Frontón "Beti-Jai" (II)

El último frontón de Madrid

Enrique Domíngez Uceta
El Mundo ( 1998 )

«Beti-Jai representa un doloroso episodio para quienes conocen los problemas de conservación del patrimonio arquitectónico de Madrid. Era uno de los frontones que abrían sus puertas en la capital a finales del siglo XIX, donde existía una gran afición por el deporte de la pelota y por las apuestas que se cruzaban en los partidos.

La afición era tan fuerte que se construían espectaculares edificios de calidad que estaban entre los más interesantes de su tiempo. Uno de los mejores era el frontón Beti-Jai, levantado en 1893 en estilo neomudéjar, con la tecnología más moderna de la época (hierro fundido), y con una alta calidad estética en la resolución de sus graderíos sobre curvas vigas metálicas, y en el espectacular muro de ladrillo que servía de fondo a la tribuna.

Por diversas y afortunadas circunstancias, el edificio del frontón ha superado todos los periodos de vandalismos bélicos, políticos y especuladores que han castigado el patrimonio arquitectónico de la ciudad desde que esta rara pieza se construyera hace 104 años.

«El Beti-Jai es el único superviviente de esta tipología en Madrid, pero su estado de conservación es alarmante. Hace décadas que los propietarios mantienen completamente abandonados a su suerte los elementos arquitectónicos más valiosos del edificio.»

La tipología del edificio para frontón-espectáculo tuvo excelentes ejemplos en Madrid, destacando entre ellos el Frontón Jai-Alai, de la manzana del Museo Etnológico, y el Frontón Recoletos, de Secundino Zuazo, cuya desaparición fue una de las pérdidas más lamentables de la arquitectura moderna.

A partir de 1991, gracias Chueca Goitia, académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, se logró su declaración como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento.

En la práctica, esto supone que sólo se admiten obras para restituir el edificio a su estado original. Y esa recuperación estaría plenamente justificada, salvados los legítimos derechos de sus ocupantes actuales, a los que tanto debe la supervivencia del edificio».

«El interesante espacio interior del frontón no se adivina al contemplar la discreta fachada ecléctica de Marqués de Riscal, número 7.»

«Hay que asomarse a la entrada lateral de coches para ver un angosto callejón formado por una medianería y un muro de ladrillo con una extraordinaria riqueza formal, cubierto de arquerías y motivos decorativos típicos del neomudéjar.

Atravesándolo se accede al gran espacio al aire libre de la antigua cancha, ahora ocupada por las naves del taller de automóviles. Cuatro largos graderíos en pendiente, en los que se instalaba el público, corren a lo largo de la pista y se curvan armoniosamente en su extremo.

El encanto del espacio es innegable a pesar del estado de abandono. Basta contemplar sus columnas de hierro fundido, las vigas curvadas que sostienen los pisos de las gradas, y el rico trabajo de forja de las barandillas para evocar imágenes de la arquitectura de las plazas de toros y de la arquitectura de hierro del XIX, casi desaparecida de nuestras calles».

«El valor del edificio es indiscutible, y su recuperación sería la del último elemento de una tipología extinta. La mejor conservación es aquélla que devuelve a los edificios al uso cotidiano, a través de actividades rentables que permitan el mantenimiento, a menudo costoso, del monumento».

beti_jai_1894«En el caso del Frontón Beti-Jai existe una iniciativa valiosa que recuperaría el frontón para su uso original, devolviendo a Madrid los partidos de pelota e integrando la capital en el Circuito Internacional que tiene en los frontones de Florida, un modelo de gestión de las canchas en las que es posible apostar y cenar durante los partidos.

La sociedad Jai-Alai dispone de un anteproyecto de rehabilitación del frontón bajo una cubierta que cobijaría lo que hasta ahora es un edificio al aire libre. El aforo del nuevo local de uso deportivo-cultural sería de unas 3.000 personas, en pleno centro y bien comunicado. Estaríamos ante una oportunidad real de resolver un grave problema de abandono patrimonial.

El proceso no admite demora, porque el tiempo juega a favor de la destrucción del edificio. El hierro se oxida desde hace un siglo, y el agua ataca al edificio acelerando su deterioro. Es muy urgente tomar una resolución respecto al edificio, y parece que existen diversas posibilidades, desde la acción puramente institucional a la colaboración con entidades privadas que disponen de proyectos atractivos para recuperar edificio y uso. Es una oportunidad histórica que no se debe dejar pasar».

«Construido a partir de 1893 por el arquitecto Joaquín Rucoba, el frontón madrileño era gemelo del desaparecido frontón Beti-Jai de San Sebastián, obra del mismo autor.»

«El edificio pertenece a la llamada arquitectura del hierro, y es pariente del Palacio de Cristal del Retiro, del Palacio de Velázquez y de la estación de Atocha. Chueca Goitia lo relaciona también con la desaparecida plaza de toros de Rodríguez Ayuso. Se trata de un caso curioso de frontón neomudéjar, un estilo de éxito en Madrid durante aquellos años, que vincula la obra con la cultura madrileña de la arquitectura de ladrillo.

El edificio se compone de un cuerpo con fachada ecléctica que da a la calle, y una gran cancha al aire libre de 11,50 metros de anchura por 67 metros de fondo, acompañada en un lateral por cuatro graderíos sustentados en estructura de hierro y cerrados por un muro de ladrillo con decoración neomudéjar.

En total, son 3.420 metros cuadrados de solar con un fondo de 90 metros desde la calle. La capacidad del frontón cuando estaba en activo era de 4.000 personas. La instalación funcionó hasta el año 1919, fecha en que solicitaron permiso para hacer cabinas para coches. En 1924 se levantaron tres grandes pabellones en la cancha y se convierte en un garaje.

Joaquín Rucoba también es autor de la plaza de toros de Málaga, de la Casa Consistorial de Bilbao y, en Madrid, del Asilo del Buen Suceso (en la calle de Buen Suceso, 12; entre Tutor y Martín de los Heros)».

TEXTO: Enrique Domíngez Uceta
El Mundo ( 1998 )

Fotos: Igor González

Fotogramas de la película Madrid ( 1987 ) de Basilio Martín Patino, en las que el frontón «Beti-Jai» simula ser una especie de corrala habitada.

Más datos AQUÍ

El frontón más antiguo de Madrid, en ruinas (reportaje de El País)


tve_beti-jai_1996

Video del Frontón «Beti Jai», grabado en 1996 por TVE.

Frontón «Beti-Jai» (II)

El último frontón de Madrid

Enrique Domíngez Uceta
El Mundo ( 1998 )

«Beti-Jai representa un doloroso episodio para quienes conocen los problemas de conservación del patrimonio arquitectónico de Madrid. Era uno de los frontones que abrían sus puertas en la capital a finales del siglo XIX, donde existía una gran afición por el deporte de la pelota y por las apuestas que se cruzaban en los partidos.

La afición era tan fuerte que se construían espectaculares edificios de calidad que estaban entre los más interesantes de su tiempo. Uno de los mejores era el frontón Beti-Jai, levantado en 1893 en estilo neomudéjar, con la tecnología más moderna de la época (hierro fundido), y con una alta calidad estética en la resolución de sus graderíos sobre curvas vigas metálicas, y en el espectacular muro de ladrillo que servía de fondo a la tribuna.

Por diversas y afortunadas circunstancias, el edificio del frontón ha superado todos los periodos de vandalismos bélicos, políticos y especuladores que han castigado el patrimonio arquitectónico de la ciudad desde que esta rara pieza se construyera hace 104 años.

«El Beti-Jai es el único superviviente de esta tipología en Madrid, pero su estado de conservación es alarmante. Hace décadas que los propietarios mantienen completamente abandonados a su suerte los elementos arquitectónicos más valiosos del edificio.»

La tipología del edificio para frontón-espectáculo tuvo excelentes ejemplos en Madrid, destacando entre ellos el Frontón Jai-Alai, de la manzana del Museo Etnológico, y el Frontón Recoletos, de Secundino Zuazo, cuya desaparición fue una de las pérdidas más lamentables de la arquitectura moderna.

A partir de 1991, gracias Chueca Goitia, académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, se logró su declaración como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento.

En la práctica, esto supone que sólo se admiten obras para restituir el edificio a su estado original. Y esa recuperación estaría plenamente justificada, salvados los legítimos derechos de sus ocupantes actuales, a los que tanto debe la supervivencia del edificio».

«El interesante espacio interior del frontón no se adivina al contemplar la discreta fachada ecléctica de Marqués de Riscal, número 7.»

«Hay que asomarse a la entrada lateral de coches para ver un angosto callejón formado por una medianería y un muro de ladrillo con una extraordinaria riqueza formal, cubierto de arquerías y motivos decorativos típicos del neomudéjar.

Atravesándolo se accede al gran espacio al aire libre de la antigua cancha, ahora ocupada por las naves del taller de automóviles. Cuatro largos graderíos en pendiente, en los que se instalaba el público, corren a lo largo de la pista y se curvan armoniosamente en su extremo.

El encanto del espacio es innegable a pesar del estado de abandono. Basta contemplar sus columnas de hierro fundido, las vigas curvadas que sostienen los pisos de las gradas, y el rico trabajo de forja de las barandillas para evocar imágenes de la arquitectura de las plazas de toros y de la arquitectura de hierro del XIX, casi desaparecida de nuestras calles».

«El valor del edificio es indiscutible, y su recuperación sería la del último elemento de una tipología extinta. La mejor conservación es aquélla que devuelve a los edificios al uso cotidiano, a través de actividades rentables que permitan el mantenimiento, a menudo costoso, del monumento».

beti_jai_1894«En el caso del Frontón Beti-Jai existe una iniciativa valiosa que recuperaría el frontón para su uso original, devolviendo a Madrid los partidos de pelota e integrando la capital en el Circuito Internacional que tiene en los frontones de Florida, un modelo de gestión de las canchas en las que es posible apostar y cenar durante los partidos.

La sociedad Jai-Alai dispone de un anteproyecto de rehabilitación del frontón bajo una cubierta que cobijaría lo que hasta ahora es un edificio al aire libre. El aforo del nuevo local de uso deportivo-cultural sería de unas 3.000 personas, en pleno centro y bien comunicado. Estaríamos ante una oportunidad real de resolver un grave problema de abandono patrimonial.

El proceso no admite demora, porque el tiempo juega a favor de la destrucción del edificio. El hierro se oxida desde hace un siglo, y el agua ataca al edificio acelerando su deterioro. Es muy urgente tomar una resolución respecto al edificio, y parece que existen diversas posibilidades, desde la acción puramente institucional a la colaboración con entidades privadas que disponen de proyectos atractivos para recuperar edificio y uso. Es una oportunidad histórica que no se debe dejar pasar».

«Construido a partir de 1893 por el arquitecto Joaquín Rucoba, el frontón madrileño era gemelo del desaparecido frontón Beti-Jai de San Sebastián, obra del mismo autor.»

«El edificio pertenece a la llamada arquitectura del hierro, y es pariente del Palacio de Cristal del Retiro, del Palacio de Velázquez y de la estación de Atocha. Chueca Goitia lo relaciona también con la desaparecida plaza de toros de Rodríguez Ayuso. Se trata de un caso curioso de frontón neomudéjar, un estilo de éxito en Madrid durante aquellos años, que vincula la obra con la cultura madrileña de la arquitectura de ladrillo.

El edificio se compone de un cuerpo con fachada ecléctica que da a la calle, y una gran cancha al aire libre de 11,50 metros de anchura por 67 metros de fondo, acompañada en un lateral por cuatro graderíos sustentados en estructura de hierro y cerrados por un muro de ladrillo con decoración neomudéjar.

En total, son 3.420 metros cuadrados de solar con un fondo de 90 metros desde la calle. La capacidad del frontón cuando estaba en activo era de 4.000 personas. La instalación funcionó hasta el año 1919, fecha en que solicitaron permiso para hacer cabinas para coches. En 1924 se levantaron tres grandes pabellones en la cancha y se convierte en un garaje.

Joaquín Rucoba también es autor de la plaza de toros de Málaga, de la Casa Consistorial de Bilbao y, en Madrid, del Asilo del Buen Suceso (en la calle de Buen Suceso, 12; entre Tutor y Martín de los Heros)».

TEXTO: Enrique Domíngez Uceta
El Mundo ( 1998 )

Fotos: Igor González

Fotogramas de la película Madrid ( 1987 ) de Basilio Martín Patino, en las que el frontón «Beti-Jai» simula ser una especie de corrala habitada.

Más datos AQUÍ

El frontón más antiguo de Madrid, en ruinas (reportaje de El País)


tve_beti-jai_1996

Video del Frontón «Beti Jai», grabado en 1996 por TVE.