaparecen sin que apenas nos demos cuenta. Un día, ese edificio que siempre nos impresionó por su singular arquitectura deja de estar y, cuando reparamos en ello, es porque otra construcción ocupa su lugar. Por eso el verano es siempre un fiel aliado para cualquier tipo de tropelía, especialmente si es urbanística.

Barrio de la Prosperidad

En el barrio de la Prosperidad,  viejo suburbio de Madrid del siglo XIX, se edificaron viviendas que atendían a tipologías rurales que reproducían el estilo y hábitos de vida de sus moradores. En aquel periodo la arquitectura popular copiaba la corriente neomudéjar, que se aplicaba en edificios escolares, religiosos y de carácter festivo.  En la Prosperidad, arrabal que aspiraba a formar parte de la capital, el estilo arquitectónico popular de moda cuajó y las posibilidades de expresión que permitía el uso del ladrillo en la realización de originales aparejos y su relativa economía, permitieron la ejecución de numerosos proyectos. De toda aquella obra  -el tiempo y la especulación se encargaron de borrarla-  apenas quedan muestras en el barrio.

Talleres Raez, en la calle de García Luna número 20, derribados en 2022. (Foto: Google Maps, 2017)

Talleres Raez

En la calle de García Luna número 20 se establecieron en los años 50 del siglo XX los talleres Raez de carpintería, especializados en tableros de dibujo, y más adelante, en todo tipo de elementos y muebles de madera. El martes, 14 de julio de 2020, aparecía publicado en el número 134 del Boletín Oficial del Registro Mercantil el cese y la disolución de la empresa. En el verano de 2021 se derribaban las instalaciones dejando libre el solar para una nueva construcción. La recalificación de este tipo de antiguos suelos industriales situados en la primitiva periferia de la capital conduce a una cómoda reconversión urbanística que densifica poblacionalmente el barrio y genera importantes beneficios para los propietarios de las parcelas.

Solar tras el derribo de los talleres Raez, en la calle de García Luna número 20. (Foto: E. F. Rojo)
Viviendas en la calle de Pérez Ayuso 5 y 7. (Foto: Google Maps, 2008)

Viviendas en la calle de Pérez Ayuso

Un ejemplo muy interesante era la vivienda situada en la calle de Pérez Ayuso número 5. En 2022, en puertas del verano, se derribó esta casa, junto con la aneja, el número 7. Esta última, un conjunto de casas, con patio que ocupaba una parcela de 386 m², funcionó  probablemente hasta finales del siglo XX como taller industrial, de forja, mecánica o algo similar. Precisamente en la calle paralela de Benigno Soto número 1, hubo una forja activa más o menos hasta ese mismo periodo. La casa de Pérez Ayuso número 7, repartida en tres edificios con bajo y una planta,  de arquitectura sin especial interés, ocupaba una superficie construida de 282 m² y su construcción figura en el catastro fechada en 1940. El taller ocupaba, 209 m², el almacén 50 m². Había dos viviendas  de 104 m², que podían ser también oficinas. El cuerpo con fachada a la calle de Pérez Ayuso, bajo y una altura, en lugar de tejado tenía una azotea abalconada.

Solar tras el derribo de las viviendas en la calle de Pérez Ayuso nº 5 y nº 7. (Foto: E. Fidel Rojo)

Sin embargo, la casa con el número 5, de arquitectura neomudéjar, ya sin moradores desde principios del siglo XX, destacaba entre los edificios de  los escasos doscientos metros de la calle, no solo por ser la más antigua y por su pintoresca imagen, sino por ser la que mejor evocaba la esencia del primitivo barrio. Es probable que fuera la construcción más antigua de la Prosperidad.

Casa neomudéjar de Pérez Ayuso número 5

En efecto, es probable que la casa neomudejar de Pérez Ayuso 5 fuera la construcción más antigua de las que aún quedaban en la Prosperidad. La casa de Pérez Ayuso 5 debió de construirse a finales del siglo XIX o como muy tarde en la primera década del  XX.  Ya en los primeros años del nuevo siglo el ladrillo visto del  neomudéjar  perdía fuelle y se iba abandonando por fachadas enfoscadas con molduras, balaustradas y mucha decoración grandilocuente. El oropel le ganaba terreno a la sencillez elegante del ladrillo recocho.  Con una superficie construida de 282 m² en forma de “A” invertida, sobre una superficie de 314 m², el edificio contaba con 4 viviendas en la planta baja de 69 m², 2 viviendas en la primera  planta  de 69 m², 2 almacenes de 9 m² en la planta baja, dentro del pasillo del portal, y un patio trasero compartido de 20 m². Sobre la cubierta del portal había una terraza balconada.

Residencial Pérez Ayuso5/7

El solar resultante tras el derribo de las dos propiedades, de 700 m² de superficie, servirá para la construcción de un reducido complejo de apartamentos al que se ha llamado «Residencial Pérez Ayuso5/7» y que oferta la exclusividad habitual en este tipo de proyectos.

Residencial Pérez Ayuso5/7, infografía de la empresa promotora, 2022.

Referencias.-

Derribos en la Prosperidad (Madrid). La desaparición del barrio primitivo. Blog Urban Idade.

Derribos en La Guindalera y la Prosperidad. Blog Urban Idade.