Teatro-Cine "Fígaro" (Madrid, 1931)

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Según se indica en la guía de arquitectura madrileña de la COAM, el Teatro Fígaro fue la primera sala de espectáculos que se construyó siguiendo los principios estéticos y de compromiso ético establecidos por el GATEPAC.

El Cine-Teatro Fígaro, originalmente Cine Moderno tenía en el proyecto un aforo de 950 localidades en un espacio de 5250 metros cúbicos para una superficie de 321 m2 de vestíbul0 y 320 m2 de patio de butacas. Se diseñó, como ha quedado dicho como cine, capricho de los propietarios, pero a poco del final de las obras cambió el concepto original y se decidió que acabase por ser teatro. También capricho de los dueños.

En 1932 el proyecto del Cine Moderno recibió la segunda medalla en la Exposición de Bellas Artes. Desde esta concesión ha representado siempre una referencia del estilo expresionista-racionalista madrileño, aunque a lo largo de los años fuera objeto de diferentes modificaciones que desfiguraron su aspecto original.

InteriorteatroFigaro1209El Cine Moderno carecía, por tanto, de escenario, al objeto de aportar el máximo aforo. Los cambios de última hora obligaron a reducirlo y a limitar el tamaño del escenario cuya embocadura siempre ha resultado pequeña para grandes representaciones.

El Teatro Fígaro fue una elegante muestra de racionalismo y de  modernidad  y curiosamente fue bautizado los hermanos Álvarez Quintero, representantes de una sociedad mucho más tradicional.  En su fachada, un paño vertical de ladrillo visto jugaba con las líneas horizontales de tres grandes ventanales. Bajo la marquesina curva unas discretas luces iluminaban la calle, y en lo alto había un precioso cartel con tipografía expresionista.

Teatro Fígaro-Madrid Cine_Planta

Teatro-Cine «Fígaro». Planta.

 

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Teatro-Cine «Fígaro». Planta.

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«Su siguiente  dueño, Ildefonso Anabitarte -un pelotari casado con una cantante de zarzuela y propietario también del Frontón de Madrid (que ahora mismo está siendo remodelado como hotel)- decidió convertirlo de cine en teatro. En la revista A.C., del GATEPAC, parece que la concesión al pasado no sentó muy bien: «El Fígaro es teatro porque así lo decidió la propiedad cuando estaba avanzada la obra del local que había de llamarse Cine Moderno; es cine porque de cine es su trazado y para ese fin se proyectó». El resultado del cambio fue un escenario enano «sólo apto para comedias y varietés» (según A.C.), que tras sucesivas reformas le ha ido ganando cachitos al patio de butacas.» (El País)

«En la actualidad el FÍGARO ha sido reformado siguiendo los patrones originales de su construcción. «Se parece mucho más al de la foto de los años treinta».  -dice Antonio del Castillo, uno de los socios propietarios y el arquitecto que se encargó de devolver la dignidad al edificio-. «Cuando lo compramos estaba hecho polvo, no entendías la arquitectura original de tantos pegotes como había«. En sus orígenes el teatro se diseñó como cine con el  nombre de Cine Moderno. Y sería la primera sala de espectáculos proyectada según los principios del GATEPAC, el Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea». (El País)

Teatro-Cine Figaro_Entrada- escalera y vestibulo

Teatro-Cine Figaro_Sección y DetalleTeatro-Cine «Fígaro». Sección y detalle.

En el diseño original, los camerinos y el escenario tenían una salida a la calle del Doctor Cortezo, a través de una comunicación privada. Por otra parte, la disposición longitudinal de la sala propició la realización de dos vestíbulos por planta. En la Planta Baja de creó un vestíbulo de acceso al local, con la salida lateral de las localades de butacas y el vestíbulo de distribución, situado en sentido transversal, con tres puertas de acceso a los tres pasillos del patio de butacas. Este vestíbulo comunicaba también con la salida a la calle   através del portal de taquillas.

En la planta principal se encontraba el gran vestíbulo o salón de fumar, desde donde se accedía a las localidades de sillones y palcos pares,  y el vestíbulo de bar y sala de té, así como el acceso a lo sillones y palcos impares.

Los servicios y lavabos de caballeros se encontraban en la planta principal y en los sótanos. Y la toilette de señoras en la entreplanta de bacones sobre los vestíbulos. En esta planta se encontraba también el despacho de la dirección del local.

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Teatro Fígaro, en la calle Doctor Cortez0. (FOTO : Iván Solves, 2007)

Fue el arquitecto Felipe López Delgado quien proyectó este edificio para cine y teatro por encargo del empresario Ildefonso Anabitarte. Sobre un solar de dimensiones reducidas y con forma de rectángulo irregular, dispuso la sala paralela a la fachada según la máxima dimensión, dejando un alargado vestíbulo con escaleras a ambos lados para acceso a los palcos. El ingreso directo a la sala desde la entrada está situado en un costado. El interior se asemejaba en decoración a la arquitectura naval (rasgo habitual en la arquitectura racionalista), destacando su escalera con descansillo semicircular volado. La fachada, muy sencilla, se caracterizaba por un diseño en donde destacan  impactantes  los vanos alargados y las distintas superficies de mármol negro en el alto zócalo y de ladrillo rugoso combinado con paramentos lisos, que originalmente estuvieron pintados en blanco, en la parte alta.

Teatro Figaro_Fachada 1933

Teatro_figaro_1990

Hasta hace bien poco la fachada estuvo bastante desfigurada ya que se habían eliminado tres de los elementos más singulares: la marquesina curvada, los llamados «balconcillos» del vestíbulo   y el gran cartel con el nombre del local sobre el tejado. Observando las imágenes de su inauguración, en los años treinta, y la de su estado hace un par de  décadas se observan las muestras de su proceso de cambio y de desvirtuación arquitectónica. » En la foto de los noventa, el cartel del tejado ha desaparecido. A la fachada le ha crecido otro vertical, y bien feo, como de motel barato. También le ha salido una farola que cuelga sin sentido sobre la marquesina, donde se han sustituido las discretas luces por unos tremendos globos como de aplique de cuarto de baño». Por cierto, que en la foto más antigua se ve un anuncio del Frontón Madrid, justo en frente del Teatro, en el número 8 de la calle del Doctor Cortezo, propiedad del mismo empresario de espectáculos que adquirió el teatro.

Teatro Fígaro-Madrid Cine_Patio de butacas

Teatro Fígaro-Madrid Cine_entrada desde balcon

Durante la guerra el cine-teatro fue de la CNT y quedó destrozado. Se perdieron los balconcillos redondos que daban al vestíbulo. Actualmente tanto el vestíbulo, diáfano y bañado de luz natural, como la fachada, están protegidos.En la foto superior se ve el patio de butacas desde el piso inferior. Las fotos son de 1933, más menos, y se publicaron en la revista A.C., del GATEPAC, de ese año.

«En el interior del Fígaro (apellidado Adolfo Marsillach cuando su hija Blanca se hacía cargo de la programación) siguen pagando que aquello fuese originalmente un cine. Desde muchas butacas del palco, pensadas para ver la pantalla, no se veía a los actores cuando se movían por el escenario. Solución: arrancar un par de filas. Por dentro, la sala, un pastiche de sucesivas reformas, no se parece demasiado al sueño racionalista. Quedan, sin embargo, un par de rincones intactos. En la sala de proyección duermen, rodeados de polvo, dos enormes proyectores, sobre los que hay una alcachofa de ducha, medida antiincendios de la época. Y en un despacho se conservan los poquísimos muebles art decó que sobrevivieron a la guerra y al olvido.» «El mobiliario original era maravilloso y la idea es reponerlo», dice Del Castillo, «pero poquito a poco, según se vaya pudiendo«. (El País)

El Cine-Teatro Fígaro, originalmente Cine Moderno tenía en el proyecto un aforo de 950 localidades en un espacio de 5250 metros cúbicos para una superficie de 321 m2 de vestíbul0 y 320 m2 de patio de buatcas. Se diseñó, como ha quedado dicho como cine, capricho de los propietarios, pero a poco del final de las obras cambió el concepto original y se decidió que acabase por ser teatro. También capricho de los dueños.