Hubo un tiempo en que las cestas de Navidad eran de mimbre e incluían el pavo de Nochebuena y el cordero de Navidad vivos. La foto -de 1933- es del Fondo Martín Santos Yubero del ARCM.
Cesta de Navidad
Hubo un tiempo en que las cestas de Navidad eran de mimbre e incluían el pavo de Nochebuena y el cordero de Navidad vivos.
Gracias Fidel. Has destapado el lugar donde guardo mis pasadas Navidades.
Mi padre trabajaba en un economato, y cada año conducía hasta tierras extremeñas a por los pavos.
Al llegar a Madrid, la gente esperaba sus encargos, y cogían el pavo en brazos para pesarse con ellos, antes y después, en unos pesos grandes con plataforma de hierro, ya que el precio era por kilos.
Normalmente se compraba unos días antes, y se le engordaba un poco más…
¿ Pero donde estaba el pavo mientras llegaba el día del homicidio en 1º grado?, pues en el wáter, no cuarto de baño, wáter.
Allí cada mañana, o cada vez que tu necesitabas entrar, allí estaba el pavo mirándote, con cara de » pavo», haciendo cada día más amistad, y llegado al punto de conversas con él, prometiéndole que él, no moriría…
Ya te sonaba su cara, ya no era un extraño, y ya le llamabas por su nombre: el mío era MANOLETE.
Aquel día que tu madre te quitaba del medio, para darle el hachazo, aquel día era señalado. Todos los niños estábamos de acuerdo ¡¡ protestas con pitadas!!.Ese día, la sra. Boni, la kiosquera de la calle de Batalla del Salado, hizo su agosto, vendió todos los pitos que tenía, y todos sonaron a la vez, mientras las protestas de los mayores clamaban al cielo.
Ni que decir tiene, que nosotros no comimos ninguno pavo. ¡ Como me iba yo a comer a Manolete!. Ninguno comprendió semejante crimen. Yo desde luego, no volví a comer pavo nunca. Pero las fiestas de la Navidad, era para unos chiquillos la mejor medicina del olvido, ante tanta pandereta, botella, belenes e ilusiones por lo que nos esperaría el 6 de enero, hizo que nuestros primeros sentimientos buenos hacia los animales, fueran cayendo en el olvido, pero si alguno de mis amigos de la infancia pudieran leerme, recordarían, que el crimen de los pavos, nos marco un poco.
Mis mejores deseos de ilusión y esperanza para el 2015.
Un cordial saludo.
J.Z.
Gracias por tu comentario, Juana. Entrañables recuerdos, sin duda. A pesar del «pavicidio». Un saludo.
Jajaja, Felices Fiestas. Un abrazo
JZ
Muy buen post……besitos)