¿Es mi barrio habitable?

Ciudad Verde
¿Es mi barrio habitable? La ciudad verde.

¿Qué hace que un espacio resulte atractivo?

No todos los espacios públicos de las urbes, mayores o menores, resultan igual de atractivos. Hay lugares poco acogedores que crean malestar entre sus habitantes; y otros que son ejemplo de bienestar y de convivencia.
Los espacios públicos son excelentes cuando atraen la celebración de actividades públicas de todo tipo, en las que se producen intercambios sociales y económicos; cuando en ellos quedan los amigos para verse y las culturas se mezclan; cuando la calle es el acceso amable, libre de barreras arquitectónicas, de ruidos, de contaminación y de vehículos a motor, para llegar caminando a los servicios públicos (bibliotecas, polideportivos, escuelas) donde interactuamos los ciudadanos, entre nosotros y con la Administración. Cuando estos espacios funcionan bien, se convierten en escenario de nuestra vida pública. (Ver: What Makes a Successful Place? PPS, 2018.)

¿Por qué unos espacios tienen éxito y otros no?

En las ciudades, o en los barrios, para ser habitables, tiene que primar la calidad del  espacio público.
Según un estudio de la organización sin ánimo de lucro  PPS (Project for Public Spaces) existen cuatro características comunes en los espacios públicos funcionales de éxito: son accesibles y la gente puede realizar cualquier actividad; son agradables y visualmente atractivos; y por último, invitan a la sociabilidad (donde encontrarse con los amigos y, por ejemplo, adonde llevar a quienes visitan la ciudad).

La ciudad habitable, así como el barrio o la calle habitable tienen una densidad media o baja, poseen espacios verdes, son transitables o «paseables», priman al peatón frente al vehículo privado -impulsando el transporte público y el uso de bicicletas, patinetas, etc.-, abriendo calles peatonales que antes fueron exclusivas del coche; combinan el uso residencial con el comercial, potenciando el comercio de proximidad y evitando la elitización residencial; gestionan el agua y los residuos de manera eficiente. Y, sobre todo, priorizan la seguridad, la igualdad y la libertad de sus vecinos.

Para facilitar el análisis de cualquier espacio urbano y concluir si es bueno o es malo, PPS ha elaborado una sencilla herramienta en forma de diagrama. (Ver: What Makes a Successful Place? PPS, 2018.)

¿Cómo utilizar el gráfico?

El centro del diagrama circular representa un lugar específico de cualquier agregado urbano: un barrio, una calle, una plaza, un parque, etc. Se puede hacer una valoración de un espacio conocido en virtud de cuatro criterios situados en los cuadrantes coloreados del segundo círculo. El anillo siguiente muestra un grupo de aspectos intuitivos, subjetivos o cualitativos para valorar el espacio, (como amigable, cómodo o seguro, etc). El anillo exterior marca aspectos objetivos o cuantitativos que se pueden medir estadísticamente, (como datos de delincuencia o niveles de renta, etc).

Que hace que un lugar resulte atractivo
Herramienta en forma de diagrama elaborada por PPS -Project for Public Spaces-. (Ver: What Makes a Successful Place? , PPS, 2018.)      Adaptación del gráfco: URBAN IDADE

Referencias.-

What Makes a Successful Place? (Project for Public Spaces (PPS), 2018.

Hacia una calle más habitable: nuevas tecnologías y movilidad sostenible
Blog Master Nuevas tecnologías y movilidad sostenible.
Miguel Mayorga Cárdenas 10 Octubre, 2018
Universitat Oberta de Catalunya

Urbanismo y Sostenibilidad Urbana
Ministerio de Fomento. Gobierno de España

Reparto Modal
¿Cómo nos movemos en España? PDF
Observatorio de la Movilidad Metropolitana (OMM)
Congreso Nacional del Medioambiente(CONAMA), 2014.

Lewis Mumford («Metropolis», LIFE, 1938)

En 1938 la revista gráfica LIFE publicaba un reportaje de ocho páginas titulado Metropolis. Lewis Mumdford´s book scraps today’s city, plans a new and saner U.S.
Se trata de un resumen comentado del libro del sociólogo y urbanista Lewis Mumford The Culture of Cities, «La cultura de las ciudades», publicado por vez primera por la editorial Harcourt el 14 de abril de 1938.

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En 1938 la revista gráfica LIFE publicaba un reportaje de ocho páginas titulado Metropolis. Lewis Mumdford´s book scraps today’s city, plans a new and saner U.S.
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e trata de un resumen comentado del libro del sociólogo y urbanista  Lewis Mumford The Culture of Cities, «La cultura de las ciudades«, publicado por vez primera por la editorial Harcourt el 14 de abril de 1938, donde el autor repasa la evolución de la ciudad.

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Lewis Mumford

Lewis Mumford (1895-1990)

En 1938 Lewis Mumford era un intelectual norteamericano que rozaba la cincuentena. Sus reflexiones filosóficas ligadas a la sociologia y al urbanismo le habían granjeado una posición de prestigio en el Olimpo internacional de los pensadores. Como crítico de arquitectura y urbanismo ya había escrito numerosos libros y artículos; La historia de las utopías, de 1922 y Sticks and Stones, de 1924 le dieron fama inmediata en la generación coetánea de los arquitectos europeos revolucionarios (Gropius, Mendelsohn, etc).

La cultura de las ciudades (1938)

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Revista LIFE. Número del 23 de mayo de 1938 donde se publico el reportaje «Metropolis» sobre Mumford.

El libro de Mumford, La cultura de las ciudades, analiza los orígenes de la ciudad y la civilización moderna indicando lo que consideraba errores y proponiendo alternativas. Este planteamiento lo retomaría, mucho más desarrollado, en su obra posterior, de 1961,  La ciudad y la historia. En este otro libro, considerado su trabajo más importante, se expone desde una interpretación global el origen y la naturaleza histórica de la ciudad, explicando los procesos urbanos y el desarrollo de la urbanización.
Mumford no aceptaba que el destino de la ciudad fuera el caos urbano que se vivía, la expansión descontrolada de los suburbios y la desintegración social, sino -según esboza en el libro- que éste se debía a un orden (debía ser objeto de un orden…)  que integrase las instalaciones (construcciones) técnicas -arquitectónicas e industriales- con las necesidades biológicas y las normas sociales.

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El precio de la densidad en la construcción: hacinamiento y suciedad; a pesar de la buena voluntad de los moradores que hacían la colada, como se ve en la foto. La altísima densidad de las viviendas a principios del siglo XX generó importantes problemas de salud pública. Nueva York, 1900. (Foto: Archivo Shorpy)

En el primer tercio del siglo XX en Norteamérica había una necesidad urgente acumulada de construir casas baratas para alojar a las corrientes migratorias que acudían sin parar a las ciudades. Esta necesidad se resolvió con la participación de los inversores privados y de la administración pública a través de programas de subvenciones, en una combinación que supuso, hasta 1938 -fecha de la publicación del artículo de LIFE– el mayor «boom» urbanístico conocido.

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Plano antiguo de la ciudad fortificada de Naarden, en Holanda. «Nadie gana a los holandeses en la construcción de ciudades«, afirmaba Lewis Mumford. Esta urbe del siglo XVI representa para Mumford el paradigma de la ciudad ordenada con zonas verdes, en contraposición con el abigarramiento caótico de la ciudad industrial moderna de principios del XX.

En el año 1938 en Estados Unidos la Metropolitan Life Insurance invertía 35 millones de dolares para la construcción de casas baratas para alojar a 50.000 personas en Bronx y en New York City. Ese mismo año la U.S. Housing Administration aportaba 255 millones de dólares para subvencionar los realojos. Suma que se añadía a las desorbitadas partidas que formaban parte de los presupuestos para realojar a los más de diez millones de personas que vivían en infraviviendas en los suburbios.
El auge inmobiliario que cambió el aspecto de las ciudades al inicio del siglo XX modicó la arquitectura pero también la base social. El auge del pasado dejó como herencia el horror urbano del presente.

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1938, la revista gráfica LIFE publicaba un reportaje titulado «Metropolis», sobre el libro del sociólogo y urbanista Lewis Mumdford La cultura de las ciudades. La imagen muestra una página del reportaje. Mumford califica las realizaciones urbanísticas  históricas  y las fotos de arriba ilustran ejemplos de lo que éste consideraba como malas (BAD) prácticas.  Arriba del todo: viviendas unifamiliares del barrio periférico de Jamaica en Long Island en Nueva York, en 1938. Para el autor, se trata de polígonos residenciales que derrochan recursos excesivos en viales de comunicación y que carecen de espacios de esparcimiento. En medio: un barrio de Inglaterra, Preston, una ciudad situada en el condado de Lancashire en Manchester, dedicada a la manufactura de textil del algodón. La estructura urbana monótona se alineaba con el objeto del trabajo obrero que eran las fábricas colindantes. Era tanta la opresión,  que como broma se decía en la época: «Drink is the quickest way of getting out of Manchester«. La foto de abajo: Manhattan, Nueva York. Decía Mumford en el libro, que a pesar del fragor de la actividad y de las luces nocturnas de Manhattan que dibujaban una imagen esplendorosa, la urbe alojaba a una población que habitaba a duras penas, en condiciones de salubridad y bienestar deplorables, comparables a las de las zonas rurales más depauperadas de EE.UU. (Foto: LIFE, 1938)

La evolución de la ciudad

Para Mumford la evolución de la ciudad del siglo XVI (Amberes, como modelo…) y de la ciudad racionalista posterior, derivó en los siguientes siglos en la urbe industrializada rodeada de suburbios en los siglos XIX y XX, siempre escasa de alojamientos, con barrios hacinados, mal construidos y con pésimos servicios. La superciudad (megalópolis)  dejaba de lado a las periferias superpobladas.

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Grabado antiguo de la Plaza Mayor o Plaza del Mercado (Grote Markt) de Amberes, Bélgica.

Dice Mumford en el libro, que el esporádico resplandor de las celebraciones en la plaza del mercado de Amberes en el siglo XVI había degenerado en la deslumbrante metralleta de ocio y espectáculo de Broadway en Manhattan; y  los suburbios del siglo XIX se habían sustituido simplemente por suburbios del siglo XX.

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Vista aérea oblicua de la isla de Manhattan (Nueva York) en 1933. (Foto: Archivo Shorpy)

Lewis Mumford pone de ejemplo en su libro Metropolis el crecimento incontrolado de la isla de Manhattan en Nueva York que desde 1910 inició un ascenso enorme que se detuvo y descendió a partir de la década de los años 30 del siglo XX, en parte porque la población se disgregó ocupando nuevas zonas del extrarradio y también por los controles de inmigración y de natalidad que redujeron la tendencia.

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Foto aérea de la fábrica de cerámicas Spode en Stoke-on-Trent (Inglaterra), en 1927. Los hornos de la factoría se alternaban con las viviendas de los obreros, conviviendo con los residuos de la combustión que contaminaban el ambiente. Se trata de una forma de urbanización deficiente e insalubre habitual en el ciudades industriales de finales del siglo XIX y principios  del XX. Para Mumford es un ejemplo de lo que se debe considerar una mala planificación.
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Otro ejemplo de diseño deficiente de la ciudad. Complejos textiles de New Hall Lane en Preston (Inglaterra). Fábricas y depósitos de gas junto con los grupos interminables de casas obreras. Solamente fabricas y casas, sin espacios para solazarse y distancias infinitas para acceder a los servicios.

En Manhattan, el aumento en la construcción de rascacielos incrementó la densidad poblacional, los problemas de tráfico y la sobrevaloración de las viviendas. La mayor y más atractiva oferta se producía en las nuevas periferias. Estos modelos podían ser del todo inadecuados, hasta de lo más interesante, como las PWA Harlem Houses, que ejemplizaron cómo hacer un tipo de viviendas, que sin estar en el campo, gozaban de los beneficios del entorno rural.

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Radburn, New Jersey (EE.UU.), 1928. Un ejemplo interesante de planificación urbana eficiente. En plena expansión de la cultura del automovil, en esta pequeña urbe se proyecta la separación radical del espacio peatonal respecto al rodado, agrupando al primero en un tranquilo conjunto de callejones en los que se encuentran las manzanas de viviendas, formando una unidad completa con parque, piscina y escuela, y con zona verde en torno a los bloques.

Concluye Mumford su libro afirmando que las ciudades históricamente propiciadas por el feudalismo, las monarquías y el capitalismo se han concebido, no como espacios para vivir de acuerdo a planes racionales, sino como recursos temporales. La culminación de esta tendencia es la metrópolis sobredimensionada , la superciudad, que ha de acabar muriendo por cansancio o demolida por su insalubridad y liberada del hacinamiento.

Referencias.-

Lewis Mumford (Wikipedia)

Lewis Mumford and the Ecological Region: The Politics of Planning
Escrito por Mark Luccarelli

The Culture of Cities
Escrito por Lewis Mumford

Lewis Mumford, el último humanista (El Diario,21/05/2015)

A Brief Biography of Lewis Mumford (1895-1990)/ Eugene Halton

Lewis Mumford: «La ciudad en la historia» («Urbanismo, Territorio y Paisaje», Blog de José Fariña)

Hanley Canal Quarter Masterplan, Stoke-on-Trent (ERZ Proyects)

“Villa Rubín”, antigua residencia de Arturo Soria (Madrid)

En 1908 Arturo Soria y Mata, creador de la Ciudad Lineal, mandó construir “Villa Rubín”, su residencia familiar. Este singular y desconocido edificio, que ha sobrevivido al paso del tiempo, nos recuerda con su presencia el importante legado que el polifacético y emprendedor Soria dejó a la historia del urbanismo madrileño.

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“Hotel Rubín”, residencia de la familia Soria, en 1908.

En 1908 Arturo Soria y Mata, creador de la Ciudad Lineal, mandó construir “Villa Rubín”, su residencia familiar. Este singular y desconocido edificio, que  ha sobrevivido al paso del tiempo, nos recuerda con su presencia el importante legado que el polifacético y emprendedor Soria dejó a la historia del urbanismo madrileño.

Arturo Soria, el urbanista

Don Arturo Soria y MataArturo Soria y Mata nació en Madrid en 1844 en el seno de una familia modesta  y desde su juventud manifestó gran afición por las ciencias y la ingeniería. Fue telegrafista y se formó como geómetra, desarrollando su faceta de inventor en esta disciplina con aportaciones como el “teodolito impresor automático” o el “avisador de las crecidas de los ríos”.
Fue también escritor, conferenciante y periodista. Sus reflexiones sobre la especulación urbanística, la falta de vivienda y el higienismo le llevaron a idear en 1882 el proyecto de la Ciudad Lineal madrileña. Para llevarlo a la práctica fundó en 1894,  junto con el arquitecto Mariano Belmás y  Estrada, la Compañía Madrileña de Urbanización (C.M.U.), cuyo objeto era la compraventa de terrenos, la construcción de casas de diferentes tipologías, precios y calidades y el desarrollo de una ciudad lineal vertebrada por un tranvía de circunvalación que pusiese en comunicación la nueva ciudad con los pueblos próximos y con la capital.

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Arturo Soria con sus nietos en el hotel Rubín, probablemente en la parte trasera. La fotografía se tomó en 1912 y es propiedad de Emilio Keller Soria. Se encuentra publicada en el Archivo Fotográfico de la Comunidad de Madrid.

La Ciudad Lineal, el proyecto

La Ciudad Lineal de Arturo Soria llegó a alcanzar cinco kilómetros en terrenos del extrarradio, con casas para todas las clases sociales, como respuesta “antiespeculativa” ante la falta de vivienda. En palabras del propio Soria,  había que evitar la “ambición desenfrenada de los dueños de los solares” que dificultaban construir en los límites de Madrid.
En 1911 vivían en la Ciudad Lineal cerca de 4.000 personas y había  más de 700 casas, con tranvías que facilitaban la movilidad. Muchos vecinos fueron conocidos empresarios  y aristócratas y también personajes célebres de la época como el tenor Miguel Fleta o las actrices y cupletistas “la Chelito” y Raquel Meller.

En 1914 llegó la crisis con la suspensión de pagos de la C.M U. A pesar de la recuperación de la empresa, la filosofía original cambió con los nuevos gestores. Los acontecimientos políticos y sociales que marcaron el siglo XX y el descontrol  urbanístico de los años sesenta y setenta  acabaron  por difuminar lo que restaba del utópico proyecto.  Paradójicamente, el fin de la barriada estuvo marcado por esa misma “ambición desenfrenada” que tanto criticó Soria.

“Villa Rubín”, la casa

“Villa Rubín”, llamada así por Julia Hernández Rubín, esposa de Soria, se encontraba en el nº 9 de la calle principal de la Ciudad Lineal. Construida en una parcela de 4.800 m2, pro un montante de 75.000 ptas, contaba con 15 habitaciones repartidas en tres plantas similares pero independientes a las que se accedía por una escalera interior. Sólo la planta principal tenía entrada por la fachada delantera. Al fallecer Soria en 1920, la familia se mudó y puso la finca en alquiler por 8.000 ptas anuales. En 1925 deciden venderla y un año después Francisco de Borja Patiño, industrial y comerciante la adquiere por 250.000 ptas,  sometiéndola a algunas modificaciones estéticas. Además, le cambia el nombre por el de “Villa Ceres”.

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“Hotel Rubín” en la actualidad. La vivienda de Arturo Soria y familia se encontraba en la Manzana 90 y constaba de tres viviendas repartidas en tres plantas con similar distribución. El acceso era independiente por escaleras exteriores laterales. Sólo la planta baja tenía acceso por el frente central del edificio. En el presente se encuentra numerada con el 124 de la calle de Arturo Soria y es utilizada como Residencia de Menores “Manzanares”, dependiente de la Comunidad de Madrid. (Foto: Enrique Fidel, 2008)

Acabada la guerra civil, la finca se incautó por el Auxilio Social que la llamó Hogar Villa Ceres y la destinó a las actividades humanitarias propias de la organización, acometiendo nuevas reformas que cambiaron por completo su aspecto original. Acabadas las obras se inauguró con el nombre de Hogar Alto de los Leones con capacidad para 120 niños huérfanos de ocho a doce años.

En 1975 la antigua Villa Rubín” cambió de nombre otra vez por el de Residencia para menores Manzanares a cargo de la Diputación provincial. Hoy día el edificio es residencia para menores extranjeros no acompañados con el nombre de Centro de Adaptación Cultural y Social Manzanares dependiente de la Comunidad de Madrid.

(Publicado en el nº 241 de la revista Plácet en diciembre de 2013)

Referencias.-

Maure Rubio, Miguel Angel
La Ciudad Lineal de Arturo Soria
Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid.
Madrid, 1991 ISBN 84-7740-048-2

Soria y Mata, Arturo
Tratados de urbanismo y sociedad
Clan Libros
Madrid, 2004

López Díaz, Jesús
La vivienda social en Madrid, 1939-1959.
UNED, Espacio, tiempo y forma, 2002.

Archivo Fotográfico de la Comunidad de Madrid.

Enciclopedia Madrid Histórico

Historias Matritenses
Blog con extensa información sobre la Ciudad Lineal

Cruzar el Estrecho a los 15 años (Madrid Diario, 26/11/2010)

Revista Plácet

Jornadas «Patrimonio en Alerta Roja» (Madrid, 13/16-11-2013)

Como contribución al Día Internacional del Patrimonio Mundial que se celebra el 16 de noviembre de 2013, la Plataforma Madrid, Ciudadanía y Patrimonio ha organizado la segunda edición de las Jornadas de difusión, reflexión y debate, tituladas con el nombre de “Patrimonio en Alerta Roja”, en las que se tratará a fondo la Nueva Ley de Patrimonio Histórico, normativa más atenta al beneficio mercantil que a los valores culturales inherentes a cada edificio.

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Como contribución al Día Internacional del Patrimonio Mundial que se celebra el 16 de noviembre de 2013, la Plataforma Madrid, Ciudadanía y Patrimonio ha organizado la segunda edición de las Jornadas de difusión, reflexión y debate, tituladas con el nombre de “Patrimonio en Alerta Roja”,  en las que se tratará a fondo la Nueva Ley de Patrimonio Histórico, normativa más atenta al beneficio mercantil que a los valores culturales inherentes a cada edificio.
Las demoliciones, expolios, afecciones o amenazas a edificios, yacimientos o lugares históricos se han incrementado escandalosamente en los últimos tiempos, circunstancia ante la cual los ciudadanos no podemos permanecer indiferentes.
El calendario de actos se extiende a lo largo de los días 13 al 16 de noviembre. Habrá mesas redondas y exhibición de videos, además de un aula de arqueología y un recorrido peatonal por lugares en “alerta roja” del centro de Madrid, como el Frontón “Beti-Jai”, el Palacio de Ustáriz, el Museo Municipal (antiguo Hospicio), la Plaza de Callao, Plaza de Canalejas, Casa Duquesa de Sueca, etcétera.

Entre las actividades destaca el Encuentro de Blogueros, en el que responsables de diferentes BLOGS sobre Madrid, sensibles con la protección del patrimonio histórico, expondrán sus puntos de vista y debatirán sobre el compromiso ciudadano acerca del problema.

Referencias._

Contacto general Plataforma MC y P (Correo Electrónico)

Verano, demencia colectiva y urbanismo playero

Benidorm es el paradigma de este mal de pérdida de cordura, pero no es un caso aislado. Una foto actual de este pueblo-ciudad muestra la desmedida dimensión del fenómeno, con muchísimos más edificios, más altos y más feos, si cabe. El urbanismo de Benidorm es el mal ejemplo de cómo no se debería actuar en la planificación del espacio urbano. Sin embargo, las distintas corporaciones municipales alaban el modelo de desarrollo del núcleo urbano y lo definen como «sostenible».

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Benidorm, Alicante. (Foto: Olivares Navarro, 2003)

Viendo esta foto veraniega, tremenda, se percibe cierta sensación de locura, de frenesí descontrolado. Como una demencia colectiva, diríamos, viendo semejante despliegue de sombrillas y tumbonas a lo largo de la reducida franja de arena que todavía queda.  La agresiva invasión de la playa por los  gigantescos bloques de apartamentos, que todo lo devoran, avanza con altanería. La foto es de 2003 y retrata un instante de un día de verano en Benidorm (Alicante). Un día más de demencia colectiva, en el que los bañistas se desquician buscando un resquicio, un mínimo espacio libre donde clavar la sombrilla y colocar las tumbonas o las toallas sin invadir el espacio ajeno, escaso por lo que se ve en la foto.

Benidorm es el paradigma de este mal de pérdida de cordura, pero no es un caso aislado. Una foto actual de este pueblo-ciudad muestra la desmedida dimensión del fenómeno, con muchísimos más edificios, más altos y más feos, si cabe. El urbanismo de Benidorm es el mal ejemplo de cómo no se debería actuar en la planificación del espacio urbano. Sin embargo, las distintas corporaciones municipales alaban el modelo de desarrollo del núcleo urbano y lo definen como «sostenible«.

La Organización Mundial del Turismo define la sostenibilidad del turismo diciendo:

“El desarrollo del turismo sostenible responde a las necesidades de los turistas y de las regiones anfitrionas presentes, a la vez que protege y mejora las oportunidades del futuro. Está enfocado hacia la gestión de todos los recursos de manera que satisfagan todas las necesidades económicas, sociales y estéticas, y a la vez que respeten la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas de soporte de la vida.”

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Dos imágenes de Benidorm con más de medio siglo de diferencia. La transformación ha sido espectacular y el destrozo irreversible. La popularización del turismo de masas, el consumo de turismo barato, la falta de cultura ambiental, la rapiña urbanística y la codicia especuladora son el origen de monstruos de este tipo. (Fotos: Foro Urbanity)

Modelos de desarrollo urbanístico y  turístico insostenibles

Es evidente que en la costa mediterránea, con ejemplos como el de Benidorm, este principio de pretendida sostenibilidad no se da. Actualmente seguimos viviendo actuaciones de épocas y mentalidades que parecían superadas, al menos en los aspectos relativos a los modelos de desarrollo urbanístico y desarrollo turístico. En Benidorm se enorgullecen por su hazaña y el ayuntamiento ha publicado un folleto turístico de gran interés.

En España ya sabemos que se está destruyendo el litoral costero a toda velocidad. La Naturaleza nos ha beneficiado con el privilegio de ser una península y gozar de extensa costa.

Desde que en España se descubrió en los años 50 del siglo XX que el sol y el mar se aliaban con el objetivo de convertirnos en un paraiso turístico, surgió una ralea de especuladores ahítos de codicia dispuesta a enriquecerse con este prometedor negocio. Las autoridades, que aún respiraban ínfulas de grandeza imperial y que con el turismo descubrieron un gran potencial para nivelar la temible e inestable balanza de pagos, se convirtieron en parte coadyuvante.

Iniciados los años 50 , los ingresos del turismo eran la principal partida compensadora de la balanza de pagos en España.  Entre 1950 1965 las divisas del turismo exterior permitieron compensar hasta el 73 por 100 del déficit comercial. En el período 1960-1975, financiaban por si solas el 71,5 por 100 del déficit comercial. (Rafael Vallejo Pousada, en «Turismo y desarrollo económico en España durante el franquismo, 1939-1975«)

El turismo fue una de las claves financieras de la supervivencia del régimen de Franco hasta mediados los años 70, cuya herencia sirvió de beneficio a ciertas clases sociales y políticas vinculadas a él y de padecimiento a lugareños hostiles a la fórmula y, en general al complejo social de los españoles. En el saldo final del turismo hay luces y sombras, ganancias y costes sociales como congestión urbana, contaminación, deterioro medioambiental y destrucción irreversible del paisaje. (Rafael Vallejo Pousada, en «Turismo y desarrollo económico en España durante el franquismo, 1939-1975»)

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Oropesa del Mar (Castellón) y al fondo edificios turísticos a lo largo de la línea de playa. (Foto: Enrique F. Rojo, 2008)

Urbanismo costero y corrupción

La normalización sistemática de desarrollos urbanísticos desaforados, ligados a la expansión del turismo a través de sociedades constructoras oportunistas en extraña connivencia con los políticos locales, hizo que no le prestásemos demasiada atención al fenómeno devastador. Nos parecía normal.

A partir de que saliese a la luz pública en 2006 el mayor caso de corrupción política juzgado en España, que relacionaba prácticas de delincuencia organizada de los ayuntamientos con la construcción y el urbanismo en la costa mediterránea, fueron apareciendo un goteo constante de nuevos casos, que no eran sino la muestra de una continuidad depredadora que ya venía siendo incesante y habitual desde hacía muchas décadas. Nos sorprendía el volumen de operaciones urbanísticas, su asombrosa distribución a lo largo de todo el litoral, el volumen desmedido de negocio, el comportamiento mafioso de sus protagonistas, la corrupción política asociada a la delincuencia organizada con intereses en el sector urbanístico y, sobre todo, la impundad con la que todo esto se hacía y la inmunidad que gozaban los protagonistas cuando eran descubiertos.

Y así hemos vivido durante demasiadas décadas, edificando sin control y destruyendo espacios naturales con una desmedida ansia especulativa, sin pensar en las consecuencias negativas que estas intervenciones pudieran tener en el medio natural.

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Complejo turístico Marina d’Or, situado en Oropesa del Mar (Castellón). Un ejemplo de crecimiento urbanístico desmedido orientado al turismo. Se encuentra en el lugar que ocupaban antiguas fincas rústicas dedicadas al cultivo de naranjas y hortalizas, oportunamente recalificadas después de su compra o expropiación. (Foto: Enrique F. Rojo, 2008)

«Destrucción a toda costa, 2013»: informe de Greenpeace

Como todos los años dede hace más de una década, este verano Greepeace publicó su Informe «Destrucción a toda costa, 2013», en el que presentó el «Top Ten» español de costa destruida, por orden alfabético: Calp (Alicante), Calvià (Mallorca), Chiclana de la frontera (Cádiz), Cubelles (Barcelona), Oliva (Valencia), Orpesa (Castellón), San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), Sant Josep de sa Talaia (Ibiza), Vera (Almería) y Zierbena (Bizkaia).

Para Greenpeace la única forma de mantener la costa lejos de la amenaza de la destrucción es manteniendo los recursos naturales unidos a ella, fomentando un turismo de calidad y un modelo económico de desarrollo local. Proponen como ejemplo a seguir el de los municipios menos urbanizados de España, destacando entre los de mayor tamaño: Fuencaliente de La Palma (La Palma), Vallehermoso (La Gomera) y Villaviciosa (Asturias).

Lo Peor-GP-2013

Lo Peor-Comunidades-GP-2013

Las seis propuestas de Greenpeace

El panorama es bastante desalentador, pues son muchos los errores y escasa la voluntad de enmendarlos o, al menos de no proseguir en la misma línea. De momento, la fiebre de la construcción está estancada y no parece que la reactivación plena se produzca antes de 2015. De manera que aún hay tiempo para reflexionar de verdad, replanteándonos si merece la pena mantener el actual modelo de desarrollo urbano tan peligroso. A grandes males, grandes remedios. No en complejidad ni en coste, sino en eficacia y facilidad para llevarlas a la práctica. Estas son las seis propuestas de Greenpeace para detener la destrucción de la costa española:

1. No a la Ley de Costas
La Unión Europea (UE) debe obligar al Estado español a rehacer la Ley de Costas. A su vez el Tribunal Constitucional debe decidir si esta nueva Ley vulnera la
salvaguarda del dominio público marítimo-terrestre. Por otro lado, Greenpeace pide a alcaldes y comunidades autónomas que se declaren insumisas en la aplicación de la Ley, de forma que con la presión ciudadana se revoque.
2. Ladrillo Sostenible o Ladrillo Cero
Limitar las edicaciones en menos de 500 metros para toda España (como en Asturias, Galicia, Euskadi y Andalucía) a través de Planes de Ordenación del Litoral de competencia autonómica. Los planes urbanísticos en proyecto deben ser revisados con carácter urgente y los órganos de gestión ambiental de las CC.AA. suspender, a su vez, la aprobación de planes futuros. De esta forma se impedirían proyectos como el hotel de Es Trenc (Mallorca), el de El Palmar (Vejer, Cádiz) o el de La Arena (Zierbena, Bizkaia).
3. No más parques de papel
Gestionar de forma real los espacios naturales protegidos del Estado. Elaborar planes de ordenación y de uso de estos espacios que impidan más suelo urbano, ya que de esta forma estas zonas quedarían blindadas a la construcción.
4. Participación ambiental
Los planes urbanísticos deben contar con los periodos de informes y de partición pública, que los únicos controles externos a unos ayuntamientos frecuentemente sacudidos por casos de corrupción urbanística.
5 Fiscalidad verde
Se deben establecer medidas para que los municipios que han decidido conservar sus costas reciban compensaciones económicas, como los pagos por servicios ambientales. De esta forma, serían beneficiados y recompensados por el conjunto de la sociedad. Una “ecotasa” turística en los municipios más degradados, que sea finalista, serviría para revertir el modelo de turismo masivo de sol y playa.
6. Cero construcciones en zonas de riesgo
Explicar a los nuevos o potenciales propietarios de viviendas e industrias o infraestructuras en primera línea o en zonas de ramblas, desembocaduras de ríos, barrancos, torrentes, etc. el elevado riesgo de inundación y temporales a los que se enfrentan. El Estado es el responsable de los futuros riesgos y costes.

Imagen aérea de Marina d' Or en Oropesa de Mar
Imagen aérea de Marina d’ Or en Oropesa de Mar, Castellón. (Foto: Ángel Sánchez, El País)

Referencias.-

Vallejo Pousada, Rafael
Turismo y desarrollo económico en España durante el franquismo, 1939-1975
X Congreso Internacional de la AEHE. Septiembre 2011. Universidad Pablo de Olavide, Carmona (Sevilla)

Destrucción a toda costa 2013
Greenpeace España (PDF)

El Top 25 de la destrucción costera en España, 2013 (Greenpeace) PDF

El milagro turístíco se repite (El País, 05/07/2013)

Ley 2/2013, de 29 de mayo, de protección y uso sostenible del litoral y de modificación de la Ley 22/1988, de 28 de julio, de Costas. (PDF)

Ley de costas (Wikipedia)

Díez Ripollés, José Luis  y  Gómez Céspedes, Alejandra
La corrupción urbanística: estratégias de análisis  (PDF)

Guía de rascacielos de Benidorm

Acerca de Marina D’Or (Blog)