El cementerio de Chamartín de la Rosa estaba situado donde están los actuales aparcamientos de la estación de Chamartín, del que ocupan solo una parte. Se encontraba enfrente del antiguo edificio de SEAT, en concreto entre las calles Mauricio Legendre y Fernández Silvestre. Uno de los muros que lo delimitaban, el más occidental, se encontraba exactamente en el lugar donde comienzan los edificios de viviendas que se corresponden con el 36 y el 38 de Mauricio Legendre. Es decir, que éstos se construyeron mientras existía aún la limitación de la cerca que definía el cementerio. Justo detrás de estos edificios hay una especie de descampado o solar vallado que continúa hasta el aparcamiento de la estación del tren, junto a las vías, que se corresponde con el área que perteneció al cementerio. También llegaba a ocupar parte de las vías de la estación y el sector oriental estaba anejo a una parte de la tapia de las cocheras de la EMT, frente a las casas de la colonia San Cristóbal, construidas en 1948. El cementerio tenía forma triangular, con el vértice norte mirando al Paseo de la Castellana, en la calle de Mauricio Legendre el vértice oeste y su esquina este se oponía a la colonia Los Rosales, en la actualidad al otro lado de las vías del tren.

Ya existía, al menos, desde 1885 y su desaparición se encuentra ligada a la construcción en 1967 y su posterior ampliación en 1971 de la estación ferroviaria de Chamartín, ya que el trazado de las nuevas vías y la ubicación de las marquesinas pasaban por encima del recinto. También se construirían en su espacio algunos edificios administrativos de la estación y un aparcamiento.
El 4 de noviembre de 1965 el diario ABC publicaba un anuncio del Ayuntamiento de Madrid, fechado el 28 de octubre de ese año, según el cual se hacía público el futuro desmantelamiento del camposanto:
“Por el presente se pone en general conocimiento, en observancia de lo dispuesto en el artículo 65 del Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria de 22 de diciembre de 1960, que el Excmo. Ayuntamiento de Madrid, previo cumplimiento de todos los trámites necesarios, procederá a la total eliminación de los restos mortales sepultados en el cementerio de Chamartín de la Rosa, a fin de que los familiares de los inhumados y personas interesadas puedan adoptar en el plazo de un mes las disposiciones que su derecho les permita”. Firmado por el Secretario General, Juan José Fernández-Villa y Dorbe. Fechado y rubricado en Madrid, el 28 de octubre de 1965. (ABC, Madrid, 4/11/1965, pág. 102)
Secuencia de imágenes del pueblo de Chamartín de la Rosa y alrededores y del camposanto de Chamartín en diferentes fechas. El núcleo de Chamartín está marcado en color en el centro de las fotos y el cementerio en la esquina superior izquierda. Hasta la foto de 1946 el pueblo era ayuntamiento independiente. «En el año 1929, había 42.000 habitantes empadronados; la inmensa mayoría de ellos no vivía en el pueblo mismo, sino en el amplísmo término municipal, que se extendía hacia el barrio de Tetuán de las Victorias y hacia el norte de la actual Ciudad Lineal», (Wikipedia). En 1948 Chamartín queda anexionado a Madrid. En 1956 el cementerio todavía se conserva en uso y su entorno está plagado de pequeñas construcciones de traza rural, de las cuales prácticamente ya no queda ninguna. En la imagen de 1975 vemos que el cementerio ya no existe. (Imágenes: NomeCalles, Comunidad de Madrid)
El desmantelamiento comenzó con la exhumación y traslado de los restos al cementerio de la Almudena en el referido año de 1965. Sin embargo, parece ser que las fosas que no se vieron afectadas por las nuevas construcciones en su fase primera permanecieron abiertas y abandonadas hasta finales de los años setenta. Aunque el Ayuntamiento cegó las tumbas en 1978, cuentan que quedaron a la vista numerosas lápidas y losas desperdigadas por el solar, que se hicieron desaparecer ya en pleno siglo XXI a raiz de las obras de la nueva estación de Chamartín de la línea 10 de Metro.




Referencias.-
Rojo Escobar, Enrique F./ R. Zapata, Carlos
Chamartín. Álbum de fotos
Temporae Ed.
Madrid, 2015