Edificio de la calle de Pérez Ayuso número 5, derribado en 2022. (Foto: Enrique F. Rojo)
Como viene siendo habitual en Madrid, cuando la ciudad se vacía, se multiplican los derribos de edificios para dar paso a la renovación de los barrios con la construcción de nuevos proyectos. Normalmente las demoliciones afectan a viejas construcciones sin más interés que el propiamente especulativo de los propietarios que las venden y el de los promotores o constructores que las sustituyen. Otras veces, también se abaten, tristemente, importantes edificaciones, igualmente bajo el mismo interés especulativo , que son notables símbolos de la historia del municipio y que, no teniendo protección alguna, desaparecen sin que apenas nos demos cuenta. Un día, ese edificio que siempre nos impresionó por su singular arquitectura deja de estar y, cuando reparamos en ello, es porque otra construcción ocupa su lugar. Por eso el verano es siempre un fiel aliado para cualquier tipo de tropelía, especialmente si es urbanística.
Barrio de la Prosperidad
En el barrio de la Prosperidad, viejo suburbio de Madrid del siglo XIX, se edificaron viviendas que atendían a tipologías rurales que reproducían el estilo y hábitos de vida de sus moradores. En aquel periodo la arquitectura popular copiaba la corriente neomudéjar, que se aplicaba en edificios escolares, religiosos y de carácter festivo. En la Prosperidad, arrabal que aspiraba a formar parte de la capital, el estilo arquitectónico popular de moda cuajó y las posibilidades de expresión que permitía el uso del ladrillo en la realización de originales aparejos y su relativa economía, permitieron la ejecución de numerosos proyectos. De toda aquella obra -el tiempo y la especulación se encargaron de borrarla- apenas quedan muestras en el barrio.
Talleres Raez, en la calle de García Luna número 20, derribados en 2022. (Foto: Google Maps, 2017)
Talleres Raez
En la calle de García Luna número 20 se establecieron en los años 50 del siglo XX los talleres Raez de carpintería, especializados en tableros de dibujo, y más adelante, en todo tipo de elementos y muebles de madera. El martes, 14 de julio de 2020, aparecía publicado en el número 134 del Boletín Oficial del Registro Mercantil el cese y la disolución de la empresa. En el verano de 2021 se derribaban las instalaciones dejando libre el solar para una nueva construcción. La recalificación de este tipo de antiguos suelos industriales situados en la primitiva periferia de la capital conduce a una cómoda reconversión urbanística que densifica poblacionalmente el barrio y genera importantes beneficios para los propietarios de las parcelas.
Solar tras el derribo de los talleres Raez, en la calle de García Luna número 20. (Foto: E. F. Rojo)Viviendas en la calle de Pérez Ayuso 5 y 7. (Foto: Google Maps, 2008)
Viviendas en la calle de Pérez Ayuso
Un ejemplo muy interesante era la vivienda situada en la calle de Pérez Ayuso número 5. En 2022, en puertas del verano, se derribó esta casa, junto con la aneja, el número 7. Esta última, un conjunto de casas, con patio que ocupaba una parcela de 386 m², funcionó probablemente hasta finales del siglo XX como taller industrial, de forja, mecánica o algo similar. Precisamente en la calle paralela de Benigno Soto número 1, hubo una forja activa más o menos hasta ese mismo periodo. La casa de Pérez Ayuso número 7, repartida en tres edificios con bajo y una planta, de arquitectura sin especial interés, ocupaba una superficie construida de 282 m² y su construcción figura en el catastro fechada en 1940. El taller ocupaba, 209 m², el almacén 50 m². Había dos viviendas de 104 m², que podían ser también oficinas. El cuerpo con fachada a la calle de Pérez Ayuso, bajo y una altura, en lugar de tejado tenía una azotea abalconada.
Solar tras el derribo de las viviendas en la calle de Pérez Ayuso nº 5 y nº 7. (Foto: E. Fidel Rojo)
Sin embargo, la casa con el número 5, de arquitectura neomudéjar, ya sin moradores desde principios del siglo XX, destacaba entre los edificios de los escasos doscientos metros de la calle, no solo por ser la más antigua y por su pintoresca imagen, sino por ser la que mejor evocaba la esencia del primitivo barrio. Es probable que fuera la construcción más antigua de la Prosperidad.
Casa neomudéjar de Pérez Ayuso número 5
En efecto, es probable que la casa neomudejar de Pérez Ayuso 5 fuera la construcción más antigua de las que aún quedaban en la Prosperidad. La casa de Pérez Ayuso 5 debió de construirse a finales del siglo XIX o como muy tarde en la primera década del XX. Ya en los primeros años del nuevo siglo el ladrillo visto del neomudéjar perdía fuelle y se iba abandonando por fachadas enfoscadas con molduras, balaustradas y mucha decoración grandilocuente. El oropel le ganaba terreno a la sencillez elegante del ladrillo recocho. Con una superficie construida de 282 m² en forma de “A” invertida, sobre una superficie de 314 m², el edificio contaba con 4 viviendas en la planta baja de 69 m², 2 viviendas en la primera planta de 69 m², 2 almacenes de 9 m² en la planta baja, dentro del pasillo del portal, y un patio trasero compartido de 20 m². Sobre la cubierta del portal había una terraza balconada.
Residencial Pérez Ayuso5/7
El solar resultante tras el derribo de las dos propiedades, de 700m² de superficie, servirá para la construcción de un reducido complejo de apartamentos al que se ha llamado «Residencial Pérez Ayuso5/7» y que oferta la exclusividad habitual en este tipo de proyectos.
Residencial Pérez Ayuso5/7, infografía de la empresa promotora, 2022.
En 1936, en Segovia, un abuelo arroja el periódico de mala manera al suelo. Balbucea no se sabe qué delante de sus nietas que asisten a la escena asustadas. Las niñas inquietas preguntan qué pasa. El abuelo, casi sin aliento, responde: «¡Se ha sublevado la guarnición de África!».
Esta «es la novela que hubiera querido escribirPío Baroja y no pudo: le faltó conocimiento de primera mano para hacerlo; y la que habría querido escribir Max Aub y no supo, al estar preso él, como tantos otros, de prejuicios y razones históricas…». Así define Trapiello la novela de Fortún en la introducción que hace en la edición deCelia en la revolución de Renacimiento.
A partir de este libro que editó en 2016 la editorial Renacimento, encargada de hacer valer el legado de Elena Fortún, con el brillo presente de Marisol Dorao, y en el que su autora cuenta la verdad de la guerra, aparece la investigación de otra autora que busca la verdad.
María Jesús Fraga, que recuerda cuando era pequeña y su madre le leía las aventuras de Celia, el personaje de las novelas de Fortún, ha trabajado durante años para llegar a la realización de un mapa que sigue el itinerario de la protagonista de esta postrera novela.
Mapa digital
El mapa digital a partir de Celia en la revolución recupera un Madrid en guerra visto desde los ojos de la Celia adolescente. Con la Cartografía digital del Madrid iniciamos un viaje al Madrid de los años 30 que describe la novela Celia en la revolución. El proyecto aúna la historia de la ciudad, las vivencias de la joven protagonista y las de la propia Elena Fortún, de la que la biblioteca de la Comunidad de Madrid conserva una inestimable colección personal, en su mayor parte digitalizada y accesible en la Biblioteca Digital de Madrid.
La aventura de dos mujeres en los inicios del siglo XX que se querían y que decidieron casarse. Para la época era algo impensable. Socialmente era abominable. Y ante la Iglesia, totalmente imposible.
La aventura de dos mujeres en los inicios del siglo XX que se querían y que decidieron casarse. Para la época era algo impensable. Socialmente era abominable. Y ante la Iglesia, totalmente imposible.
Elisa y Marcela se casan
La historia, que sucedió en La Coruña, en 1902, acabó regular. Hubo implicación eclesiástica y política. Persecución policial y detenciones.
Mucho antes, en marzo de 2010, Narciso de Gabrielhabía publicado “Elisa y Marcela. Más allá de los hombres”. El tema de investigación surgió, apuntaba de Gabriel, casualmente en 1993 cuando estaba trabajando en el archivo Histórico Universitario de la Universidad de Santiago de Compostela sobre los procesos disciplinarios a los que se sometió al profesorado de magisterio en la Galicia de a segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del siglo XX.
Narciso de Gabriel encontró casualmente un expediente incluido en un ejemplar de La Voz de Galicia del 22 de julio de 1901 que se titulaba “Un asunto ruidoso. Un matrimonio sin hombre” (Narciso de Gabriel. Elisa y Gabriela. Amigas y amantes. Ediciones Morata. Madrid, 2019)
Las contrayentes recurrieron a un elaborado artificio para sellar su amor casándose, engañando con el travestismo de una de las cónyuges, consiguiendo la certificación de su acto como un matrimonio al uso.
La historia de aquel matrimonio extraordinario antes de que la contaran Narciso de Gabriel e Isabel Coixet, la narró la prensa de la época.
Prensa de la época: el matrimonio
Recogiendo información de los periódicos de La Coruña, se encuentran extensos relatos sobre el conocido como el “matrimonio de dos mujeres”.El 25 de junio de 1901, el diario La Época de Madrid publicaba que a madrina de boda fue una señora llamada doña Ricarda, viuda del comandante de infantería Sr. Sánchez, que tenía alguna amistad con la madre de Marcela Gracia, por haber sido vecinas. Doña Ricarda tenía conocimiento de las relaciones de Marcela y Elisa, por las noticias que su vecina, de nombre Ibeas, que con gran disgusto le había relatado. Cuando Elisa preparaba la boda, haciéndose pasar por hombre con el nombre de Mario, la madre de Marcela se ausentó de La Coruña , marchándose para Santiago de Compostela.
Yendo Marcela y su novio a la casa materna, encontrándola cerrada, coincidieron con doña Ricarda que pasaba por ahí en ese momento. Ésta, sabiendo de la relación de la muchacha pudo conocer al novio, de quien la señora Ibeas había dicho que era un joven borracho y calavera.
Después de hablar las dos mujeres con doña Ricarda, y viendo que la madre de Marcela no aparecía, le rogaron que fuese su madrina, a lo que accedió. Verificado el matrimonio eclesiástico, almorzaron las recién casadas en casa de una amiga de doña Ricarda, doña Francisca Ramos, con quien hicieron rápida amistad. De allí se dirigieron Mario y Marcela a casa del fotógrafo Sr. José Sellier para retratarse, y la fotografía que expuso el fotógrafo en el escaparate de su local mostraba a la pareja de pie, cogida del brazo, Marcela con traje de novia, Elisa vestida de hombre.
Cuando Mario fue a la iglesia de San Jorge a recoger el certificado de matrimonio, el cura señor Cortiella ya estaba advertido de la monstruosidad consumada, por la denuncia recibida de Dumbría. El cura había quedado con un médico amigo suyo para que le realizase un reconocimiento a Elisa y así confirmar su sexo. Sin embargo, Mario, nada más entrar en la sacristía, viendo al médico, atisbó la encerrona y se esfumó.
El médico afirmó que durante los instantes que pudo ver a Mario de cerca, se trataba de una mujer. La pareja permaneció separada algunos días más en La Coruña, comunicándose a través de notas furtivas. Después, viendo que el caso se hacía público, Mario se marchó a Oporto, y a los pocos días Marcela hacía lo mismo. A pesar de ser considerados delincuentes, la policía de La Coruña inicialmente se mantuvo al margen sin tener orden para mezclarse en el asunto.
Mario, días antes de la celebración del matrimonio se había presentado en la Delegación de Hacienda para obtener la cédula personal, alegando que la había perdido. Para justificar su identidad aportó el aval de M.H.C., persona muy conocida en La Coruña y pariente suyo, que permitió la expedición del documento con su nueva identidad. Este señor fue después padrino de la boda.
El Imparcial, el 23 de junio de 1901, ya había publicado un reportaje titulado Dos mujeres se casan.
Comenzaba el texto anunciando el descubrimiento de un suceso extraño y folletinesco, que ocupaba la atención de las gentes y era objeto de todas las conversaciones de la población.
Se trataba de un matrimonio civil y canónicamente contraido por dos mujeres. Este suceso, verdaderamente extraordinario, de índole tan delicada -afirmaba el periódico- no es posible relatarlo con todos sus detalles.
Contaba el periódico que en 1885 Marcela Gracia Ibeas tenía 19 años, hija del capitán de regimiento de Murcia D. Manuel Gracia, estudiaba el tercer curso en la Escuela Normal de maestras de La Coruña. Allí conoció a Elisa Sánchez Lóriga, compañera de la Normal.
Fue tal la amistad de las dos jóvenes que los padres de Marcela decidieron mandarla a Madrid impidiendo que se vieran. Cuando Marcela volvió de Madrid, Elisa había terminado sus estudios de maestra elemental y ejercía como interina en la ecuela de Couso.
Marcela Gracia se hizo maestra superior y se encargó de la escuela de Calo. Después de acabar su interinidad, Elisa se desplazó a Calo junto a Marcela con la que estuvo viviendo siete años. De allí se trasladaron de nuevo a Couso, y posteriormente a Dumbría, donde Marcela fue nombrada maestra.
Prensa de la época: el bautismo
Según la narración de El Imparcial, En abril de 1901, Elisa Sánchez Lóriga se presentó vestida de hombre al párroco de San Jorge, sreñor Cortiella, para ser bautizada. Le dijo al cura que se llamaba Mario Sánchez Lóriga, que era natural de La Coruña y explicó que no se había bautizado antes debido a las creencias de su padre; añadiendo que pensaba contraer matrimonio en breve.
El cura sospechó. Aun así, se instruyó el expediente en el provisorato de la diócesis de Santiago para el bautizo solicitado. También se impartieron las correspondientes lecciones de doctrina cristiana.
Cumplidos estos preliminares, el cardenal-arzobispo de la diócesis concedió la autorización para el bautismo. Comprobando los libros bautismales apareció inscrito en 1862 el nombre de Elisa Carmen Sánchez Lóriga, a la que Mario aludió como su hermana, ya fallecida. El bautizo tuvo lugar el 26 de mayo de 1901, día de Pentecostés. Fue madrina doña Jacoba Lóriga y padrino un muchacho empleado en la sacristía de San Jorge, de nombre Manuel Prado.
Mario vestía un traje oscuro, casi negro, llevaba un sombrero blanco flexible con cinta negra, y calzado de lona amarilla. Llevaba también una leontina dorada unida al reloj de bolsillo con la que jugaba constantemente, y tres anillos en la mano derecha.
Su andar firme y resuelto, sus ademanes varoniles y su pelo corto, peinado a raya, con algo de tupé, no hicieron sospechar su verdadero sexo. En el libro parroquial quedó inscrito como Mario José Sánchez.
Respecto a la boda, Mario obtuvo del cura párroco de Dumbría la certificación de haber sido leidas las amonestaciones para su matrimonio con la señorita Marcela Gracia Ibeas con urgencia por embarazo, sin que nadie hubiese manifestado reparos a la celebración de la misma. El cura de Dumbría delegaba en el señor Cortiella para efectuarla y el matrimonio se llevó a cabo el día 8 de junio de 1901 por el cura de San Jorge, después de cumplir con los obligatorios requisitos municipales.
La novia Marcela Gracia vestía un traje color castaña, llevaba mantilla y, prendido en el pecho un ramo de azahar. Fueron padrinos el tenedor de libros de Crédito Gallego, d. Manuel Hervida C., y doña Ricarda Sánchez, viuda de un comandante, y levantó acta del matrimonio un oficial del juzgado.
Se celebró la misa de velaciones, y los novios con toda la comitiva se fueron a tomar chocolate a casa de la madrina, y como no tenían domicilio en La Coruña, salieron a la calle cogidos del brazo y fueron a hospedarse a una fonda de la calle de San Andrés.
Pocos días después el cura párroco señor Cortiella recibía la denuncia del párroco de Dumbría que sospechaba del engaño. Inmediatamente intervino la justicia. Lo cierto es que el juzgado de Corcubión ha comenzado a instruir la correspondiente sumaria, y que este suceso tan singular, tan disparatado y tan inverosímil, es la comidilla de todo el mundo de aquí, como lo será en todas partes.
La primera actuación de La Constructora Benéfica en 1883. Barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad. Se construyeron 38 casas para 58 familias. En la calle de Granada se edificaron 4, y en la del Pacífico 6. En total 68 viviendas dadas en amortización para que los inquilinos pudieran ser propietarios. (GRABADO: Comba, La Ilustración Española y Americana, 1883)
El llamado «problema social», que pensadores y políticos de finales del siglo XIX, en el periodo de la Restauración, intentaron atajar por medio de la beneficencia y de la caridad cristiana, tuvo una de sus expresiones más llamativas en la construcción de casas para pobres, una de las necesidades más acuciantes en el Madrid paupérrimo de la época.
La Constructora Benéfica, primeros pasos
La idea de crear la sociedad benéfica orientada a proporcionar a los trabajadores con escasos medios económicos viviendas higiénicas, cómodas y económicas, y además con la idea de inculcar en estas clases hábitos de orden y aseo, virtudes que, por su comportamiento y costumbres, no se les reconocían, partió deConcepción Arenal y de la Condesa de Espoz y Mina, y el motivo fue el de hacer efectivos dos importantes legados. Uno de 30.000 pts. que la Condesa de Krasinscky, de nacionalidad austriaca, entregó en 1874 al embajador de España en Paris Salustiano Olózaga para que se destinasen a beneficio de los trabajadores españoles. El otro de 7.425 pts. donados por Gertrudis Gómez de Avellaneda. A estas dos cantidades se sumaban 13.478,30 pts. importe de una suscripción hecha en París por iniciativa de Salustiano Olózaga. Encargado de su ejecución José Olózaga, hermano del embajador, y con la cooperación de su inspiradora Concepción Arenal se fundó esta asociación en Madrid el 28 de abril de 1875 en una reunión celebrada en el Ayuntamiento bajo la presidencia del Conde de Toreno, alcalde por aquel entonces de la capital.
La primera actuación de La Constructora Benéfica en 1883. Barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad se construyeron 38 casas para 58 familias compuestas por viviendas colectivas de tres plantas, dos a cada lado de la calle, con cuatro viviendas por planta. Las viviendas unifamiliares, un total de 22, constaban de entrada, cocina, dos habitaciones y retrete en el exterior junto al patio. En la foto se ven dos viviendas unifamiliares proyectadas por Ricardo Marcos Bauzá en 1875. Se derribaron en los inicios el siglo XXI. (FOTO: Paloma Barreiro Pereira, «Casas Baratas», 1991)
«La primera actuación de La Constructora Benéfica fue en 1883, en el barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad»
Socios fundadores y socios numerarios
La Constructora Benefica fue el primer ensayo serio que existió en España para resolver la cuestión de las viviendas baratas con el fin de mejorar las condiciones de vida de los trabajadores manuales, la mayoría empobrecidos a pesar de tener trabajo.
Además de Concepción Arenal, hubo otros muchos defensores de la filosofía de la beneficencia como Andrés Borregoy Francisco Méndez Álvaro, artífices de sociedades benefactoras que el propio Estado se encargó de canalizar a través de la Ley de Beneficencia de 1849, que encargaba su organización a las Juntas Municipales.
La sociedad caritativa La Constructora Benéfica había sido creada principalmente gracias al impulso de Concepción Arenal, pero en su sesión fundacional participaron un total de 32 personas, entre otras, el citado alcalde de Madrid conde de Toreno, el marqués de Santa Cruz, los marqueses de Urquijo, el marqués de Retortillo, el duque de Fernán Núñez y el conde de Guaquí. Igualmente, participaron con donativos la condesa de Krasinski, la condesa de Espoz y Mina, la marquesa de la Coquilla y Gertrudis Gómez de Avellaneda; políticos como Moyano, Castelar y Sagasta; la Casa Real y numerosos profesionales liberales; así como el Ayuntamiento de Madrid, la Diputación Provincial y la Compañía de Ferrocarril del Mediodía, además de los anteriormente citados el entonces embajador en la capital francesa Salustiano de Olózaga y José de Olózaga.
Los socios se dividían en fundadores y numerarios. Los estatutos establecían los modelos de vivienda y el tipo de financiación, alternándose la construcción unifamiliar con la colectiva. Los estatutos de La Constructora fijaban entre sus objetivos el de construir viviendas unifamiliares para su venta o alquiler, viviendas colectivas solo en alquiler y adquirir casas “dedicadas al alojamiento de la clase pobre, a fin de transformarlas en habitaciones cómodas, higiénicas y económicas para su simple arriendo”. También se establecían las condiciones de alquiler y los plazos para conseguir la propiedad de la vivienda: ocho, doce, dieciséis o veinte años.
«La sociedad caritativa La Constructora Benéfica había sido creada principalmente gracias al impulso de Concepción Arenal»
La Constructora Benéfica, sus obras
La primera promoción de La Constructora Benéfica se realizó en el barrio de Pacífico, en la calle de la Caridad, muy cerca de la estación ferroviaria del Mediodía, para aproximar la vivienda al lugar de trabajo de los destinatarios de las casas, que se empleaban en los talleres de la Compañía del Ferrocarril del Mediodía.
La primera actuación de La Constructora Benéfica en 1883. Barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad se construyeron 38 casas para 58 familias compuestas por viviendas colectivas de tres plantas, dos a cada lado de la calle, con cuatro viviendas por planta. Las viviendas unifamiliares, un total de 22, constaban de entrada, cocina, dos habitaciones y retrete en el exterior junto al patio. En la foto se ven una vivienda unifamiliar proyectada por Ricardo Marcos Bauzá en 1875. Todas las casas a excepción de ésta y una contigua se derribaron entre mediados del siglo XX y los inicios del XXI.(FOTO: Enrique F. Rojo, 2019)
La primera promoción: las casas de Pacífico
En las casas del barrio de Pacífico se contemplaron dos modelos constructivos, uno de viviendas unifamiliares y otro de pisos colectivos. En una primera fase se edificaron cuatro casas de vivienda colectiva de tres plantas, dos a cada lado de la calle, con cuatro viviendas por planta, lo que hacía un total de 48 viviendas. La estructura era idéntica en todas y constaban de entrada, cocina, dos habitaciones y retrete de uso común en el exterior junto al patio. En las fases posteriores se construyeron 22 viviendas unifamiliares a doble altura, haciendo un total de 26 las edificaciones y de 70 las viviendas.
La primera actuación de La Constructora Benéfica en 1883. Barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad se construyeron 38 casas para 58 familias compuestas por viviendas colectivas de tres plantas, dos a cada lado de la calle, con cuatro viviendas por planta. Las viviendas unifamiliares, un total de 22, constaban de entrada, cocina, dos habitaciones y retrete en el exterior junto al patio. En la foto se ven dos viviendas unifamiliares proyectadas por Ricardo Marcos Bauzá en 1875. La mayor parte de las casas se derribaron entre mediados del siglo XX y los inicios del XXI. (FOTO: Enrique F. Rojo, 2019)
«La segunda actuación de La Constructora Benéfica se realizó en 1883 en el barrio de Bellas Vistas, en Cuatro Caminos»
La primera actuación de La Constructora Benéfica en 1883. Barrio del Pacífico, en la calle particular de la Caridad.( Foto, circa 1900)
Plano general de las viviendas para trabajadores edificadas por la Asociación de Caridad La Constructora Benéfica en las calles de la Caridad, Pacífico y Granada en 1883. En la calle particular de la Caridad se construyeron 38 casas para 58 familias compuestas por viviendas colectivas de tres plantas, dos a cada lado de la calle, con cuatro viviendas por planta. Las viviendas unifamiliares, un total de 22, constaban de entrada, cocina, dos habitaciones y retrete en el exterior junto al patio. La mayor parte de las casas se derribaron entre mediados del siglo XX y los inicios del XIX.
Cuatro Caminos, Bellas Vistas y Puerta de Toledo
La segunda actuación de La Constructora Benéfica se realizó en 1883 en el barrio de Bellas Vistas, en Cuatro Caminos, en la manzana formada por las calles de Pedro Barreda, Carlos Rubio, Tenerife y Almansa, en la que se abrió una calle que se llamó de la Constructora Benéfica (hoy Garellano) y que se juntaba con el camino de Leñeros que avanzaba hacia el oeste. En este entorno, en la actual calle de Avelino Montero Ríos, continuación de Alvarado y parte del antiguo camino de Leñeros, se construyeron 18 viviendas unifamiliares a doble altura y patio trasero, amortizables a veinte años para posibilitar que los inquilinos pudieran adquirirlas.
Planta del grupo de viviendas unifamiliares adosadas en Cuatro Caminos, en la calle de La Costructora Benéfica, actual calle de Avelino Montero Ríos. La promoción constaba de18 viviendas unifamiliares a doble altura y patio trasero.
En la actual calle de Avelino Montero Ríos, continuación de Alvarado y parte del antiguo camino de Leñeros, se construyeron 18 viviendas unifamiliares a doble altura y patio trasero. La calle se llamó inicialmente de la Constructora Benéfica. Aspecto de las casas en 1925.
En estos terrenos, que aún estaban desocupados, se empezaron a construir en 1918 a cargo del arquitecto Ignacio Aldama, un total de 34 casas con entrada por la calle de La Constructora Benéfica de tipología unifamiliar y de dos plantas, con su jardincillo en el interior. Estas casas se dieron unicamente en alquiler entre 25 y 30 ptas. mensuales, con la condición de que, cuando fuera necesario pudieran concederse en amortización por el número de años que se estimara conveniente. Pero como estas casas acabaron siendo demasiado caras para las clases más modestas, se probó también con la edificación en el número 33 de la mencionada calle (hoy Garellano) de una casa de vecindad con 8 viviendas.
Planta, alzado y sección de vivienda de dos plantas con cuatro dormitorios, saón comedor, cocina, ropero, retrete y patio, firmado por Ignacio Aldama en 1917 para La Constructora Benéfica.
Es importante destacar el hecho de que mientras que las casas del barrio de Pacifico fueron muy solicitadas y estuvieron ocupadas constantemente, en el de Bellas Vistas (Cuatro Caminos) hubo dificultades de alquiler y muchos inquilinos las abandonaban enseguida, debido al alto precio de las mensualidades, lo que obligó a la Sociedad a publicitarlas en periodicos, carteles y anuncios y también a estudiar un nuevo sistema de alquiler y a ampliar los plazos de amortización a 25, 30 y 35 años para
aquellos inquilinos que prefirieran pagar alquiler y amortización. Durante diez años la Constructora sufrió una paralización en sus edificaciones, centrando sus actividades en la búsqueda de nuevos terrenos, a pesar de contar todavía con suelo para construir en Bellas Vistas .
El 9 de diciembre de 1920 se inauguró en la calle de Tenerife un grupo de 16 casas realizado con fondos de la testamentaría de la marquesa de la Coquilla.
La segunda actuación de La Constructora Benéfica se realizó en 1883 en el barrio de Bellas Vistas, en Cuatro Caminos, en la manzana formada por las calles de Pedro Barreda, Carlos Rubio, Tenerife y Almansa, en la que se abrió una calle que se llamó de la Constructora Benéfica. (Sección del plano de Álvaro González Iribas, 1906)
Viviendas en Bellas Vistas (Cuatro Caminos) construidas por La Constructora Benéfica en el camino de Leñeros en 1898. La mayor parte de estas viviendas han desaparecido.
Vivienda en la calle de Tenerife con Santa Juliana , firmada por A. Calvo en 1886. Pertenece a la segunda actuación de La Constructora Benéfica realizadas a partir de 1883 en el barrio de Bellas Vistas, en Cuatro Caminos, en la manzana formada por las calles de Pedro Barreda, Carlos Rubio, Tenerife y Almansa. (FOTO: Paloma Barreiro Pereira, «Casas Baratas», 1991)
En 1889 La Constructora Benéfica había construido ya 86 viviendas de las que 26 habían pasado a ser propiedad de sus inquilinos. Tras un periodo de inactividad, de 1893 a 1897, se construye una casa colectiva para alquilar con 13 viviendas en la calle de la Solana (hoy desaparecida), esquina a la del Águila, cerca de la Puerta de Toledo.
En la actual calle de Avelino Montero Ríos, continuación de Alvarado y parte del antiguo camino de Leñeros, se construyeron 18 viviendas unifamiliares a doble altura y patio trasero, amortizables a veinte años para posibilitar que los inquilinos pudieran adquirirlas. La promoción se completaría con otras tantas viviendas en la misma calle. Hasta 2010 las aceras de la calle conservaron el losado de granito original de la época de las casas. El Ayuntamiento de Madrid lo eliminó para sustituirlo por los adoquines habituales. (FOTO: Enrique F. Rojo, 2010)
Calle Tenerife (Cuatro Caminos). Vivienda colectiva de 1919, formada por un bloque de tres alturas, patios interiores, con 50 viviendas en régimen de alquiler y dos escuelas.(FOTO: Enrique F. Rojo, 2010)
Vivienda colectiva en la calle Tenerife (Cuatro Caminos), 1919. Entre las calles de Carlos Rubio y Tenerife se acometió con el legado Coquilla el mayor proyecto de vivienda colectiva formado por un bloque de tres alturas, patios interiores, con 50 viviendas en régimen de alquiler y dos escuelas. (FOTO: Enrique F. Rojo, 2010)
En sus terrenos de Bellas Vistas, La Constructora Benéfica decidió construir en el año 1918 veintidos viviendas unifamiliares de tipología similar a las actuaciones anteriores, y una casa de vecindad para ocho viviendas. En 1919, en la parte norte de esos terrenos, entre las calles de Carlos Rubio y Tenerife se acometió con el legado de la marquesa de la Coquilla el mayor proyecto de vivienda colectiva formado por un bloque de tres alturas, patios interiores, con 50 viviendas en régimen de alquiler y dos escuelas.(FOTO: Enrique F. Rojo, 2010)
«Entre 1907 y 1925, La Constructora adquirió unos terrenos en La Guindalera, en la esquina formada por la calle de Cartagena y el Camino de Canillas, en la confluencia con la actual Avenida de América«
Colonia de La Guindalera
Entre 1907 y 1925, La Constructora adquirió unos terrenos en La Guindalera, en la esquina formada por la calle de Cartagena y el Camino de Canillas, en la confluencia con la actual Avenida de América. Se construyó una colonia de 26 viviendas unifamiliares en torno a las desaparecidas calles de los Gremios y de la Consolación. De esta promoción no queda ningún vestigio.
La Constructora Benéfica construyó entre 1907 y 1925 una colonia de 26 viviendas unifamiliares en torno a las desaparecidas calles de los Gremios y de la Consolación. De esta promoción no queda ningún vestigio. (PLANO: González Iribas, 1910)
Parcelario de la tercera intervención de La Constructora Benéfica entre los barrios de la Prosperidad y La Guindalera, junto al camino de Canillas. Estas casas se fueron derribando a lo largo del siglo XX.
Grupo de casas adosadas en la calle los Gremios, junto a la calle Cartagena,en el límite de La Guindalera con la Prosperidad (Foto, circa 1925)
Trayectoria de La Constructora Benéfica
La labor de La Constructora Benéfica se mantuvo con éxito hasta el primer cuarto del siglo XX gracias al mecenazgo y a las ayudas del Estado que participó a través de la ley de 9 de enero de 1877, de exención de impuestos y contribuciones para las asociaciones benéficas.
Paradójicamente, La Constructora Benéfica también se aprovecharía en los inicios de las ventajas de las leyes de Casas Baratas a partir de 1911 que aunque llegaron a subvencionar hasta un 25% del presupuesto total de diferentes actuaciones, acabaron por minar el objetivo de la sociedad al verse obligada a competir con promotores que manejaban presupuestos mayores y que orientaban su oferta a las emergentes clases medias con presupuestos superiores. De esta manera, las leyes de Casas Baratas colaboraron para que la compañía con el tiempo perdiera su razón de ser y acabara practicamente por cesar su actividad. Del mismo modo, cuando fue necesario recurrir al crédito, hubo bancos que les ofrecieron préstamos a bajo interés, que a la larga consumieron los fondos, siempre escasos de la sociedad.
Al menos hasta 1990 la Constructora Benéfica seguía dada de alta como sociedad mercantil con sede social en la calle de Trafalgar nº l, I º Izda. de Madrid. Aunque en 1903 se dió por extinguida la Sociedad, en 1904 se retomó la actividad. Hasta 1972 siguieron construyendo viviendas baratas para obreros. Pero a partir de esa fecha no se realizó ninguna construcción, ni se adquirieron nuevos terrenos por falta de recursos economicos, limitándose tan solo a vender los pisos levantados en periodos anteriores.
Referencias.-
de San Antonio Gómez, Carlos La Constructora Benéfica Un siglo de vivienda social 1903-2003. Tomo I (págs. 58-61).
VV. AA.
Carlos Sambricio (ED.)
Valenzuela Rubio, Manuel Las sociedades constructoras benéficas, una respuesta paternalista al problema de la vivienda obrera. Su incidencia en la configuración de la periferia madrileña (1875-1921)
Anales del Instituto de Estudios Madrileños. Tomo XX
C.S.I.C Madrid ,1983
Barreiro pereira, Paloma Casas Baratas. La vivienda social en Madrid 1900-1939
COAM, Madrid, 1991
Cabeza Sánchez-Albornos, Sonsoles
La Constructora Benéfica 1875-1904
Madrid en la sociedad del siglo XIX Vol. I
Consejería de Cultura. CAM
Madrid, 1986
Caño Roto en 1956, recién construido. Se pueden ver los bloques en altura, las torres y las viviendas unifamiliares adosadas de dos plantas con patio trasero.
Pasado más de medio siglo, Caño Roto sigue siendo el referente de la vivienda social madrileña. Marcó una ruptura entre la tradición «regionalista», con la que todavía convivía y se acercó a la «vanguardia» , eludiendo el «racionalismo» disimuladamente -teniendo en cuenta el momento socio-político de España-. Gracias a los gestores, a la política optimista y sobre todo la inspiración de -los jóvenes arquitectos- José Luis Iñiguez de Onzoño y Antonio Vázquez de Castro ,»podría afirmarse que Caño Roto es, todavía (en arquitectura reseñable), el santo y seña de Carabanchel«: si no has estado en Caño Roto no conoces Carabanchel. (Ver Arquitectura de Madrid. Fundación C.O.A.M, 2014)
Conjunto de viviendas perteneciente al plan de «Poblados Dirigidos» de la Comisaría de Ordenación Urbana de Madrid y el Instituto de la Vivienda. La urbanización de los terrenos , los proyectos y su realización técnica, los materiales y la financiación corrieron a cargo de las instituciones oficiales. Los particulares a los que se destinaban las viviendas se debían hacer cargo del pago de los solares, los honorarios de los técnicos del proyecto, parte de algunos materiales y de la mano de obra. Como característica, este tipo de Poblados permitía sustituir el pago de alguno de estos conceptos por medio de la aportación del trabajo en las obras de las construcciones técnicamente más sencillas, de manera que los futuros moradores participaran en la construcción de sus casas.
Caño Roto 1956 (Foto: Joaquín del Palacio «Kindel»)
Con este sistema se construyeron también los poblados deFuencarral, Canillas, Entrevías y Orcasitas. Para levantar el Poblado Dirigido de Caño Roto se eligieron unos terrenos en las proximidades del Hospital Militar de Carabanchel. Se trataba de una antigua escombrera situada junto al Poblado de Absorción de los Cármenes. Se definieron 1.606 viviendas en distintas tipologías, 1.004 colectivas y 602 unifamiliares, resueltas en unos casos en forma de vivienda unifamiliar con patio en la parte trasera, y en otros en grupos de bloques de cuatro y seis plantas. Posteriormente, el núcleo se amplió con la construcción de 301 viviendas de mayor calidad y un colegio de gran capacidad.
Caño Roto 1956 (Foto: Joaquín del Palacio «Kindel»)
DECRETO LEY DE 1954
Entre 1956 y 1960 se desarrolló en España el Plan Nacional de la Vivienda, que junto con otros planes locales o sectoriales, como el Plan Sindical de la Vivienda o los Planes de Urgencia Local, dio lugar a un amplio conjunto de intervenciones del Estado que fomentaron la construcción de viviendas, cuya escasez en las grandes ciudades era uno de los principales problemas sociales del momento. El Decreto-Ley de 14 de mayo de 1954 ordenaba las intervenciones puntuales urgentes y confiaba al Instituto Nacional de la Vivienda la puesta en marcha de un plan de viviendas sociales (para «clases económicamente débiles» y «familias atraidas por las grandes concentraciones urbanas») que liberase las zonas suburbanas de las capitales industriales del creciente número de infraviviendas.
Caño Roto, 1956, en construcción. (Foto: Cristóbal Portillo)
El proyecto excepcional de «Caño Roto»
Aunque hubo intervenciones en toda España, la aplicación de los Poblados dirigidos fue principal en Madrid junto con la ejecución de los poblados de absorción. En 1957 en Madrid se habían construido 5.000 viviendas de «tipo social» en ocho poblados situados en Fuencarral, Canillas, Zofío, San Fermín, Villaverde, Carabanchel y Caño Roto. Los poblados dirigidos posibilitaron a los recién llegados el acceso a una casa autoconstruida que no fuera la chabola habitual. El objetivo era canalizarlos hacia polígonos concretos que previamente se habían liberado de infraviviendas y chabolas por medio de realojos en los poblados de absorción, y que ya estaban dotados de los servicios necesarios, organización técnica y administrativa, para hacer efectiva la ejecución de las obras y su adjudicación conforme a la ley. Es el caso de los ya citados poblados de Canillas, Orcasitas y Caño Roto.
El poblado de Caño Roto, como otros Poblados Dirigidos, se estructuró a partir de la combinación de agrupaciones de edificios de vivienda colectiva (torres de seis plantas y bloques de cuatro a seis alturas). Este modelo, ajustado a las leyes de Renta Limitada, que permitían la autoconstrucción y la presencia de empresas constructoras con más medios, respondía a la necesidad de ofertar viviendas asequibles a las variadas posibilidades económicas de los adjudicatarios.
Planta general del poblado de Caño Roto.(Plano publicado en El Poblado Dirigido de Caño Roto: Dialéctica entre morfología urbana y tipología edificatoria, pág. 219)
Desde el punto de vista técnico el poblado de Caño Roto presentaba un conjunto de características complicadas. El contorno era bastante irregular, con desniveles muy acusados, que dificultaban las alineaciones y creaban zonas de tánsito difícil. Estas condiciones, sumadas al objetivo del programa residencial del proyecto, obligaron a los arquitectos a elaborar un estudiado diseño que suponía un amplio abanico de tipologías que se adaptasen al espacio en una cuidada disposición.
«Los diferentes modelos que conforman el poblado se organizaron siguiendo los ejes cardinales para que todos pudieran gozar de unas óptimas condiciones de ventilación e iluminación. Asimismo, se situaron de forma que no se estorbasen unos a otros, evitando que bloques y torres impidieran el adecuado soleamiento de las casas bajas«. (pág. 156/ Calvo del Olmo, José Manuel; «El Poblado Dirigido de Caño Roto: Dialéctica entre morfología urbana y tipología edificatoria». Tesis Doctoral, E.T.S. Arquitectura, 2014).
Caño Roto, 1956. En el Poblado Dirigido hay un total de 174 unidades de tipo unifamiliar agrupadas en 13 hileras de entre 4 y 26 viviendas cada una.
Caño Roto, 2010. Viviendas adosadas unifamiliares. En la mayoría de las casas el ladrillo visto se ha revestido con un enfoscado en cemento pintado posteriormente o bien con una «monocapa» de color. (Foto: Elvira Navarro, 2010)
Por el empeño de los arquitectos de que la disposición de los edificios fuera la ideal, casi todas las construcciones de mayor altura se encuentran en la línea exterior de las manzanas, frente a las calles de mayor tránsito, permitiendo que las viviendas de menor densidad y los espacios comunes ocupen las zonas menos expuestas, facilitando el uso de los espacios públicos y de los estríctamente peatonales, sin que interfieran los edificios más altos sobre los más bajos .
«Caño Roto», escaleras exteriores de los bloques de cinco plantas, en 1956. En la actualidad la totalidad de los edificios han cerrado las cajas de las escaleras, de modo que resulta dificil imaginarlas como se concibieron; tal y como se ven en la foto. (Ver más ejemplos en «Una corrala de película«, Urban Idade)
«Las unidades residenciales de Caño Roto se componen de seis tipos de viviendas distintas: a) dos agrupaciones de casas bajas, en hilera y pareadas; b) bloques lineales de cuatro plantas y otros de seis con acceso en galería, algunas viviendas dúplex ; c) torres de seis plantas; d) edificio de entre cinco y seis pisos con tres viviendas por planta dispuestas en torno a un núcleo de comunicación central, correspondiente a las viviendas de la última etapa«. (pág. 221/ Calvo del Olmo, José Manuel; «El Poblado Dirigido de Caño Roto: Dialéctica entre morfología urbana y tipología edificatoria». Tesis Doctoral, E.T.S. Arquitectura, 2014).
Niños jugando en parque de juegos en el Poblado Dirigido de Orcasitas en piezas de madera diseñadas por el escultor vanguardista Ángel Ferrant.(Foto: Antonio Vázquez de Castro, c. 1957)
Niños jugando en un parque de juegos en el Poblado Dirigido de Orcasitas.(Foto: Antonio Vázquez de Castro, c. 1957)
Elementos de juego en un parque en el Poblado Dirigido de Orcasitas en piezas de madera diseñadas por el escultor vanguardista Ángel Ferrant.(Foto: Antonio Vázquez de Castro, c. 1957)
Dice la escritora Elvira Navarro que «por estos lares en verano se sacan las sillas a la calle y se toma el fresco: aquí se cumple literalmente eso de que Madrid no es más que la suma de un montón de pueblos. Casi todos manchegos, extremeños y andaluces». En la foto Enrique F. Rojo, autor del blog y Elvira Navarro en «Caño Roto«, en una calle peatonal de viviendas unifamiliares. (Foto: Claudio Álvarez, El País, 2011)
Referencias.-
Vaz, Celine Una década de planes: planificación y programación de la vivvienda en los años cincuenta
VV.AA. La vivienda protegida. Historia de una necesidad
Ministerio de la Vivienda
Madrid, 2009
Tuñón, Emilio Caño Roto. Primera Fase, 1957-1969
VV.AA. Un siglo de vivienda social. 1903-2003 Tomo II (Carlos Sambricio Ed.)
Editorial Nerea
Madrid, 2003
Caño Roto
Revista Arquitectura
Número 8/ 1956 (Págs. 02-17)
Calvo del Olmo, José Manuel El Poblado Dirigido de Caño Roto: Dialéctica entre morfología urbana y tipología edificatoria. Tesis (Doctoral), E.T.S. Arquitectura (UPM). (2014)/ En PDF.