Edificio San Vito, por Goga
Entre todas las grandes ciudades, São Paulo no es una excepción. El centro histórico se ha ido «paulatínamente» vaciando, perdiendo su anterior valor y ha sido ocupado por una población prácticamente sin ningún medio. La destrucción, la demolición y el rápido cambio en el uso de los edificios son los signos más evidentes de esta dinámica urbana.
Los procesos de intervención urbana, que tratan de modificar radicalmente esta situación no están surtiendo el efecto deseado por los técnicos que los diseñaron. Del mismo modo, las propuestas de revitalizar el centro histórico de las ciudades , la han transformado, por lo general, en un mero escenario, despreciando a las poblaciones residentes a las que se expulsa en función de criterios especulativos.
En el caso del edificio de San Vito en São Paulo, la intervención propuesta formaba parte de ese proceso de recuparación del centro de la ciudad.
Construido en 1959 por Zarzur & Kogan, el edificio São Vito nació bajo la influencia de la arquitectura moderna de los 50. Como es habitual en todas las construcciones del área central de São Paulo, este edificio apenas ha tenido mantenimiento durante mucho tiempo, lo que le ha llevado a un lento proceso de deterioro a lo largo de los años. Fue ocupado por familias sin medios económicos y en 2002 desocupado. En 2002 se presentó un proyecto de rehabilitación para convertirlo en apartamentos de alquiler.
El edificio São Vito en una foto de 2010.
El edificio está constituido por 25 plantas de 24 apartamentos cada una, sumando un total de 624 viviendas. La mayoría de éstas se distribuían en sala/cocina «americana», un dormitorio y un baño, con un área de 28 a 30 m2. La circulación vertical se hacía através de una escalera y tres ascensores con paradas intermedias entre los pisos, de manera que tuviesen el menor número de paradas
Para realizar la transformación en un edificio como éste, totalmente ocupado, de los cuales sólo una cuarta parte eran los propietarios y el resto «ocupas», fue necesario realojar a la población con el fin de vaciarlo y poder hacer una valoración integral. En 2002 se iniciaron los trabajos de diagnóstico de los moradores por medio de reuniones y entrevistas que permitiesen conocer su situación social y económica real y elaborar una clasificación. La mayoría de los habitantes del edificio trabajaba en el área central de São Paulo cobrando en torno a 1200 reales al mes (500 euros), algo más de la mitad eran varones frente al 45% de mujeres, si bien éstas eran en un 38% las responsables de llevar el dinero a casa. Un tercio era menor de edad.
De las consideraciones nacidas trás el diagnóstico, fue posible reconocer el perfil de la demanda y tejer las hipótesis de intervención, que se discutieron con los interesados. Entre las hipótesis también se encontraba la posible demolición del edificio. Trás debatir las propuestas, se optó por el proyecto de rehabilitación, encargado a los arquitectos Roberto Loeb y Helena Saia. Se realojaría a las familias durante las obras a pisos alquilados. El edificio fue designado «de interés social», iniciándose acto seguido un proceso de expropiación de los apartamentos y locales de manera individualizada. La proposición de las unidades reformadas se haría a través de un Programa de Arrendamiento Residencial, mediante el cual y con la ayuda de una entidad bancaria, se facilitaría el alquiler de las unidades habitacionales por espacio de quince años con derecho a compra.
En 2004 se dotó a las familias de una prestación social mensual de 300 reales (115 euros) , con el fin de que pudiesen pagar el alquiler de sus viviendas temporales. Pasado el tiempo, en 2007, el proyecto se ha quedado en el papel, las ayudas que tenían una duración de 30 meses ya se han terminado -lo que está generando altercados públicos– y el futuro inmediato de las personas y del edificio, más que incierto. Previsiblemente el edificio se demolerá.
El «Frente de luta por moradia» reocupa el edificio en Abril de 2007 y la policía responde… (FOTO: Anderson Barbosa by Flickr, 2007)
La historia de un edificio en declive pone de manifiesto en su propia ruina, la ruina humana y el drama social que en torno a él se vive. Las familias que habitaban el edificio San Vito deberán ser realojadas en temporales y dispersos albergues, mientras se encuentra una ubicación definitiva, en una ciudad cuyo salario mínimo es de los más bajos de América Latina y cuyo problema habitacional afecta a más de tres millones de personas. En São Paulo, una ciudad cuyo «Complejo Metropolitano Extendido» -el área metropolitana- sobrepasa los 29 millones de personas, hay más de 2.000 favelas distribuidas por toda la capital, barrios de chabolas en los que habitan más de un millón de personas. Cerca de tres millones y medio de personas viven en infraviviendas en condiciones de penuria económica.
Actualización 17/02/2016
En 2011 se iniciaron las obras de derribo del edificio que finalizaron en 2013. El proyecto actual para el solar es la construcción de una plaza de 5.400 metros cuadrados integrada en el parque de Parque Dom Pedro II, en la zona donde se encontraba el bloque. Al mismo tiempo se derribó también el edificio Mercurio, ambos medianeros.
Referencias.-
Vituvius. Cidade Minha
Processo de intervenção urbanística: requalificação do edifício São Vito
Maria Cecília Levy Piza Fontes
Edificio San Vito (Reportaje de El País, 2004)
El popular edifício São Vito, en el Centro de São Paulo
«Tiembla-tiembla», pero no cae.
Revista Época, en Globo.com
Fotografías demolición edifício São Vito (2011)
Edificio São Vito (Wikipedia/portugués)
Gran problema el que con tanta competencia tratas al hablar de este caso concreto. Me refiero, entre otras cosas, al de los cascos históricos de las ciudades salvados hasta cierto punto de su degradación pero convertidos, como bien dices, en meros «escenarios», «escaparates» comerciales (pues comercial es también la intención con que se potencias y presentan las ofertas culturales y artísticas) dirigidos más al turista que a los propios habitantes. Es sintomática de esta actitud la reciente campaña promovida por el Ayuntamiento de Barcelona, que presenta tan espléndida ciudad como «la mejor tienda del mundo» (!).