Sobre la Muralla Árabe de Madrid

El Ayuntamiento de Madrid, o mejor su alcalde, atolondrado con tanto proyecto megalómano y tanto gasto municipal, se ha olvidado de su muralla árabe, el monumento histórico más antiguo de la ciudad. Al fin y al cabo -pensará-, tan solo es una ruina, y las ruinas son sinónimo de decadencia y de pasado, adecuadas para nostálgicos y románticos algo miopes.
Al municipio madrileño le sale caro hacer realidad su vanidosa ansia de modernidad. Con las anteojeras puestas y mirando solo de frente, se olvida de la piedra vieja, por antigua, y se afana por perder su historia, confundida entre la ruina y el escombro.
Hace tiempo que muchos ciudadanos, desde su iniciativa particular o como colectivos asociados, y también algunos medios de información, están denunciado la degradación sistemática que sufre el patrimonio histórico de nuestra ciudad (y más en concreto la muralla), sin que los organismos con competencias en la materia se sientan con voluntad suficiente para actuar.
(VER ENLACES: 1; 2; 3; 4; 5; 6)

Recientemente, el periódico El país publicó un reportaje en el que se hablaba de la penosa realidad de los restos de la muralla árabe en el parque del Emir Mohamed I, junto a la Catedral de la Almudena. Según el citado trabajo, entre el lienzo de la muralla y sus cimientos (que es lo poco que queda de este importante vestigio), duermen a diario numerosos indigentes, que utilizan el monumento para guardar sus «enseres» y depositar  basuras.

Restos de la muralla árabe situada en el parque del Emir Mohamed I.  Las tres fotografías están tomadas en setiembre de 2008. 

(FOTOS: Enrique Fidel, 2008)

A continuación copio parte del referido reportaje de El País, que podrá leerse completamente accediendo al enlace.
«Los turistas que bajan por la cuesta de la Vega para ver la cripta de la catedral de la Almudena no entienden nada. Se asoman a la barandilla que da al parque del Emir Mohamed I, cerrado a cal y canto desde hace años, y ven las ruinas de la antigua muralla islámica de Mayrit. Éstas no están protegidas con cristales como las de las calles adyacentes a Mayor, ni iluminadas. Entre los arcos de piedra descubren atónitos las cajas de cartón de los indigentes que se refugian allí cada noche y que durante el día dejan empaquetadas sus escasas pertenencias. Ni un cartel, ni una señal, nada que explique qué son aquellos vestigios del pasado, catalogados como Monumento Histórico Artístico por decreto desde el 15 de enero de 1954, pero abandonados a su suerte por las administraciones hoy y desde hace años pese a las reiteradas y periódicas denuncias de vecinos y de la oposición municipal«. (El País.com)

2 opiniones en “Sobre la Muralla Árabe de Madrid”

  1. Hace años que sufro con el tema de que usted habla. Cualquiera puede saltar e invadir el monumento, y hasta hacer sus cosas ahí. Yo mismo lo hice hace un par de años (lo de invadirlo, no lo de hacer mis cosas), y me he paseado por encima de aquellos arcos medievales con total impunidad, porque no había nada ni nadie para protegerlo de mí. Mientras permanece incomprensiblemente cerrado el feo parque de mal gusto que inauguró con bombo y platillo el alcalde Manzano para disfrute… de nadie, escepto en verano, en que levantaban (no sé si ahora también) un armatoste para teatro (y no eran malas las piezas ni el espectáculo, entiéndaseme, que lo del teatro al aire libre es una idea que siempre apoyaré) que ocultaba el monumento a la vista de turistas y paseantes. Y al lado del vacío parque (vacío de vida, de árboles, de bancos, de fuentes, de ancianos, de niños jugando…) sigue la horrorosa pared vacía de aquel edificio horrible de viviendas, levantado justo encima de parte de la muralla (¡cuando ya estaba protegida!), en pleno cogollo histórico (Palacio Real, antiguo palacio del Duque de Lerma, Morería…), en aquellos no tan lejanos tiempos en que se respetaba aún menos el patrimonio. En fin, para qué seguir. En Madrid parece que nos quieren robar el poco pasado que los políticos del s. XIX y XX y las guerras civiles e inciviles aún nos han dejado en pie.

  2. Hola Javier.
    Encantado con tus comentarios, que me parecen muy interesantes y densos además.
    Te escribo la réplica de éste, por ser del último artículo, pero lo haré más adelante con los demás. Lo hago así por falta de tiempo y porque no dispongo de internet desde antes del verano y dependo de los ratos libres en la oficina y de cuando en cuando en casa de algún amigo. Pero no puedo abusar.
    Lo de la muralla arabe es, desde luego, muy penoso, y la falta de una reacción enérgica lo achaco a la falta de sensibilidad y a la ignorancia de quienes deberían tomar la iniciativa de protegerla. De todos modos, en general, es una constante en cuanto a la protección de los monumentos se refiere.
    Según parece, al edificio que está junto a los restos de la muralla al que te refieres, se le concedió la licencia en los años setenta bajo la condición de que respetase los restos arqueológicos (no sé muy bien cómo). El caso es que excavaron, cimentaron, hicieron aparcamiento subterráneo, levantaron el edificio y de los restos nada se supo. Tal vez se utilizaran en la cimentación. Para echarse a llorar.
    Recibe un saludo y mi agradecimiento por tus palabras.
    Un abrazo,
    Enrique.

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