El hambre, la pobreza extrema, la ausencia de futuro, la necesidad, la desesperación, la ignorancia, el miedo a la nada, la persecución política y, finalmente la esperanza de encontrar algo mejor, es decir, cualquier cosa. Son las causas posibles de la inmigración, en especial desde África. Las que conducen al inmigrante hacia un viaje incierto, casi siempre desastroso y a veces mortal, sin retorno. Es un terrible drama social al que ya nos hemos acostumbrado, cuya responsabilidad política en los paises de origen encuentra su correlato en la indiferencia y en el rechazo de los paises receptores. Es muy posible que mientras las naciones ricas sigamos necesitando de los pobres para continuar acumulando riqueza esta situación se reproduzca sine die. De momento, los vemos en las calles de nuestras ciudades, indocumentados, famélicos, asustados, tristes y aburidos. Están abatidos ante tanta dificultad e incomprensión. Algunos encuentran trabajo y otros vagabundean y malviven. Es una tragedia y la vivimos con menos preocupación que la subida del barril de brent, la caida del Ibex 35 o la subida del IBI municipal.
El video muestra imágenes de inmigrantes norteafricanos y subsaharianos que, embarcados en cayucos y pateras, desafían a la muerte emprendiendo una huida cuya travesía, a veces no tiene destino, porque naufragan y mueren en el trayecto. La música es de João Afonso. Le acompaña Luís Pastor, que firma la letra. El disco de Afonso se titula «Outra Vida» y se publicó en 2006.