Mercado de abastos de la Prosperidad (Chamartín, Madrid)

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Antiguo mercado al aire libre en la Prosperidad en la primera mitad del siglo XX.   (Foto: La Prosperidad, 1862-2012. Ed. Temporae, 2012)

Mercado de abastos de la Prosperidad

El mercado de abastos de la Prosperidad se inauguró en enero de 1954 a partir de un proyecto de 1952 del el arquitecto Manuel de la Peña Suárez (Madrid,1922) con la participación del aparejador Mariano Trías y del constructor de obras Gregorio Lapuente Máñez.
El edificio, según las crónicas de la época era bello y moderno y constaba de dos plantas de líneas esbeltas y gran diafanidad. El nuevo mercado tenía capacidad suficiente para satisfacer las necesidades presentes y futuras del populoso barrio de la Prosperidad que para entonces crecía sin cesar.

Contaba con cámaras frigoríficas en veintitrés departamentos individuales, 34 almacenes, 52 puestos interiores, 177 bancas, 19 tiendas en el exterior y servicios higiénicos para uso de los vendedores y empleados del recinto.

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Alzados da las fachadas oeste, principal a la calle de Vinaroz, y sur a la calle de López de Hoyos. Proyecto de 1952 del el arquitecto Manuel de la Peña Suárez. (Archivo de la Villa de Madrid)

La carpintería metálica o metalistería (así se decía entonces), que constaba de barras, ganchos, columnas, soportes y demás accesorios imprescindibles en la instalación de las tiendas, las realizó la Casa madrileña de Francisco Martín cuyos talleres se encontraban en la calle de Jerónimo Llorente nº 18, y que también había realizado análogos trabajos para los mercados de Argüelles y de Andrés Mellado.

Los cierres metálicos y las persianas de hierro de las tiendas, tanto interiores como exteriores, así como los de los accesos del propio mercado, fueron ejecutados por la Casa Ramos, instalada en la calle de Luis Misón nº 20, que también participó en la construcción de los antes citados mercados.

Las obras de carpintería en puestos, tiendas, ventanas, bancas y barandillas fue tarea de los talleres de Jesús Sánchez C. situados en la calle de Monederos nº 7.
El solado lo acometió la empresa SUMMA, con oficinas en la calle de Alberto Aguilera nº 28.
Las instalaciones de fontanería, saneamiento y servicios de agua corriente en puestos y tiendas las realizó la Casa Urbano Rubio, con sede en la calle de Raimundo Lulio, 14.

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Mercado de la Prosperidad en los años 70 del siglo XX. (Foto: Susana Martínez)

Las reformas del mercado

A lo largo de su historia el mercado de la Prosperidad ha experimentado algunas reformas y mejoras que han intentado modernizar sus instalaciones con el propósito de hacer más cómodo el trabajo de los vendedores y de atraer a los clientes. La idea de modernizar y mejorar la calidad del mercado para impulsar su actividad comercial y mantener el empleo a través del llamado comercio de proximidad han sido objetivos recurrentes del Ayuntamiento de Madrid.

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Puesto de encurtidos, salazones, legumbres, conservas y frutos secos en el mercado de la Prosperidad antes de la crisis que ha obligado a su completa reestructuración .

 

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Interior del mercado de la Prosperidad antes de la remodelación de 2015.

La última reforma en las postrimerías del siglo XX incluyó aire acondicionado, puertas automáticas y plasmas de televisión repartidos por los corredores. A pesar de los esfuerzos, el mercado de la Prosperidad no fue ajeno a la crisis general de este tipo de establecimientos y en 2009 la corporación municipal redactó un documento urbanístico que daba vía libre a la demolición del inmueble y su sustitución por uno nuevo.

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Mercado de la Prosperidad durante las obras de reforma en septiembre de 2015. (Foto: Enrique F. Rojo, 2015)

Un mercado del siglo XXI

El mercado de Prosperidad se levanta sobre una parcela de propiedad municipal que ocupa una superficie de 1.824 m2. Cuenta con dos plantas y una superficie edificable de 3.700 m2. Tenía 70 puestos, de los que más de dos tercios estaban vacantes. En nuevo Plan General de 2009 permitía una edificabilidad total 5.924 m2, casi el doble de la original, aumentando la altura en los frentes de la calle de López de Hoyos y la plaza de la Prosperidad hasta 21 metros . En los frentes de las calles de Mantuano y Vinaroz se limita la altura a 16 metros.

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Mercado de la Prosperidad durante las obras de reforma en septiembre de 2015. (Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
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Mercado de la Prosperidad durante las obras de reforma en septiembre de 2015. (Foto: Enrique F. Rojo, 2015)

La actual reforma, que supone el desbloqueo de parte del proyecto de 2009 y su adecuación a las necesidades y demandas del siglo XXI, está encaminada a crear un mercado energéticamente eficiente, con sistemas de recuperación de energía y aprovechamiento de las energías renovables, dotando al nuevo local de sótanos con plazas de aparcamiento para uso de los clientes del mercado y zonas de carga y descarga.

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Mercado de la Prosperidad durante las obras de reforma en septiembre de 2015. La reforma incluye el vaciado interior y su reestructuración completa (Foto: Enrique F. Rojo, 2015)

El proyecto de reforma pretende recuperar el protagonismo de la calle de López de Hoyos como vía comercial, perdido en los últimos lustros en favor de las calles adyacentes, en gran medida por la dispersión en la zona de los comerciantes del mercado que se reestablecieron huyendo de aquel espacio sin clientes cada vez más desolado.
El plan para el mercado da acceso a actividades terciarias complementarias a los comercios tradicionales, en un modelo similar al realizado en otros mercados de la red municipal, incluyendo una mediana superficie. En definitiva, se trata de intentar recuperar el valor de los mercados de barrio como modelo de abastecimiento tradicional, conjugando su actividad con la de los modelos de supermercados de barrio en una visión más adecuada a las demandas del siglo XXI.

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Mercado de la Prosperidad durante las obras de reforma en septiembre de 2015. (Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
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Nuevo aspecto del interior del mercado de la Prosperidad después de la reforma de 2015. (Foto: Enrique F. Rojo, 2015)
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Aspecto del interior del mercado de la Prosperidad después de la reforma de 2015, a la espera de la completa ocupación de los puestos de la planta baja. (Foto: Enrique F. Rojo, 2015)

Referencias.-

Mercados de Madrid, cuestión de supervivencia (Blog Urban Idade)

El nuevo mercado de la Prosperidad (ABC, 1954)

Un nuevo mercado para Prosperidad (El País, 31/julio/2009)

La arquitectura sin artificios: visiones cruzadas en la modernidad”. Arquitecto Manuel de la Peña Suárez.
Jose Luis Padrón Rivas. Tesis doctoral (PDF)

Rojo Escobar, Enrique F.
La Prosperidad, 1862-2012 (Primeras páginas del libro, en PDF)
Ediciones Temporae
Madrid. 2012

Mercado de Bolhão (Oporto, Portugal)

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Plaza central del mercado de Bolhão, 1920. Arquivo Municipal do Porto

El mercado de Bolhão de Oporto

El Mercado de Bolhão en la ciudad portuguesa de Oporto se constuyó en 1915 sobre el espacio que ya ocupaba un primitivo mercado de calle que cubría una manzana completa.
Sus dos alturas salvan la diferencia de nivel entre los dos extremos más alejados de la manzana, además de acondicionar una zona comercial cubierta que no existía en origen. El proyecto lo realizó António Correia da Silva , un arquitecto becado por la École des Beaux Arts y que acabó siendo Arquitecto del Ayuntamiento de Oporto en 1911.

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Barracas en la plaza interior del mercado. Año 1923.  Anuário da Câmara Municipal do Porto,

Su construcción se caracteriza por su monumentalidad, propia de la arquitectura neoclásica. Hay cuatro entradas principales a diferentes espacios: la entrada sur da acceso al piso de planta baja, las entradas laterales por la calle de Sá da Bandeira y por la calle Alexandre Braga dan acceso a un área intermedia con escaleras que la conectan a ambos pisos, y finalmente, la entrada norte por la calle de Fernandes Tomás, que da acceso directo al piso superior. Los vendedores del mercado se distribuyen en los dos pisos.

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Planta del mercado del proyecto original de Correia da Silva. (Arquivo Municipal do Porto)

El mercado goza de mucha fama y a diario lo visitan gran cantidad de vecinos y de turistas. Del conjunto arquitectónico destacan sus piezas más humildes, pero más fantásticas: los pabellones centrales, más conocidos como las Barracas – construcciones en miniatura de inspiración más o menos regionalista, pero especialmente pintorescas, con un diseño y una profusión de detalles que llaman la atención: celosías de madera, ventanas de guillotina neo-góticas, columnatas; y una variedad de chimeneas de ventilación y tejadillos de pizarra más que interesantes.

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Planta y alzado del modelo de mayor tamaño de las barracas del mercado. (Arquivo Municipal do Porto)

Este espacio se diseñó como una plaza cerrada de dos pisos, con tiendas, almacenes y restaurantes en ambas plantas, unos con vistas a la calle y otros al patio interior. El proyecto original contemplaba una cubierta de hierro y vidrio sobre el mercado, solución original pero costosa que nunca avanzó más allá del papel.

El 22 de febrero de 2006 fue declarado edificio de interés público y en 2013 se lo clasificó como monumento de interés público.

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Barracas en la plaza interior del mercado. Año 1923.  Anuário da Câmara Municipal do Porto,

Tipologías de las «barracas»

A decir verdad, en medio del escenario aparentemente caótico del mercado, las barracas conservan su atractivo y su función. El diseño peculiar y los detalles tan característicos de arquitectura regionalista portuguesa contrastan notablemente con las estructuras, arcos y cúpulas de las naves principales de estilo Beaux-Arts.

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Barraca grande, en la actualidad bar-cafetería. (Foto: OPS, 2014)

Existen diferentes tipologías de «barracas», repartidas en cuatro tamaños: grandes, medianas, pequeñas y muy pequeñas.; las de mayor tamaño disponen de arcos;  las medianas no, y se sustituyen por ventanas de guillotina posteriores, con paños de vidrios mayores que contrastan en escala con el resto. Al nivel más bajo de la pared destacan las parrillas de ventilación, junto al pavimento.

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Barraca grande, en la actualidad dedicada a la restauración. (Foto: OPS, 2014)

En estos recintos cabe una tienda pequeña, con sus arcos, celosías y las chimeneas de ventilación que les dan un aspecto tan peculiar, especialmente cuando se ven desde la calle más elevada del mercado. Las columnas vinculadas a los cimientos están revocadas y entre éstas hay siempre un mínimo espacio dedicado a azulejos simples, tan característicos de la arquitectura tradicional portuguesa.

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Barraca grande con frente de columnas de hormigón. decorado con celosías de madera y azulejos. El tejado de madera y antes de la última reforma, cubierto con lajas de pizarra, actualmente recubierto de material bituminoso. (Foto: OPS, 2014)

Las ventanas de guillotina son de algún momento posterior a la construcción original de las barracas. Llaman la atención por ser un género poco habitual, más propio del mundo anglosajón, con más vidrios en la parte baja que en la superior, con patrones de 6 sobre 9 divisiones, 4 sobre 6, e incluso 12 sobre 18 rectángulos. Destacando que la hoja inferior, a pesar de ser más alta, abre completamente.

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Vista general desde el corredor de la segunda planta del mercado. (Foto: Wikipedia Commons)
Ventanas de guillotina
Ventanas de guillotina en una barraca de tamaño pequeño. (Foto: OPS, 2014)

Algunas de las barracas inferiores en tamañao se presentan sin ventanas, cerradas por vidrieras con bastidores de clara inspiración neogótica del siglo XIX, con varios modelos dentro del mismo diseño. Otras, también de tamaño reducido, se presentan más anchas y en versión “abierta” y “cerrada”. La abierta se asemeja a una interpretación tradicional de una columnata de la Antigüedad o de un templo clásico extendido ad infinitum.

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Barraca de tipo «pequeño» abierta, sin ventanas. (Foto: OPS, 2014)

Las “barracas” clasificadas como muy pequeñas están situadas en los laterales del mercado y son tan pequeñas que muchas de ellas se utilizan principalmente como mostradores con el dependiente situado fuera. A penas son más que una columnata doble cubierta.

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En esta barraca, calificada como «muy pequeña», el intercolumnio se cubre con ventanas de guillotina de varios tamaños. La dependienta espera a la clientela fuera del local. (Foto: OPS, 2014)
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Barraca de tipo «pequeño» en su versión abierta sin ventanas, con intercolumnio desarrollado «ad infinitum», a modo de templo clásico.. (Foto: OPS, 2014)

Rehabilitación del mercado

Al margen de la malograda ejecución del proyecto original, con el tiempo el patio central del mercado se pobló de puestos con cubierta, las “barracas”, que ahora se pueden ver, con su original arquitectura, y que aportan la imagen más característica y llamativa del mercado. En estos momentos, la falta de mantenimiento adecuado ha provocado la urgencia de su reparación.

Mercado de Bolhão (Wikipedia)
Exterior del mercado de Bolhão de Oporto (Foto: Wikipedia Commons)

La primera vez que se planteó la necesidad de abordar una rehabilitación profunda del mercado fue en 1984, después de que los servicios municipales de Oporto detectasen algunas patologías estructurales graves. A raíz de estas anomalías, los técnicos resolvieron la necesidad de una intervención de consolidación y rehabilitación del recinto. El Ayuntamiento convocó un concurso internacional  cuyas bases fueron: mantener el carácter general del edificio, en cuanto a sus elementos formales y funcionales; la continuidad del mercado tradicional; y la recuperación de los espacios perdidos.  El concurso lo ganó, en 1992, el proyecto presentado por el arquitecto Joaquim Massena, que se ejecutó entre 1996 y 1998.

Proyectos actuales

Pasado el tiempo, parece que los trabajos de la intervención de hace tres lustros no ha logrado mantener la buena salud del complejo, por lo que se hace necesario acometer una nueva reforma. Para su rehabilitación se han presentado diferentes propuestas, algunas de ellas con la idea de convertir el espacio en oficinas, en un centro comercial al uso del siglo XXI, o incluso en un rascacielos.
Uno de los proyectos más interesantes apuesta por mantener su función principal como mercado, mirando por la restauración de los detalles originales del edificio y eliminando los añadidos modernos fuera de contexto. Esto por lo que respecta al edificio principal. Sin embargo, en cuanto a las “barracas”, la idea general aboca a su demolición para substituirlas por una genérica “reinterpretación moderna”. Queda claro, que parte del corazón del recinto desparecería de producirse la demolición. Por este motivo ya se han alzado algunas voces que reclaman al consistorio de Oporto la conservación de las construcciones, como la de los arquitectos Alexandre Gamelas y Catarina Santos quienes desde su web solicitan firmas para sacar adelante su petición.

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Aspecto ideal de la reforma del mercado con las barracas recuperadas.
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Imagen del proyecto de rehabilitación del mercado que prevé la reinterpretación de los pabellones de la plaza (barracas) a partir de construcciones de nueva planta. Câmara Municipal do Porto

Referencias.-

Old Portuguese Stuff (Web portuguesa de arquitectura)
Mercado de Bolhão (Wikipedia)
Mercado do Bolhão e Livraria Lello classificados como monumentos de interesse público (Público, 20/09/2013)
Dupla de arquitectos do Porto tenta preservar barracas do Bolhão (Público, 06/08/2015)

Mercado Municipal de Tetuán (Madrid)

El Mercado Municipal de Tetuán se proyectó en 1946 con el nombre de Mercado de Chamartín y se inauguró un año después. Prestaba servicio al pueblo de Chamartín de la Rosa, al arrabal de Tetuán de las Victorias incluido en el término de Chamartín, y a las barriadas de Valdeacederas y La Ventilla.

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Antiguo Mercado de Chamartin, 1959. (Imagen: Agencia EFE)

El Mercado Municipal de Tetuán  se proyectó en 1946 con el nombre de Mercado  de Chamartín y se inauguró un año después. Prestaba servicio al pueblo de Chamartín de la Rosa, al arrabal de Tetuán de las Victorias incluido en el término de Chamartín,  y a las barriadas de Valdeacederas y La Ventilla.

Desde 1942 ya funcionaba en el arrabal de Cuatro Caminos -perteneciente a Madrid- el Mercado de Maravillas, construido en el solar vacante que ocupara el Colegio de Nuestra Sra. de las Maravillas, en el antiguo número 106 de la calle Bravo Murillo; colegio que fue destruido por un incendio en 1931.

El antiguo Mercado de Chamartín, rebautizado como Mercado Municipal de Tetuán está situado en la calle Marqués de Viana 4,  en el actual barrio de Valdeacederas, en el distrito de Tetuán.

Aunque hasta 1948 Tetuán de las Victorias perteneció al municipio de  Chamartín de la Rosa, el mercado mantuvo la misma denominación durante años. La fotografía que encabeza esta entrada -de la Agencia EFE- esta fechada en 1959 y muestra el aspecto que tenía la fachada principal en aquel año, trece años después de su inauguración.

En la actualidad, tras superar diversas crisis que hicieron plantear su desaparición, el Mercado Municipal de Tetuán ha estrenado nueva fachada con un mural artístico y un nuevo interior remozado y más atractivo.

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Mercado con su anterior denominación: Centro Comercial Tetuán (2013).
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Mercado Municipal de Tetuán después de su última remodelación en 2014. La fachada exhibe el trabajo de los artistas David de la Mano y Pablo Sánchez incluido en el proyecto de arte urbano ‘Paisaje Tetuán’. (Foto: Blog David de la Mano, 2014).

Fotos de Mercados antiguos de Madrid (III)

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Mercado de La Cebada, durante su desmontaje en 1956.

Siguiendo con la saga de mercados de Madrid, integrada en las arquitecturas perdidas. Lo que a continuación aporto, a modo de testimonio gráfico, es un conjunto de fotografías de antiguos mercados madrileños. De la mayoría ya quedó recogida su existencia en otros capitulos de esta serie, a los cuales remito. Alguna información se puede encontrar en la red, por lo que tampoco abundaré en referencias.

El origen de los mercados está en el trueque de mercancías y en la necesidad de intercambiar los bienes que cada individuo o agregado de individuos ha sido capaz de conseguir o producir. El intercambio ha sido desde las más antiguas sociedades una actividad principal que ha posibilitado la creación de redes sociales y económicas, y un elemento de progresión económica. A partir del establecimiento de los mercados y de las redes de distribución de bienes que de ellos se generaban, surgieron sistemas de comunicación para favorecer el intercambio y se establecieron nexos de relación social, tanto en los puntos de distribución próximos como en los más extensos, que podían abarcar comarcas y localidades alejadas.

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mercado-la-cebada_02_sepiaMercado de La Cebada, en los primeros años del siglo XX.

El mercado, especialmente durante los siglos pasados, ha significado un punto de encuentro, un espacio de socialización y un centro de distribución de bienes y de rentas, donde el capital se daba cita y pasaba de mano en mano, constituyendo una cultura característica del negocio popular.

«Desde mediados del siglo XIX se fueron abriendo paso las ideas higienistas y funcionalistas de urbanistas, médicos y científicos que denunciaban la insalubridad y la suciedad de estos mercados al aire libre, que además dificultaban el tráfico rodado y peatonal porque solía extenderse la compraventa a las calles colindantes. Sin embargo, habrá que esperar a la década de 1870 para que se construyan en la ciudad los primeros mercados cubiertos de tutela municipal, cuyo número no pasó de cuatro a finales del siglo XIX. Estos mercados eran los mercados de hierro de los Mostenses (1875), el de la Cebada (1875), el de Chamberí (1876) y el de la Paz (1882), a todas luces insuficientes para una ciudad que rondaba el medio millón de habitantes. Las mercaderías, por lo tanto, siguieron celebrándose en las tradicionales plazas públicas, aunque poco a poco se fueron produciendo mejoras en las políticas municipales relacionadas con los mercados y los abastecimientos». (Madrid histórico)

Edificio propiedad de José Pérez Zafra, establecido en la Calle Laurel, al oeste de la prolongación de la calle Embajadores, en el arrabal de Las Peñuelas. En esta lonja, fotografiada a principios de 1900, se vendían todo tipo de comestibles y cereales, además de jabones, aceites, vinos y licores.

Mercadillo en la Corredera Baja de San Pablo, en las proximidades del Mercado de San Ildefonso, cuya fachada se dintingue al fondo de la calle.

Inicio de la calle Escorial, cuesta abajo. Al fondo de la foto se puede apreciar la parte trasera del edificio de «El Refugio«.

Mercadillo de la calle Santa Isabel, junto al cine Doré.

Mercado de La Cebada, años 30.

Interior del Mercado de la Cebada, en 1935.

En 1870 empezó la construcción del Mercado de la Plaza de la Cebada (entonces de Riego), realizado bajo la dirección del arquitecto Mariano Calvo Pereira, siguiendo el modelo del de Les Halles en París. Construido con modernas estructuras de hierro y cristal se trataba de un vasto edificio de planta irregular, compuesto por dos pisos, y con una superficie de 6.323 metros cuadrados. Inaugurado por el rey Alfonso XII el 11 de junio de 1875, fue derribado en 1956, construyéndose en su lugar el actual mercado de la Cebada.

Mercado de la Cebada, desde la Plaza de san Millán, 1900.

Plaza de la Cebada en 1860. Al fondo se ve la Iglesia de san Millán, derribada en 1869.

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Arriba. Serie de fotografías del Mercado y de la Plaza de la Cebada.


A partir de 1868 comenzaron a establecerse en la Plaza de Olavide los típicos tenderetes de mercadillo de calle, que servía de distribución de abastos para la población del barrio y aledaños. Los cada vez más numerosos puestos ofrecían pocas garantías sanitarias a la clientela, lo que condujo a la creación de un recinto cerrado, con estructura de hierro y cubierta de zinc, proyectado por Eduardo Adaro, el cual fue inagurado 1876. Era de planta hexagonal y de modestas proporciones, como se advierte en la foto. Daba cobijo a puestos de venta de pescado, carne, aves, frutas y verduras. En 1935, estando el entorno urbanísticamente muy modificado, fue sustituido por el nuevo mercado de Olavide, proyecto de Javier Ferrero, el cual fue derribado en 1974 para dar lugar a la actual plaza.

Plaza de san Miguel. A principios de 1800 en esta plaza se encontraba la parroquia de San Miguel de los Octoes, derribada en 1809. En el espacio liberado se estableció un pequeño mercado al aire libre estinado a la venta de pescado, lo cual generaba un espantoso olor, especialmente cuando más recios se hacian los calores del estío. En 1912 Alfonso Dubé y Díez proyectó un mercado cubierto, de estructura metálica, que vino a sustituir a la endeble estructura que en 1835 Joaquín Henri levantó para albergar al viejo mercadillo.

Las fotos son de 1910, antes de construirse el mercado de Alfonso Dubé, y de los años 30, cuando este se encontraba en pleno funcionamiento. Como se aprecia en la foto (abajo) los puestos afuera del mercado cubierto eran numerosísimos.

«El Mercado de San Ildefonso. Fue uno de los primeros mercados de Madrid, a quien dio nombre la iglesia parroquial de San Ildefonso, (c/ Colón, 16). Es de suponer que, en un principio, este mercado surgió por la reunión de varios tenderetes que con el tiempo pasaron a ser estables y cuyos dueños, en algún momento, decidieron organizarse conformando así una plaza semiabierta y techada en donde vender sus productos.»

El Rastro es uno de los mercados callejeros más antiguos de Madrid.

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Los Mostenses, fue construido sobre el solar del antiguo convento de Premostratense de San Norberto, que fundado en 1611, había sido derribado durante la dominación francesa. Gemelo del de la Plaza de la Cebada, aunque un poco más pequeño, se trataba de un mercado de hierro y cristal, al estilo del de Les Halles en París. Realizado bajo la dirección del arquitecto Mariano Calvo Pereira, fue inaugurado por el rey Alfonso XII el 11 de junio de 1875. Derribado en 1925 con motivo de las obras de la Gran Vía.